Mark Zuckerberg

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Observatorio digital

Así intentó Facebook utilizar a la banca para quedarse los datos de sus clientes

20 septiembre, 2018 12:12

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Facebook intentó utilizar a los bancos usando su plataforma Messenger como un mecanismo para extraer todo tipo de información sensible de sus usuarios a través de los chats. Exacto, hablamos del mismo Facebook que se perfila como un rival a corto-medio plazo de los bancos y que ya tiene licencia de pagos europea.

Sin embargo, distintos portavoces de los grandes bancos españoles coincidieron en señalar a EL ESPAÑOL que ni siquiera se han planteado poner a la red social tan cerca de los datos financieros de sus clientes

El pasado agosto, el Wall Street Journal (WSJ) publicaba una historia en la que explicaba cómo los bancos no están en absoluto convencidos con el enfoque de Facebook sobre el manejo de datos de sus clientes y cómo muchos se distanciaron de la red social.

¿El gran problema? Según el WSJ, el uso que le pensaba dar la compañía de Mark Zuckerberg a su plataforma de mensajería Messenger, apropiándose de datos sensibles de los clientes para utilizarlos después con objetivos publicitarios. Algunas de las entidades con las que la red social tuvo confrontación por este motivo fueron American Express, Bank of America y Wells Fargo.

En el año 2016, Facebook empezó a intentar presentarse como un socio fiable para que los bancos creasen chatbots utilizando su plataforma Messenger. A través de estos, y sin intervención humana, los usuarios podrían conectar incluso con su información bancaria más sensible.

El problema es que Facebook dejó claro, durante las negociaciones, que aprovecharía los datos de hábitos de consumo de los usuarios como parte de su negocio publicitario.

Eso generó, de inmediato, una gran desconfianza entre las entidades y la plataforma por cómo presionaban para lograr acceso a los datos de los clientes. Facebook ha negado siempre la mayor: “No usamos esta información más que para facilitar este tipo de experiencias, no para nada relacionado con publicidad o ninguna otra cosa. Una parte fundamental de estas alianzas es mantener la información de la gente a salvo y segura”, explicó a Techcrunch una portavoz del grupo.

Tampoco quiere decir que haya dejado de haber relación entre Facebook y los bancos. Citibank anunció recientemente planes para tener un chatbot en Hong Kong a finales de 2018, después de haberlo lanzado ya en Singapur.

Facebook también trabaja con PayPal en más de 40 países para permitir que los usuarios consigan los recibos de sus compras a través de Messenger.

Pero difícilmente las entidades bancarias pueden permitirse confiar en Facebook como socio. Especialmente, porque la percepción pública de su sentido de la responsabilidad de cara a los datos de los usuarios quedó demolida tras el escándalo de Cambridge Analytica.

No es que la compañía sufriese una gran brecha de seguridad. Eso puede pasar. Es que demostró tener pocos límites a la hora de hacer cualquier cosa por hacerse con datos de los usuarios que confían en la plataforma y utilizarlos para otros fines. 

Y la sensibilidad es mayor en tanto que Facebook tiene sus propias ambiciones bancarias. La red social tiene su propia licencia para dinero electrónico y servicios de pago en Irlanda y está evidentemente interesada en el mundo de los pagos, lo que se demuestra claramente con la contratación de David Marcus, ex-PayPal, como responsable de Facebook Messenger. Si bien, el directivo no tardó en irse a explorar las posibilidades de Blockchain para el grupo.

¿Las posibilidades? Tras conseguir la licencia irlandesa, Facebook Payments International Limited (FBPIL) fue añadida al registro español de entidades de dinero electrónico. Aunque la red social siempre pone foco en que el servicio de pagos tiene mucho que ver con las donaciones a ONGs, esa donación de 5 euros a Unicef por tu cumpleaños también tiene un objetivo.

Por ahora no está claro si expandirán su catálogo de servicios financieros o si se limitarán a replicar los productos que tienen en Estados Unidos para generar un servicio transeuropeo de pagos entre usuarios. Una posibilidad que entraría en colisión directa con los planes de las entidades locales y el proyecto Bizum que desarrollan los bancos españoles más importantes.