Sede de Blackstone en Manhattan.

Sede de Blackstone en Manhattan. Reuters.

Fondos de inversión

Gigantes como Blackstone, KKR o Apollo somatizan en bolsa la crisis del capital riesgo

Blackstone pierde un 23,5% desde su máximo histórico en noviembre de 2024. CVC, que salió a bolsa el año pasado, ya pierde un 39,2% desde febrero.

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Las claves

Las grandes gestoras de capital privado como Blackstone, KKR y Apollo sufren fuertes caídas en bolsa por la crisis del sector.

La subida de los tipos de interés y la competencia de la renta fija han frenado la rentabilidad y la actividad del capital riesgo.

El modelo tradicional de private equity está en crisis debido a la dificultad de obtener deuda barata, la caída de los múltiplos y la reducción de márgenes.

Algunas gestoras buscan alternativas en la deuda privada y abren fondos a pequeños ahorradores, permitiendo invertir desde 10.000 euros bajo ciertas condiciones.

La crisis global del capital riesgo, con atasco en la venta de participadas, dificultad para levantar nuevos fondos y menores rentabilidades, está pasando factura a las grandes gestoras de capital privado que cotizan en bolsa, donde están somatizando la debilidad y la incertidumbre del sector.

Tras un 2021 donde el capital riesgo y el M&A hicieron récord de actividad, la industria se ha ido desinflando poco a poco. La fuerte subida de los tipos de interés de 2022 a 2024 restó atractivo al sector frente a la renta fija tradicional y paró las operaciones corporativas.

Y, aunque las tasas han bajado en el último año y medio hasta niveles más normalizados, en el entorno del 2%, el capital riesgo no ha logrado levantar cabeza. Ahora compite contra una bolsa en máximos históricos y unos bonos que siguen llenando las carteras de los inversores.

Basta con mirar la somatización que gigantes del capital privado como Blackstone, KKR o Apollo están experimentando en bolsa, reflejo de esta crisis.

La acción de Blackstone pierde un 23,5% desde su máximo histórico en noviembre de 2024. Los títulos de KKR retroceden un 22,5% desde enero de este año. Los valores de Apollo caen un 22,3% desde el pasado diciembre, cuando hicieron pico. No son los únicos.

The Carlyle Group se deja un 16,2% desde septiembre de 2024. Mientras que Ares ha visto esfumarse un 16,5% de su acción desde enero, y TPG un 12,7% desde noviembre del año anterior. Todos ellos son fondos americanos.

Pero a este lado del Atlántico, la foto es bastante similar. La británica CVC, que debutó en el parqué de Ámsterdam en la primavera de 2024, ya pierde un 39,2% desde febrero.

La gran operación: Apollo y el Atleti 

La última gran operación del capital riesgo en España lleva colores rojiblancos. Apollo se ha convertido en el accionista mayoritario del Atlético de Madrid, mientras Miguel Ángel Gil, Enrique Cerezo, Quantum Pacific Group y los fondos gestionados por Ares Management permanecerán como minoritarios. El equipo madrileño no hizo públicos los términos financieros de la operación, pero fuentes del mercado apuntan a que el capital social comprado por Apollo Sport Capital sería del 55%.

Según varios expertos consultados, esto "no es volatilidad, es descomposición estructural".

"El método del private equity se basaba en apalancamiento barato, expansión de múltiplos y mejora operativa. La realidad hoy es que la deuda es cara, escasa y de plazos cortos; los múltiplos colapsan en casi todos los sectores, y las mejoras operativas no compensan márgenes en caída", resume Félix Bahón, exconsultor financiero.

Y añade: "Las tres patas del modelo han fallado a la vez. Y esto sólo pasa en un final de ciclo".

Muchas de estos gigantes, así como los fondos medianos, están intentando virar su estrategia del capital privado a la deuda privada, para intentar captar parte del negocio de la desintermediación bancaria y así resistir en un panorama más volcado ahora con las financiaciones y refinanciaciones de deuda.

También están abriendo la comercialización de los grandes inversores institucionales a los pequeños ahorradores que, gracias a las nuevas normativas en la UE, ya pueden entrar en fondos alternativos o ilíquidos desde 10.000 euros con ciertas condiciones. Siempre y cuando el cliente reciba asesoramiento financiero y si los activos privados no pesan más de un 10% sobre su patrimonio total.