Una mujer camina enfrente del logo de Pekín 2022 en el óvalo de esquí nacional.

Una mujer camina enfrente del logo de Pekín 2022 en el óvalo de esquí nacional. Reuters.

Fondos de inversión

Los grandes gurús de la inversión le dan una segunda oportunidad a China

El crecimiento podría acelerarse a partir del segundo semestre, y las pequeñas cotizadas del gigante asiático serán más relevantes.

24 enero, 2022 05:30

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A favor o en contra de China. Esa es la gran pregunta que se hacen los inversores antes de posicionar sus carteras para 2022. El pasado año el gigante asiático flaqueó y generó pérdidas en los mercados financieros, pero este ejercicio ha empezado liderando el crecimiento mundial. El consenso de los grandes gurús de la inversión establece que el primer semestre todavía será flojo y dubitativo, pero que la maquinaria del país volverá a estar engrasada para el tercer trimestre, en lo que supone una segunda oportunidad para China.

Antes de avanzar, echemos la vista atrás. China registró un crecimiento del PIB del 8,1% en 2021. Superó el objetivo de “al menos el 6%” fijado por el gobierno. Si bien este es el crecimiento anual más fuerte observado desde 2012, las cifras deben ponerse en perspectiva, considera Thuy Van Pham, economista en Groupama AM. En el cuarto trimestre, el PIB creció un 4%, tras haberlo hecho a razón de un 18,3%, un 7,9% y un 4,9% durante los primeros tres trimestres.

A todas luces, se observa una ralentización, pero también es cierto que China sacó fuerzas de flaqueza para sorprender a los analistas. Así lo reconoce David Rees, economista sénior de mercados emergentes en Schroders: “El dato fue mejor de lo esperado: la previsión del consenso apuntaba a un aumento del 3,6%, mientras que desde Schroders esperábamos un crecimiento inferior al 3%”.

Las dudas persisten…

Con todo, las dudas siguen presentes en el imaginario colectivo de los inversores internacionales. “No parece posible una mejora clara en el primer trimestre de 2022”, prevé Van Pham. El riesgo sanitario pesa mucho. A medida que se acercan los Juegos Olímpicos de Invierno, que celebrarán las ciudades de Pekín y Zhangjiakou durante febrero, las autoridades del país han reafirmado la política “cero-Covid”. Se han implementado nuevas medidas de confinamiento en varias ciudades para combatir el repunte de la contaminación por Covid-19.

Por otro lado, la sombra de Evergrande sigue planeando sobre la economía china. El sector inmobiliario se encuentra actualmente paralizado por la evolución de la crisis de liquidez de las promotoras, consecuencia de la política de “limpieza” implementada en otoño de 2020.

Evergrande Center.

Evergrande Center. ALY SONG. Thomson Reuters.

Más allá del impacto en el resto de la economía debido al significativo peso del sector (25% a 30% si se tienen en cuenta los vínculos indirectos con otras ramas de la actividad), el proceso de desendeudamiento en curso priva al país de una importante fuente de crecimiento, apuntan desde Groupama.

El tercer gran freno es la debilidad del consumo. La recuperación del mercado laboral es lenta, mientras que “el aumento de la desigualdad y el endeudamiento de los hogares se está convirtiendo en una restricción adicional, por lo que la tasa de ahorro peligra de caer significativamente”, se teme Van Pham.

… pero el potencial es mayor

Sin embargo, China es el motor que tira del mundo y su enorme potencial sigue estando sobre la mesa. Desde UBS AM creen que “un crecimiento superior a la tendencia en los principales mercados desarrollados será más que suficiente para compensar una rebaja del crecimiento de China”, en palabras de Diogo Gomes, su responsable de relación con clientes para Iberia. La Eurozona, por ejemplo, solo tendrá una pequeña carga fiscal en 2022 debido a los fondos europeos para la recuperación. “También es una de las pocas regiones en las que se prevé que el crecimiento del gasto de los consumidores se acelere en el próximo año”, continúa con respecto a China.

Uno de los gurús con nombre propio, Edouard Carmignac, presidente y director de inversiones de la gestora homónima, centró buena parte de su conferencia anual en reivindicar la inversión en el gigante asiático, por muy a contracorriente que sea en estos momentos. “China está liderando el ciclo otra vez en 2022. A todo el mundo le gusta odiar a China estos días. Es cierto que tuvieron algunos problemas de gobernabilidad el año pasado, pero en 2020 fue un mercado que nos favoreció mucho, y este año se prepara para ser uno de los mejores mercados”, subrayó el veterano gestor.

Su lugarteniente y economista jefe, Raphaël Gallardo, ilustra el dilema al que se enfrentan los mercados: “La duda es cómo se equilibrará el que la Fed sea más agresiva en su política de subidas de tipos de interés y que China haga una política acomodaticia que acompañe al crecimiento global”. No obstante, en Carmignac lo tienen claro: “A raíz de lo de China, somos más optimistas para el segundo semestre de 2022”.

El presidente chino Xi Jinping junto a su esposa bajando de un avión.

El presidente chino Xi Jinping junto a su esposa bajando de un avión.

Tampoco hay que olvidar el papel de lo puramente político, que hará de catalizador económico. La perspectiva del XX Congreso del Partido Comunista y la reelección de Xi Jinping prevista para noviembre “sugiere que las autoridades harán todo lo posible para garantizar la estabilidad antes de esta gran reunión”, estiman desde Groupama. Por lo que se producirá una “marcada mejora de la actividad a partir del segundo trimestre de 2022”, aunque en paralelo se mantenga su escenario de “ralentización gradual y controlada”.

En la misma línea se mueve Lombard Odier, que ha rebajado moderadamente la expectativa de crecimiento de China en 2022 al 5% para reflejar así la incertidumbre reinante. Eso sí, alcanzará un ritmo “más respetable” hacia mediados de 2022, “respaldado por una mejor visibilidad de las políticas y una mayor normalización de la movilidad interna”, según el equipo de expertos del banco privado.

Cambio de rumbo

El sector inmobiliario chino, puesto bajo la lupa el último año y medio, podría dar signos de mejora y los inversores deben aprender a leer entre líneas del mismo. “La agresiva política de reducción del endeudamiento del inmobiliario impuesta por Pekín será una fuente clave de riesgos a la baja, dada la importancia económica del sector”. La agitación que rodea a los promotores inmobiliarios sigue lastrando la confianza de los compradores de viviendas y la inversión inmobiliaria. Precisamente por eso, Lombard Odier ve muy probable que las autoridades, conscientes de la amenaza, relajen ligeramente la regulación del sector y lo apoyen a través de la política fiscal y monetaria.

Más a nivel técnico, el impulso crediticio, que mide el crecimiento de los préstamos en proporción al PIB, y el M1 real, que representa el valor de los componentes más líquidos de la oferta monetaria, como el efectivo en circulación y los depósitos a la vista, aumentaron en diciembre. Estos indicadores han adelantado históricamente la evolución de la actividad en unos nueve meses, “lo que sugiere que la mejora cíclica de la actividad económica comenzará a surgir a finales del verano del hemisferio norte”, confía Rees, de Schroders.

Y, a su juicio, los indicios de un cambio de rumbo en el ciclo económico de China deberían servir de apoyo a los mercados financieros domésticos y al resto del mundo emergente, aun a riesgo de que todavía puede haber “más baches en el camino”.

Asia y China volverán a las carteras

La firma española Value Tree Wealth & Asset Management establece en su hoja de ruta para invertir en 2022: “Seguimos apostando principalmente por EEUU y Europa, pero iremos incrementando la exposición en Asia paulatinamente durante el año si vemos una buena oportunidad de entrada”. Así lo explica su equipo de gestión en lo que se refiere al universo de la renta variable.

En renta fija, su estrategia se centra en invertir en deuda corporativa, fundamentalmente de máxima calidad crediticia (investment grade). Pero, para complementar la posición en bonos, también seguirán invirtiendo en renta fija china, que no ha salido de las carteras a pesar de la incertidumbre, o bonos de menor calidad y más rendimiento (high yield) norteamericanos.

Dentro de la bolsa, más específicamente, hay que tener en cuenta que Asia, en general, y China, en particular, se han convertido en el nuevo Silicon Valley. El contexto es propicio para las acciones asiáticas, como argumenta Frank Schwarz, gestor del MainFirst Global Equities Fund. Por ejemplo, China superó a EEUU en términos de gasto en investigación y desarrollo en 2020 y se espera que, en 2025, la República Popular ya invierta en este campo alrededor de 900.000 millones de dólares anuales.

Imagen de un chip tras su fabricación.

Imagen de un chip tras su fabricación. Europa Press.

“Las mayores oportunidades en Asia se concentran en áreas tecnológicas básicas como los semiconductores, los vehículos eléctricos, la inteligencia artificial, la robótica y la automatización”, mientras que “los epicentros tecnológicos son los países de Corea del Sur, Japón, China y Taiwán”, enumera el gestor de MainFirst.

“Hemos decidido mantener nuestra posición en China porque son valores seguros, sólidos, tienen buenas perspectivas ante ellos y tienen una capacidad de rebote que, para nosotros, es muy importante”, asevera Emilie Deslogis, analista en La Financière de l’Echiquier, cuando se le pregunta por las acciones chinas ligadas a Internet, innovación y crecimiento. “Tenemos que encontrar a los próximos líderes del futuro y, por lo tanto, no podemos dejar escapar una inversión así en China”, se explaya en torno al fondo Echiquier World Next Leaders.

Por tanto, invertir en China será de carácter ‘obligatorio’ si se quiere participar del crecimiento global y evitar las todavía hoy bajas tasas de interés. Pero quizá haya que hacerlo con un enfoque algo distinto a cómo se ha hecho en los últimos años.

John Leonard, director global de Renta Variable en Macquarie AM, aboga por que los inversores “no inviertan a ciegas en las mayores empresas chinas”, ya que “esas parecen, precisamente, las entidades con más probabilidades de atraer el escrutinio desfavorable del Gobierno chino”. Así pues, deja el campo abierto para las pequeñas cotizadas del gigante asiático, con más potencial de subida y menos presión regulatoria en contra.