La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) endurece el control de liquidez en los fondos de inversión. El supervisor español de los mercados financieros va a someter a consulta pública una propuesta de guía técnica (consultar aquí) sobre la gestión y el control de la liquidez de las instituciones de inversión colectiva (IIC), donde también se enmarcan las sicav. Entre las novedades, se incluyen las pruebas de estrés inversas.

Se trata de una iniciativa incluida en su plan de actuación de 2021 que tiene como objeto unificar todos los criterios supervisores relevantes aplicables en este ámbito que la CNMV ha ido transmitiendo a las entidades en los últimos años. Como explica el organismo presidido por Rodrigo Buenaventura, la guía tiene en cuenta también los resultados de las recientes actuaciones llevadas a cabo a nivel nacional y europeo, destacando la Actuación de Convergencia Supervisora realizada por ESMA -el supervisor comunitario- durante 2020.

“Las entidades que se aparten de dichos criterios deberán justificar su actuación y poder acreditar que dan adecuado cumplimiento a las obligaciones legales”, remarca la CNMV.

Al supervisor le preocupan sobremanera activos de menor liquidez que cada vez ganan más peso en las carteras de los fondos por el entorno de bajos o negativos tipos de interés: pequeñas y medianas capitalizadas, bonos de alto rendimiento o high yield, renta fija de países emergentes, titulizaciones, deuda subordinada o activos no cotizados.

En particular, la propuesta de guía técnica contempla qué contenidos deberían incluir los procedimientos de las gestoras de IIC para garantizar una adecuada gestión y control del riesgo de liquidez de sus fondos, con el objetivo de evitar la generación de perjuicios y conflictos de interés entre inversores. Y se va a mirar “el adecuado alineamiento entre el perfil de liquidez de los activos y del pasivo de cada IIC”.

Pruebas de estrés inversas

Por ejemplo, se deberá dar un cumplimiento, “con un margen razonable”, del principio de venta proporcional de activos líquidos y menos líquidos (o slicing approach). Se incluyen pautas detalladas sobre las metodologías para determinar los ratios o niveles de liquidez de los instrumentos financieros, la estimación de los horizontes temporales de venta, así como los escenarios de reembolsos y otras obligaciones de pago, y las pruebas de estrés o de resistencia.

Las gestoras deberán contemplar en sus procedimientos, por una parte, las circunstancias bajo las que serían aplicables las diferentes herramientas establecidas por la normativa (plazos de preaviso, endeudamiento temporal, suscripciones/reembolsos parciales, side-pockets...) asegurándose también su adecuada implementación y, por otra, la utilización de mecanismos antidilutivos (entre los que cabe destacar la valoración de la cartera a precios bid o ask, y el swing pricing) para evitar conflictos de interés entre partícipes que suscriben o reembolsan frente a los que permanecen.

Una de las novedades es que, atendiendo a las características de la IIC, se recomienda también la realización de pruebas de estrés inversas (o reverse stress testing), en las que partiendo de una situación muy grave de liquidez (en la que incluso ha sido necesaria la activación de una herramienta excepcional, por ejemplo una suspensión temporal) se analizan las circunstancias que podrían originarlas, entre otras, por mantener determinadas ponderaciones en activos con reducidos niveles de liquidez, o por determinados movimientos de inversores o eventos de mercado excepcionales.

La consulta pública sobre la mencionada guía técnica estará abierta hasta el próximo día 15 de octubre de 2021, con el procedimiento habitual que sigue la CNMV para estos casos.

 

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