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Fiscalidad

Los secretos de Estonia, Letonia o Suiza para ser los países con más atractivo fiscal

  • España ocupa el puesto 23 de los 32 que han sido analizados por el IEE
  • Por sexto año Francia destaca por tener el sistema fiscal menos competitivo de la OCDE
15 octubre, 2019 06:00

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El Instituto de Estudios Económicos ha presentado el índice de competitividad fiscal 2019 junto a Tax Foundation que desarrolla tradicionalmente este indicador. Se analiza la fiscalidad de 36 países desarrollados para medir si sus sistemas fiscales cumplen con los principios de neutralidad y competitividad. Este ránking indica que España se encuentra en el puesto 23 de 36 y tiene un esfuerzo fiscal (presión fiscal recaudatoria ajustada por nivel de renta) superior en un 10% al promedio de la OCDE.

Las 10 mejores notas las consiguen, por este orden:  Estonia, Nueva Zelanda, Letonia, Lituania, Suiza, Luxemburgo, Australia, Suecia, Países Bajos y República Checa.

Cuáles son sus secretos

Por sexto año consecutivo, Estonia repite como el país con un mejor código tributario de toda la OCDE. El informe advierte que su elevada puntuación viene explicada por cuatro motivos. En primer lugar, su tipo impositivo en el Impuesto sobre Sociedades, del 20%, se aplica solamente sobre los beneficios distribuidos. En segundo lugar, dispone de un tipo plano o flat tax del 20% en el impuesto sobre los ingresos personales, dejando fuera de dicha tributación los ingresos obtenidos por dividendos. En tercer lugar, su impuesto sobre la propiedad se aplica solamente sobre el valor de los terrenos, en vez de establecer valoraciones sobre el precio de las propiedades.

En cuarto lugar, debido a que su código tributario sigue el principio de territorialidad, Estonia deja libre de impuestos el 100% de los beneficios obtenidos en el extranjero por sus empresas nacionales.

Los países vecinos han tomado nota y así Letonia (3) ha adoptado recientemente el modelo de Estonia para su Impuesto sobre Sociedades, mientras que Lituania (4) ha introducido un tipo del 15% en la tributación de los beneficios empresariales.

El índice hace referencia a otros países de la OCDE que destacan también por su atractiva fiscalidad empresarial. Nueva Zelanda se encuentra en el puesto 2, gracias a su excelente desempeño en muchas de las categorías medidas por el ICF. Por ejemplo, cuenta con un impuesto sobre la renta con un tipo muy bajo que, además, exime las ganancias del capital. Su tipo marginal máximo apenas llega al 33%. Otro ejemplo son sus impuestos sobre la propiedad, muy bien estructurados, o su impuesto sobre el valor añadido, de base amplia. De nuevo, las reformas neozelandesas han desatado una sana competencia fiscal, como muestra el buen resultado de Australia en el Índice (puesto 7).

Suiza, por su parte, ocupa el puesto 5 tras haber refundido distintos gravámenes locales y haber creado un nuevo sistema en el que la retención media de los beneficios corporativos ronda el 21%. En paralelo, su IRPF deja exentas de tributación las rentas del capital, mientras que el IVA tiene una base amplia y de aplicación general.

Otro país destacado es Suecia, que aparece en el puesto 8. Allí el Impuesto sobre Sociedades ha bajado de forma progresiva y se sitúa ya en un 21%. En el país escandinavo no hay Impuesto de Patrimonio ni Impuesto de Sucesiones ni tampoco grava el patrimonio inmobiliario y ha reducido progresivamente el peso del IRPF, aumentando de forma paralela la importancia del IVA. “El viejo paradigma sueco de impuestos altos ha pasado a la historia y, poco a poco, su sistema tributario es más competitivo y dinámico”, resaltan desde el IEE.

Por sexto año consecutivo, Francia destaca por tener el sistema fiscal menos competitivo de la OCDE. El país galo registra uno de los tipos más elevados del impuesto sobre las ganancias empresariales (34%), pero también  destaca por aplicar una gran carga fiscal sobre la propiedad, el patrimonio inmobiliario, las rentas, etc.