La pensión media de jubilación se sitúa en mayo en 1

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Mis finanzas

A los 20, a los 40... trucos para ahorrar a cualquier edad para la jubilación

  • Los expertos recomiendan empezar a engordar el 'colchón' en el inicio de la vida laboral
  • La inversión en fondos o planes de pensiones también debe adaptarse al ciclo de vida
23 marzo, 2019 06:00

Si eres de los que piensa que en el momento de la jubilación bastará con ‘apretarse el cinturón’ para mantener el nivel de vida, no puedes estar más equivocado. Ante un escenario en el que cada vez viviremos más, es urgente planificar las inversiones en cada momento del ciclo de vida para generar un ‘colchón’ adecuado. 

Victoria Torre, responsable de desarrollo de contenidos de Selfbank, considera que para cualquier objetivo de ahorro “hay que tener claro nuestro perfil de riesgo, cuántos años nos faltan para jubilarnos, con qué patrimonio querríamos hacerlo y la situación personal en la que nos encontramos”.  

Según recuerda, “si se empieza a aportar desde joven, cabe decantarse por inversiones más agresivas para, a medida que nos acercamos a la jubilación, apostar por productos que permitan preservar capital”. En el caso concreto de los planes de pensiones, la experta considera que desde el principio de las aportaciones “la inversión tiene que ser dinámica para adaptarse a los cambios que vaya experimentando el partícipe”.

EMPEZAR A AHORRAR DESDE QUE EMPIEZAS A TRABAJAR

José María Luna, director de análisis de Arquia Banca, reconoce que “no es sencillo tener capacidad de ahorro en el momento actual”. Pero insiste: “Es fundamental intentar detraer una parte de nuestros ingresos para planificar nuestro presente y, sobre todo, nuestro futuro”. En este sentido, existe una regla no escrita (y a la que muy pocos hacen caso), que establece que el momento ideal para empezar a ahorrar es el inicio de la vida laboral, con aportaciones periódicas que “nos permitan repartir de forma sistemática el ahorro y evitar el riesgo de entrar en un momento malo de mercado”, recuerda Victoria Torre.

La experta señala que “cuanto antes empecemos menor será el esfuerzo que tendremos que realizar en el futuro, no solo por disponer de más tiempo para el ahorro, sino porque el efecto de la capitalización compuesta se convertirá en un aliado de nuestra rentabilidad”. 

Para José María Luna, es complicado establecer una cantidad exacta de ahorro al inicio de la vida laboral, “porque normalmente lo que ahorramos lo destinamos a vivienda”. “Ojo, es otra forma de ahorrar si es vía compra”, asegura. Coincide con Torre en que si una persona en la ‘treintena’ es capaz de destinar parte de sus ingresos a la inversión, “al final veríamos lo que es capaz de hacer la palanca del interés compuesto (siempre que utilicemos buenos productos) en el medio y largo plazo”. “La cantidad, por ridícula que nos parezca, será buena... 100 euros al mes se convertirán en 1.200 al año que podríamos seguir aumentando”, insiste.

LA REGLA NO ESCRITA

No existe una regla de oro sobre qué cantidad se debería ahorrar en este momento del ciclo de vida. Pero una de las más populares es la del 50-20-30. En concreto, el 50% es el porcentaje de nuestros ingresos que debemos destinar a satisfacer las necesidades básicas (hipoteca, alimentos, luz…), el 30% es la cantidad que podemos dejar para caprichos (ocio, ropa, las vacaciones…) y el 20% se destinaría a constituir nuestra base de ahorro. 

“No lo estaríamos haciendo bien si, por ejemplo, todo lo ahorramos para la jubilación, ya que en ese caso no podremos hacer frente a los gastos inesperados”, advierte Victoria Torre. Una propuesta sería la de repartir la inversión entre fondos, planes de pensiones y acciones. “El mayor o menor número de productos dependería del capital disponible”, indican desde Selfbank. En un primer momento, aconsejan instrumentar el ahorro a través de fondos, mientras que la parte de planes de pensiones se construiría con las aportaciones periódicas y extraordinarias que se realicen de forma anual a medida que avanza el ciclo de vida. 

SI EMPIEZAS A AHORRAR CON 40 AÑOS

Los expertos consideran que todo aquel ciudadano que quiera convertirse en ahorrador, tenga la edad que tenga, debe fijarse en aspectos como la rentabilidad, las comisiones, la solidez en la gestión o la fiscalidad de los productos elegidos. “En muchas ocasiones, el partícipe se deja llevar por los regalos de campaña, sin pararse a pensar en la calidad del producto”, indica Victoria Torre.

José María Luna explica que también “es importante tener algo en inmuebles”. Según explica, “para muchos la inversión de su vida será la casa donde vivan”. Para los que tengan más dinero disponible, recomienda algo de renta variable a través de fondos de inversión por su buena fiscalidad. A medida que vayan pasando los años, recomiendan sumar a la ‘cesta’ productos más defensivos. 

Para una cartera de riesgo medio, los expertos de Selfbank recomiendan fondos de renta fija corto plazo como el Groupama Cash Equivalent, otros más diversificados como el Mutuafondo o el Robeco High Yield Bonds y mixtos como el Fidelity Smart Global Defensive en euros. Para incluir renta variable en cartera, apuestan por el Oddo BHF Avenir Europe de bolsa europea o el Franklin US Opportunities de bolsa estadounidense. En planes de pensiones, desde Selfbank apuestan por el plan Caser Magallanes o el MPP Audaz Global de AXA. 

NUNCA ES TARDE SI LA DICHA ES BUENA

Los expertos también manejan la máxima del ‘más vale tarde que nunca’ para aquellos que se han quedado rezagados en su planificación financiera. Centrando el radio de acción en planes de pensiones, Victoria Torre recuerda que “el máximo a aportar es de 8.000 euros”. Así, y si nos quedaran solo 15 años hasta la jubilación, “conseguiríamos una cantidad de 120.000 euros, sin tener en cuenta evolución de la inversión”, indican. 

“Puede parecer mucho, pero si tenemos en cuenta la esperanza de vida actual, nos damos cuenta de que a lo mejor no es tanto”, advierte la experta. “Hasta los 85 años nos daría que tendríamos 6.000 euros al año o 500 euros al mes a sumar a nuestra pensión”, una cifra que no está mal pero que cambiará si vivimos más tiempo.