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Mis finanzas

Casi que me gustaría ser alemán

Llevamos todo el paquete incorporado. Cosas buenas y malas nos configuran, nos dotan de una personalidad propia y no pocas veces los talentos van asociados a miserias y en gran parte la vida consiste en alentar a los primeros y acallar las segundas. En España la clase política es una losa, quién sabe si reflejo de la sociedad, y por eso a veces pienso que me gustaría ser alemán.

19 enero, 2018 09:56

Creo que nadie puede poner en duda la gravedad de la crisis económica que iniciamos allá por 2008, así como la institucional abierta en Cataluña que en los últimos meses del pasado año alcanzó su apogeo. Situaciones muy delicadas que, como suele decirse de forma rimbombante son ¿cuestiones de Estado¿. Todo ello trufado de escándalos de corrupción y del, en principio,  esperanzador nacimiento de nuevas formaciones políticas.

Situaciones casi límites con mucha gente teniéndose que ir de sus casas, con un desempleo galopante y una rápida caída de la riqueza para el conjunto de los españoles. Y poco después, el desafío del secesionismo catalán plagado, a mi modo de ver, de mentiras, incitaciones al odio y mucha mala fe.

Pues en estas duras pruebas a las que nos hemos visto sometido en la última década, ha sido imposible ver el acuerdo, el pacto, la concordia entre los distintos partidos políticos. Después de perder la mayoría absoluta Rajoy, PSOE y Podemos fueron incapaces de llegar a un acuerdo para desbancar, a entender de ellos, al maléfico Partido Popular que no había dirigido la crisis con criterios sociales y al que además explotaban innumerables casos de corrupción. Por supuesto, no entro a valorar la bondad del acuerdo -si hubiese llegado a producirse- para el conjunto de los españoles, sino a que fue imposible en momentos tan complicados.

El señor Iglesias, tan idealista, solo negociaba con cargos y luego... ni eso, convencido de que podría adelantar con facilidad a su rival socialista. Suficiente para que su enemigo y ganador electoral ¿me refiero ahora a Rajoy- se perpetuase otros cuatro años. Del mismo modo, Pedro Sánchez no quiso ni oír hablar de un gobierno de coalición para momento tan delicado. La estrategia política se lo desaconsejaba.

En cuanto al independentismo catalán, la unidad de los llamados constitucionalistas llegó tarde, a última hora y con condiciones. Ciudadanos vivió sus momentos de contradicciones para defender el 155, luego lo cogió de bandera y finalmente se adelantó a todos cuando tras la aplicación de tan famoso artículo constitucional pidió rápidas elecciones. El PSOE convencido de que podría situarse entre dos aguas, ahí estuvo y ahí se quedó, y siempre exigió un 155 descafeinado que creo, es el que más gusta al PP de Rajoy.

Solo las manifestaciones pro españolas en Barcelona lograron el acuerdo. Ni mucho menos el sentido común, la defensa de las leyes y del actual modelo de Estado. ¡El tiempo que tardó Iceta en acudir a estos actos! Tal vez, y ya con un carácter más anecdótico el último episodio de enfrentamiento es si Ciudadanos cede o no un escaño al PP para que forme grupo parlamentario. Rivera rememora cuando el PP no se lo prestó en el Congreso de los diputados y cualquier ayuda a los conservadores podría quitarle los votos que piensa arañar, sobre todo, al PSOE.

Y eso que los de Rivera han sido de los pocos capaces de pactar con PSOE y PP tanto en el Gobierno central como en las administraciones territoriales. Confío en que la negación del escaño al PP en el Parlament no les convierta en otro de esos partidos de la vieja guardia más Podemos incapaces de pensar en otra cosa que no sea su estrategia electoral.

Y en Alemania con un país pujante en su crecimiento, reducción de deuda y cifras de paro en mìnmos, o sea, con un panorama notablemente mejor al español, el acuerdo sí es posible.

Salieron de las recientes elecciones, los castigados socialistas alemanes echando la culpa de su pérdida de votos a su acuerdo de Gobierno con Merkel. Se habló de forma seguro de una nueva convocatoria electoral. Los socialdemócratas estaban convencido y seguramente con razón ese contagio para su electorado.

Ellos vivieron la crisis en coalición y por este y otros motivos han sido los que menos han sufrido el envite, pese a tener también graves problemas con sus bancos. Los momentos de mejora también los van a vivir en coalición porque no hay mayorías absolutas y porque además puedes influir de forma muy notable en las políticas de Merkel, exigiendo parte de tu programa electoral. ¡Qué envidia!