De esta forma, “la evolución en el año de las materias primas está siendo muy dispar según su finalidad”, explica Manuel Pinto, analista de XTB. A pesar de ello, dos son los principales factores que impulsan o pesan sobre sus precios: la oferta y demanda mundial.

“Mientras que en la oferta de cada una de ellas interfieren condicionantes e input, la demanda depende en gran medida de la situación económica en la que nos encontremos. Además, la gran mayoría cotiza en dólares, por lo que se mueven al contrario de lo que haga la divisa estadounidense”, subraya Pinto.

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En líneas generales, son los metales industriales los que sufren las mayores caídas. Desde enero, el coste del aluminio se ha reducido un 10%; el del cinc, más de un 23% y el del níquel casi un 33%.

El precio del cobre -conocido en el mercado como Dr Copper, por ser un indicador sobre la salud de la economía mundial- ha descendido casi un 2% en la Bolsa de metales de Londres, ya por debajo de los 8.300 dólares por tonelada.

China y los tipos de interés

Las materias primas industriales dependen en mayor medida de sectores como la construcción, donde China es clave. Pero, en contra del crecimiento que se esperaba con la apertura posCovid, el gigante asiático sufre “muchos riesgos de desaceleración y deflación con un maltrecho sector inmobiliario, que podría continuar derivando en una caída en los precios”, indica el analista de XTB.

A la noticia de que la segunda economía del mundo sólo creció un 0,8% en el segundo trimestre del año respecto a los tres meses anteriores, se sumó que el índice de precios al consumidor (IPC) del gigante asiático entró en terreno negativo al caer un 0,3% interanual en julio.

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Al mismo tiempo, el índice de precios a la producción (IPP), que mide los precios industriales, registró una caída interanual del 4,4% en julio. El crecimiento de las ventas minoristas se moderó al 2,5%.

Los descensos de estos metales también se explican por “los altos tipos de interés actuales en las principales potencias mundiales”, que hacen que “el apetito por la compra de viviendas dado los altos niveles de tipos se frene y, por tanto, baje la demanda de estas materias primas”, explica también Pinto.

A precio de oro

Los metales preciosos, con excepción del oro, tampoco se libran de los descensos. En este ejercicio el precio de la plata ha caído casi un 5%; el del platino, más de un 16% y el del paladio, cerca de un 32%.

“La debilidad en el sector de automoción ha afectado al platino y al paladio porque son los metales más utilizados en los conversores catalíticos, y al níquel por ser el metal usado en las baterías de los coches eléctricos”, consideran en la gestora Ofi Invest AM. En la firma creen que la baja disponibilidad de estos metales, hasta por lo menos 2030, afectará a la demanda.

Por el contrario, el oro se ha encarecido un 5,4%. Según Ofi Invest AM, ello se debe a que el endurecimiento monetario en Estados Unidos y Europa parece estar llegando a su fin.

“La correlación negativa histórica entre el precio del oro y los tipos de interés reales (ajustados a la inflación) favorece al oro cuando otros activos no aportan rendimientos, en fases en las que los tipos reales son negativos”. Por tanto, creen que cuando los tipos de interés bajen, el atractivo del metal dorado aumentará. Incluso podría batir el récord histórico de 2.100 dólares por onza.

El maíz, en mínimos de 2020

Los precios del grano, salvo de la avena, también han caído. El maíz es ahora un 28% y el trigo, un 24% que a cierre del pasado ejercicio. El descenso de la soja es inferior, aunque también de doble dígito, al haberse reducido casi un 12%.

Las condiciones climáticas favorables en otras materias primas como el maíz, que acaba de marcar mínimos desde 2020, se debe a la mejora en los cultivos en Estados Unidos. 

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El precio del trigo también ha caído "a pesar de la incertidumbre por el conflicto bélico en Ucrania, tiene grandes reservas de suministros existentes", indica Pinto.

El final del acuerdo de exportación de cereales entre Rusia y Ucrania a través del mar Negro no ha tenido efecto en los precios: las caídas han continuado. De hecho, desde el 17 de julio -fecha en la que se rompió el pacto- el precio del maíz ha bajado un 18,7% y el del trigo, un 6,4%.

Azúcar y cacao, disparados

Frente al menor coste de estos productos básicos destaca el encarecimiento del azúcar y del cacao, del 19% y del 33,6%, respectivamente, en el mercado de materias primas de Chicago. En ambos casos, las subidas de explican por las condiciones climáticas, adversas para estos cultivos.

India, uno de los mayores productores de azúcar en el mundo, ha sufrido lluvias importantes en los últimos meses, mientras que otra potencia productora como China, ha sufrido un clima demasiado seco perjudicando su cosecha. En el cultivo del cacao han influido condiciones muy húmedas e inundaciones en África Occidental, región que desde hace años ha desbancado a Latinoamérica en su producción.

Energía

Los precios del petróleo han llegado a este punto del ejercicio casi en tablas. La variante Brent, la de referencia en Europa acumula una caída del 2%, gracias a haber sumado siete semanas consecutivas de escalada en un contexto de mayor demanda debido a los viajes de verano.

El Brent ya roza los 85 dólares por barril también gracias al descenso constante de producción de los Países Exportadores de Petróleo y sus socios, grupo conocido como OPEP+.

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El cártel mantendrá vigente hasta 2024 tanto el recorte de 2 millones de barriles al día (mbd) adoptado en octubre de 2022 como gran parte de las reducciones voluntarias anunciadas en abril por un total de 1,66 mbd. A ello se suma la reducción de Arabia Saudí de un millón de barriles diarios, en vigor desde el pasado julio.

La situación del gas natural es similar. En el mercado holandés, el de referencia para el Viejo Continente, el precio de esta materia prima ha registrado una subida vertiginosa, del 35% desde finales de julio, porque las huelgas en Australia limitan su producción.

Sin embargo, desde que comenzó 2023 el comportamiento es muy diferente. El precio del gas ha caído significativamente debido a una temporada invernal mucho más cálida de lo normal, que ha reducido la necesidad de calefacción en los hogares.

Ello se suma a la competencia de las energías renovables como la eólica que cada vez están progresando más, generando cada vez más recursos. De esta forma, el precio del gas ha caído un 51% desde enero, hasta situarse en los 37,5 euros por megavatio hora. Terminó 2022 por encima de los 76 euros.