Fue el 11 de noviembre de 2022 el día en el que FTX decidió acogerse a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos para llevar a cabo de manera ordenada el proceso de evaluación y liquidación. Ello supuso la caída de una de las compañías más importantes del sector y que llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares.

Todo comenzó unos días antes, cuando el portal especializado CoinDesk reveló que los activos de los clientes de otra empresa relacionada con FTX, Alameda Research, se invirtieron en FTT, el token que emitía la propia plataforma.

[De dirigir FTX desde un ático de lujo a estar en una cárcel con ratas: así gestó Bankman-Fried un fraude histórico]

Tras conocerse esta información, los fondos que invertían en FTX y los usuarios de la plataforma comenzaron a retirar su dinero, lo que terminó provocando un grave problema de liquidez. La caída de la compañía “afectó especialmente al ritmo de las inversiones de capital riesgo en proyectos del sector”, apunta Claudia Giraldo, cofundadora y CMO de CommonSense.

En opinión de Félix Fuertes, CEO de Formación en Inversión, la quiebra de la plataforma hizo “mucho daño a la confianza en la industria”. El experto recuerda que el exchange -como se conocen a las plataformas de intercambio de criptodivisas- no estaba supervisado. “Si lo hubiera estado posiblemente no hubiera pasado nada de lo que ha pasado, porque los informes de auditoría hubieran revelado salvedades claras sobre los colaterales”, explica.

[La SEC acusa al fundador de FTX de "orquestar un plan para defraudar a los inversores" de la plataforma]

Y esa falta de regulación, considera, ha derivado en el intento de la Comisión de Bolsas y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) de "regular a base de demandas" y en que “Europa esté dándose prisa para sacar el reglamento MiCA para posicionarse antes de que ocurra algo más”.

Pero no solo eso. “El colapso de FTX en noviembre de 2022 fue sólo el golpe final para bitcoin el año pasado”, indica Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.

De Terra Luna a Three Arrows

El bitcoin -la criptomoneda más importante del mundo, al suponer más de la mitad del mercado- se hundió un 65,4% el pasado ejercicio. Inició el año cerca de los 48.000 dólares y lo terminó en los en torno a los 16.500. El desplome del ethereum -el segundo activo digital más popular- superó el 67%.

La caída de FTX se produjo, mientras tenían lugar importantes caídas de las cotizaciones del sector tecnológico, "una fuerte subida de los tipos de interés y heridas autoinfligidas a la industria por la caída de la stablecoin Terra Luna y la quiebra de los criptoprestamistas Celsius y Voyager, además del fondo de cobertura Three Arrows", subraya Laidler.

[El fundador de la plataforma de criptomonedas FTX detenido en Bahamas tras ser imputado en Estados Unidos]

“Es innegable que la confianza se vio afectada; como en todos los sectores, a veces hay malas praxis y lo acaba pagando toda la industria. Creo que también sirvió para hacer una criba de proyectos y afianzar aquellos que tienen una visión más de largo plazo” indica Giraldo.

Giraldo cree que la quiebra de FTX es un punto de inflexión en la historia de las criptodivisas “sobre todo en lo que respecta al aspecto regulatorio y para los exchanges”. “Estos sucesos marcan un antes y un después para concienciar de que los proyectos se tienen que desarrollar de forma legítima y con todas las garantías de seguridad”, añade.

Condena a SBF

Un suceso que, según Fuertes, podría volver a ocurrir. “FTX no ha sido el primer, y creo que no será el último, exchange que desestabilice el ecosistema”, advierte.

Con la caída del exchange, su fundador y CEO, Sam Bankman-Fried, pasó de ser el niño bonito de la inversión -era considerado como el Warren Buffett de las criptodivisas- a ingresar en la cárcel.

El fundador y CEO de FTX, Sam Bankman-Fried, antes de entrar al juicio. Amanda Perobelli Reuters

SBF, como se le conoce popularmente, podría pasar el resto de su vida entre rejas al haber sido declarado culpable, por un jurado de Nueva York, de los siete delitos de fraude y blanqueo de dinero que se le imputaban. La pena a la que se enfrenta es de hasta 110 años.

“Hasta que en Estados Unidos o Asia no haya una regulación clara que pueda impulsar la regulación a nivel descentralizado, que sirva para tranquilizar a los fondos de capital riesgo y para que a nivel tecnológico las blockchain puedan ofrecer un mínimo de seguridad, la confianza no se va a recuperar”, cree Fuertes, quien ve “un ciclo en el que bitcoin es el único ganador”.

Subida del bitcoin

Desde el 11 de noviembre de 2022, el bitcoin acumula una subida del 120%, es decir, a más que duplicado su valor, que ya vuelve a superar los 37.000 dólares.

Fuertes explica que cuando cayó FTX “no quedaba nadie que quisiera vender”. Pero 2023 “empezó con las medidas de política monetaria expansiva por parte de China y una noticia muy particular que era la aprobación en Hong Kong de los índices de criptomonedas. El primer semestre del año ha tenido un gran rendimiento todas la criptos, pero, sobre todo, bitcoin”, afirma. 

“Durante este tiempo los mercados financieros en general se han ido recuperando de un mal año. También podría haber afectado de forma positiva la noticia de que la SEC podría aprobar pronto el primer ETF de bitcoin y el hecho de que nos estamos acercando al próximo halving [el proceso que reduce a la mitad de la recompensa por la minería -extracción- de criptomonedas], que probablemente ocurrirá entre abril y mayo de 2024”, explica Giraldo.

Según las previsiones de eToro, una vez que el bitcoin ha superado el nivel de los 31.000 dólares, "la próxima parada son potencialmente los 45.000 dólares, los máximos vistos por última vez en marzo de 2022".