Donald Trump, presidente de Estados Unidos, en la toma de posesión de Paul Atkins como presidente de la SEC. Contacto / EP
Durante muchos meses, Donald Trump presionó a la Reserva Federal para que bajara los tipos de interés lo antes posible. Según él, la inflación no se ha disparado debido a los aranceles, y la reducción de los tipos también ayudaría a reducir los costes del servicio de la deuda pública.
Pero la Fed siguió resistiéndose, y la reunión de la semana pasada no fue una excepción: una vez más, los miembros del FOMC optaron por mantener todo sin cambios, argumentando que la economía está en buena forma, aunque persisten los riesgos inflacionistas debido a las guerras comerciales.
Los mercados tampoco esperaban nada diferente, por lo que no es de extrañar que ni el S&P 500 ni el Nasdaq se movieran. La única incógnita era si Jerome Powell daría alguna pista sobre algún movimiento en septiembre.
A cambio, el tono de su discurso sugería que el regulador está dispuesto a esperar.
Todo cambió al día siguiente con los datos del mercado laboral: de repente, en mayo y junio se perdieron 258.000 empleos. Con ello se cambió por completo el panorama y, en la práctica, garantiza que en la próxima reunión la Fed diga esas palabras tan esperadas por Trump: “Hemos decidido bajar los tipos”.
Supongamos que los nuevos datos del mercado laboral confirman que la economía de EEUU se está debilitando
Eso sí, no será una bajada de 300 puntos básicos, como desearía el presidente de EEUU, sino de 25 por ahora.
¿Dónde está el problema?
Supongamos que los nuevos datos del mercado laboral confirman que la economía de EEUU se está debilitando. Si a esto se suma un repunte de la inflación provocado por los aranceles, el país podría enfrentarse al riesgo de estanflación. Para el oro, esto podría suponer un nuevo impulso, pero no para el resto del mercado.
En este contexto, resurgen las previsiones de una caída inminente de la bolsa de EEUU. Y no faltan motivos: además del riesgo de estanflación, están las guerras comerciales, los conflictos geopolíticos y la posibilidad de que caigan los beneficios si la economía se ralentiza más rápido de lo esperado.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.