
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, durante la rueda de prensa de este jueves.
Lagarde cree que es pronto para evaluar el impacto de los aranceles y avisa: el BCE "estará preparado para lo impredecible"
La presidenta del Banco Central Europeo asegura que es momento de "analizar datos" tras bajar los tipos de interés en un cuarto de punto.
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Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a dar la voz de alarma. Las tensiones geopolíticas y la guerra comercial generan una "gran incertidumbre" y acabarán "impactando" en la economía. Y aunque aún es pronto para cuantificar los daños, la entidad "estará preparada para lo impredecible".
Así de contundente se ha mostrado en la rueda de prensa posterior a la reunión en la que se han bajado los tipos de interés en un cuarto de punto.
En ella, Lagarde ha asegurado que hay una gran "imprevisibilidad" lo que aumenta todavía más la incertidumbre. De ahí que el BCE vaya a "analizar los datos" para ser "ágil" en la respuesta que haya que dar a los posibles shocks que puedan surgir en las próximas semanas.
Para la banquera central es evidente que tanto la guerra de Ucrania como las tensiones comerciales generan dudas entre empresas, instituciones financieras y consumidores. Algo que puede provocar una ralentización o una caída en el consumo que, por el momento, no se están viendo.
Ahora bien, Lagarde confía en que en la reunión de junio haya una mayor previsibilidad sobre lo que puede estar por venir. Especialmente porque en esa fecha ya habrá más noticias sobre los acuerdos comerciales que Estados Unidos adopta con los distintos países a los que ha impuesto aranceles.
Las previsiones del Banco Central indican que la inflación se dirige en este momento hacia el 2%, que será el objetivo a final de año. De hecho, hay que recordar que esa es la misión de la entidad: mantener la inflación bajo control.
Ahora bien, todo puede saltar por los aires si las tensiones comerciales generan un repunte inflacionista o una caída en el crecimiento económico. Además, Lagarde ha destacado que habrá que prestar especial atención al "reposicionamiento" de las cadenas de suministro globales.
Todo un mensaje hacia lo que pueda venir de China, en donde -en plena guerra arancelaria con Estados Unidos- ya miran hacia Europa como nuevo gran exportador de productos. Algo que, es cierto, podría ayudar a reducir la inflación pero, al mismo tiempo, generar graves problemas en las industrias manufactureras.
Lagarde ha querido también recordar que Europa debe aprovechar la ocasión para acelerar en el proyecto de unidad. Ha pedido para ello a los líderes "determinación" para avanzar en el mercado único de capitales, la mejora de la productividad y en el impulso definitivo del euro digital.
Lo que sí ha querido dejar claro la presidenta del Banco Central Europeo es que, en este momento, la economía en el primer trimestre en la eurozona ha crecido; los precios están bajo control y el sector manufacturero muestra síntomas de estabilización.
Son estos los motivos que han permitido al consejo del banco tomar por "unanimidad" la decisión de recortar tipos en 0,25 puntos y que "nadie en la sala" se pronunció por un recorte mayor.
Lagarde se ha referido también a la polémica suscitada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al pedir "el despido" del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
"Tengo un gran respeto por mi colega y amigo Jay Powell, tenemos una relación sólida y estable entre banqueros centrales".
A continuación, Lagarde ha recordado que el Banco Central Europeo se "fundamenta en la independencia" y que cualquier país que quiera unirse a la zona Euro debe tener en su banco central "independencia en su base legislativa y en sus operaciones".