Varios paneles y monitores muestran en el parqué madrileño la evolución de la Bolsa española este viernes.

Varios paneles y monitores muestran en el parqué madrileño la evolución de la Bolsa española este viernes. Altea Tejido Efe

Mercados

El Ibex 35 cae un 2,1% y cede los 10.700 puntos en una semana marcada por el BCE y el IPC de EEUU

El selectivo ha logrado reducir el descenso gracias al buen comportamiento de este viernes. La subida en la sesión ha sido del 0,34%.

12 abril, 2024 17:50

El Ibex 35 ha sumado su segunda semana consecutiva en negativo. El selectivo de la Bolsa española ha acumulado un descenso del 2,11% en las últimas cinco sesiones, al verse contagiado de las caídas de Wall Street. El parqué neoyorquino se ha visto afectado por la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) retrase las bajadas de tipos.

El descenso habría sido mayor si no hubiera sido por el avance del 0,34% registrado este viernes. Los datos de inflación de Alemania, Francia y España han allanado el camino para que el Banco Central Europeo (BCE) recorte las tasas de referencia en junio a pesar de que su homólogo estadounidense no lo haga.

Con todo, el Ibex 35 ha cerrado la semana en los 10.686 puntos, aupado por las compañías relacionadas con la energía. Repsol (+3,13%), Acciona (+2,37%) y Endesa (+2,21%). Por el contrario, las mayores caídas han sido las de IAG (-3,6%). Meliá (-2,36%) y Sabadell (-2.04%).

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La subida del Ibex 35 destaca entre las principales bolsas europeas, que han terminado el día con tendencia mixta. El avance ha servido para maquillar las caídas sufridas en la primera parte de la semana. De hecho, el índice español había enlazado cinco jornadas seguidas en rojo su peor racha desde el pasado octubre.

El giro alcista, que ha ido perdiendo fuerza a medida que ha ido avanzando el día, ha estado impulsado por la reunión que del BCE y la moderación de la inflación de algunas de las principales economías de la región.

Tipos e inflación

El Consejo de Gobierno del decidió el jueves mantener sin cambios los tipos de interés por quinta reunión consecutiva -desde que pisase el freno en su cita de octubre-, tras acometer diez subidas consecutivas del precio del dinero.

La institución ha comenzado a preparar el terreno para una posible rebaja de los tipos de interés en junio. En la rueda de prensa posterior a la reunión, su presidenta, Christine Lagarde, subrayó que si la evolución de los datos sigue reforzando la confianza del BCE, "sería apropiado reducir el nivel actual de restricción de la política monetaria".

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Sin querer entrar en detalle, reconoció que en la reunión de este jueves ya hubo "algunos miembros" con la confianza suficiente para mostrarse dispuestos a bajar tipos, y aseguró que el Consejo de Gobierno dispondrá en junio de "muchos más datos y mucha más información".

Los datos de inflación de Alemania y Francia han respaldado ese posible recorte. El Índice de Precios de Consumo (IPC) de Alemania se situó en marzo en el 2,2% interanual, tres décimas menos que en febrero. Es, además, la menor subida del coste de la vida desde mayo de 2021.

En el caso de Francia, el IPC registró en marzo una subida interanual del 2,3%, siete décimas por debajo de la observada en febrero. Es el menor incremento del coste de la vida en el país galo desde septiembre de 2021.

Por el contrario, la inflación española repuntó cuatro décimas, hasta el 3,2%, debido al encarecimiento de la electricidad por la subida del IVA de la luz.

El BCE, antes que la Fed

Tras conocerse estas cifras, el optimismo del mercado sobre la bajada de tipos del BCE en junio se ha incrementado. Las posibilidades que el mercado da al mencionado descenso superan el 77%. Por el contrario, los inversores han descartado prácticamente que la Fed reduzca entonces las tasas de referencia. Las probabilidades de que ocurra son del 25%.

De esta forma, el mercado espera ahora que la Fed reduzca el precio del dinero en julio. El retraso en las previsiones ha tenido lugar en las últimas dos semanas, tras conocerse varias referencias sobre la escalada de los precios en la primera economía del mundo.

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El índice de precios de gastos de consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés), que es el indicador favorito de la Fed para medir la inflación, repuntó una décima en febrero, al 2,5%. La variable subyacente -que excluye de su cálculo los alimentos frescos y la energía por su volatilidad- se moderó una décima, al 2,8%.

De forma similar, el IPC se elevó en marzo por tercer mes consecutivo. En este caso, la tasa general creció tres décimas, al 3,5%, mientras que la subyacente se mantuvo inalterada en el 3,8%.

A las referencias macroeconómicas se ha sumado el inicio de la temporada de presentación de resultados en Wall Street. Este viernes el parqué neoyorquino volvía a sufrir descensos, afectado por las caídas registradas por la gran banca del país tras informar de sus cuentas del primer trimestre del año. A pesar de todo ello, el Nasdaq Composite intentaba cerrar la semana al alza.

Las perspectivas de que la Fed mantenga los tipos de interés elevados durante más tiempo han provocado que la rentabilidad de la deuda estadounidense se eleve con fuerza. El interés ofrecido por el bono de Estados Unidos a 10 años ha llegado a rozar el 4,6%.

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La senda ascendente del rendimiento de la deuda europea se ha frenado este viernes, ante la perspectiva de que pronto llegarán las bajadas de tipos. Como ejemplo, el interés del bono español a 10 años ha pasado del 3,3% al 3,182% en la sesión de este viernes.

Ese escenario en el que el BCE adelanta a la Fed en el proceso de normalización monetaria ha pesado sobre el euro. La divisa comunitaria ha cedido el nivel de los 1,07 dólares, situándose en mínimos de los últimos cinco meses. El descenso semanal es del 1,5%, el más abultado desde finales de 2022.

Oriente Medio

La guinda del pastel esta semana ha sido la incertidumbre geopolítica. El mercado está atento a las potenciales represalias de Irán a cuenta de su ataque sobre el consulado de Teherán en Damasco. Según ha adelantado The Wall Street Journal, Israel se estaría preparando para un ataque en los próximos dos días.

La posibilidad de que el conflicto en Oriente Medio escale ha llevado al petróleo Brent a superar los 90 dólares por barril. El West Texas estadounidense ha superado los 86 dólares.

La incertidumbre que generan estas tensiones ha empujado a los inversores hacia el oro, activo refugio por antonomasia. El metal precioso ha marcado este viernes un nuevo máximo histórico al superar los 2.418 dólares por onza.

En lo que va de año, el oro acumula una revalorización de más del 16,6% también beneficiado por las compras de los bancos centrales de países emergentes y el horizonte de bajadas de tipos.