Varios operadores trabajan en el parqué de la Bolsa de Nueva York.

Varios operadores trabajan en el parqué de la Bolsa de Nueva York. Brendan McDermid Reuters

Mercados

De 2.500 a 5.000 puntos en 5 años: así ha duplicado el S&P 500 su valor pese a la Covid

La cotización de Nvidia se ha disparado un 2.061% en el último lustro. La rentabilidad de Tesla en el mismo periodo es del 772%.

12 febrero, 2024 02:19

1 de enero de 2019. El S&P 500 iniciaba el ejercicio en los 2.510,03 puntos. 6 de febrero de 2024. El S&P 500 alcanza los 5.026,61 puntos. Es decir, en algo más de cinco años -en los que en Estados Unidos han gobernado dos presidentes diferentes, ha tenido lugar una pandemia mundial y la Fed ha subido los tipos de interés- el selectivo de la Bolsa de Nueva York se ha revalorizado un 100%.

El S&P 500 ha alcanzado máximos históricos duplicando su valor al ritmo más rápido de las últimas décadas, desde que en tres años -los comprendidos entre 1997 y el 2000- saltó de los 727 puntos a los 1.527,5 que llegó a tocar antes del estallido de la burbuja de las puntocom.

Desde entonces, el índice de referencia en Wall Street ha cerrado en positivo 17 de los 24 años completos que han transcurrido. En este ejercicio que acaba de comenzar ya acumula un repunte del 5,8%.

Tal y como explica Juan José Fernández -Figares, director de Gestión IICs de Link Securities, el último empujón del S&P 500 ha estado favorecido por tres factores. El primero de ellos es “la resistencia de la economía estadounidense a la alta inflación y a los altos tipos de interés, que se ha visto reflejada en unos resultados empresariales también más sólidos de lo anticipado”.

A la buena salud de la economía de Estados Unidos se suman “las expectativas de que los bancos centrales han terminado de subir sus tasas oficiales y que pronto comenzarán a revertir el proceso” y “el gran comportamiento de los grandes valores tecnológicos, concretamente de los más implicados en el desarrollo de la inteligencia artificial (IA)”.

'Los siete magníficos'

Pero hace años que los gigantes tecnológicos de Wall Street sobresalen en bolsa. Fruto de ese buen comportamiento, han recibido distintos nombres por parte de analistas e inversores, dependiendo de la pujanza de cada una de ellas. Así, han sido las FAANG y también las GAFAM. Ahora son Los siete magníficos.

El nombre del grupo -formado por Apple, Amazon, Alphabet, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla- es bastante acertado si se tiene en cuenta la revalorización que acumulan en los últimos años.

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Exactamente, desde el 1 de enero de 2019, Nvidia se ha disparado un 2.061%. La rentabilidad de Tesla en el mismo periodo es del 772%; la de Microsoft, del 314%; la de Meta, del 257%; la de Alphabet, del 185%; la de Amazon, del 132% y la de Apple, del 15%. Y todas ellas cuentan con un elevado peso en el S&P 500.

La clave de la evolución de estas compañías en el parqué se encuentra en los avances en la inteligencia artificial. Según indica Víctor Alvargonzález, socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance, esta tecnología “va a suponer un cambio muy importante” en la economía.

“Las primeras beneficiarias serán las empresas tecnológicas y por eso son las que más lo están descontando en sus precios. Pero luego se irá descontando también en otros sectores, en función del incremento de productividad que vaya a suponer esta cuarta fase de la revolución digital en los mismos”, subraya.

Si a esas perspectivas sobre la inteligencia artificial se suma una posible bajada de los tipos de interés, “el sector tecnológico puede seguir siendo protagonista del mercado, ya que todas las grandes ganan dinero 'de verdad' y cuentan con una situación financiera en general bastante saneada”, dice Antonio Castelo, analista de iBroker.

Otros sectores

En la llegada del S&P 500 a los 5.000 puntos ningún sector “ha influido tanto en el comportamiento de los índices como lo han hecho los grandes valores del sector tecnológico”, destaca Fernández-Figares.

Con esta premisa, el experto apunta a otros sectores que también lo han hecho bien en bolsa, como el de consumo discrecional, el de servicios de comunicación y el de software.

Gigantes estadounidenses como Berkshire Hathaway (+95%), JPMorgan (+80%), McDonald’s (+63%), Starbucks (+51%) o Coca-Cola (+26%) han registrado subidas en los últimos cinco años.

Por el contrario, aerolíneas, navieras y algunas farmacéuticas destacan entre las cotizadas del S&P 500 con peor comportamiento en el último lustro. Pfizer (-33%), United Airlines (-,49%), American Airlines (-54%), Norwegian Cruise Line (-61%) y Carnival (-69%) son algunos ejemplos.

De Trump a la Fed

Con todo, el S&P 500 ha logrado doblar su valor en un intervalo de tiempo en el que se han sucedido diferentes acontecimientos, desde la presidencia de Donald Trump a la de Joe Biden hasta el cambio de política de la Reserva Federal (Fed), que en marzo de 2022 inició el ciclo de subida de los tipos de interés más rápido de los últimos 40 años.

Una vez elevado el precio del dinero en 525 puntos básicos, el banco central se dispone ahora a comenzar la senda de bajadas. Cuando tenga lugar -en mayo o junio de este año, según las previsiones del mercado-, será el primer recorte de tipos por parte de la Fed desde el estallido de la Covid-19.

Porque el S&P 500 también se ha enfrentado a una pandemia mundial. El índice saldó ese fatídico 2020, año en el que estalló el coronavirus, con una subida del 16,3%.

Todos estos acontecimientos han influido para bien o para mal en el comportamiento del selectivo. No obstante, Fernández-Figares piensa que “el factor más relevante para la revalorización del S&P 500 ha sido el fuerte crecimiento de los beneficios empresariales”.

6.000 puntos

Una vez superados los 5.000 puntos, ¿cómo se puede comportar el índice en el futuro? “Si hacemos caso a la teoría, a largo plazo la bolsa siempre gana. No habría más que ver un gráfico del S&P500”, advierte Castelo.

Aunque añade: “Pero en el camino hay caídas, algunas muy, muy fuertes”. El analista de iBroker destaca la evolución de la inflación, la incertidumbre geopolítica y las numerosas elecciones que se celebran en 2024 como riesgos a vigilar.

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Aunque Fernández-Figares no descarta que se pueda producir “una pequeña corrección en las bolsas”, cree que “a medio plazo el S&P 500 irá a por los 6.000 puntos”.

Según señala Alvargonzález, “cuando un índice tan importante rompe un máximo histórico pueden pasar tres cosas: que consolide la ruptura y lo que era un techo se convierta en el suelo de una nueva tendencia alcista, que no consiga consolidar esa ruptura y tenga que ir a buscar impulso bastante más abajo, o que se quede haciendo un movimiento lateral durante una temporada”.

En Nextep piensan que lo que tiene más probabilidades de ocurrir es la primera opción, es decir, “que finalmente consolide la ruptura de los máximos anteriores y lo que era un techo se vaya convirtiendo en un suelo”.