El Ibex 35 ha cerrado este viernes su peor trimestre en un año. El descenso registrado entre junio y septiembre ha sido del 1,72%, propiciado por las perspectivas de que los tipos de interés pueden permanecer elevados durante un largo periodo de tiempo.

La caída semestral del selectivo de la Bolsa española ha tenido lugar tras tres trimestres consecutivos de importantes subidas. La recuperación del Ibex 35 dio inicio en el último trimestre de 2022, tras un año completo de descensos trimestrales.

Entre octubre y diciembre de 2022 el repunte fue del 11,7%. El avance de los tres primeros meses de 2023 alcanzó el 12,2%, mientras que el alza anotada en primavera fue del 3,9%.

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Los mercados bursátiles también han dado por terminado el mes de septiembre, periodo en el que el Ibex 35 se ha dejado un 0,82%. El recorte se suma a la caída del 1,41% sufrida en agosto.

Con el tropiezo mensual y trimestral, el Ibex 35 no ha logrado salvar los 9.500 puntos. La subida del 0,01% que se ha anotado este viernes, hasta los 9.428 enteros, no ha servido para maquillar los resultados.

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Solaria (+3,90%), Fluidra (+2,49%) y Acciona Energía (+2,09% han liderado las subidas del Ibex 35 en esta jornada, mientras que Ferrovial (-1,19%), Repsol (-1,02%) y Santander (-0,86%) han encabezado las bajadas.

Los principales índices europeos también han puesto punto final a un trimestre negativo con subidas. El Dax ha subido un 0,41%, el FTSE 100, un 0,02%; el FTSE MIB, un 0,28%, y el Cac 40, un 0,37%. El Euro Stoxx 50 ha sumado un 0,28%.

Menor inflación

El alivio para los parqués del Viejo Continente ha llegado de la mano de los datos de inflación. Este viernes se ha conocido que el Índice de Precios al Consumo (IPC) de la eurozona se ha reducido nueve décimas en septiembre, al 4,3%. La tasa supone el menor crecimiento de los precios en casi dos años.

También, en septiembre, la inflación de Alemania se ha situado en el 4,5%, un punto y seis décimas menos que en agosto, mientras que en Francia se ha mantenido en el 4,9% y en España ha escalado al 3,5%.

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Y lo mismo ha ocurrido en Wall Street. El S&P 500 y el Nasdaq se encaminaban a cerrar el peor trimestre en un año. Pero lo hacían en positivo después de que el Índice de Precios del Consumo en Gasto Personal (PCE) subyacente -la variante favorita de la Reserva Federal (Fed) para seguir los precios- se moderase en agosto.

La menor inflación ha mejorado el ánimo de los inversores, quienes la semana pasada recibieron como un jarro de agua fría las decisiones que tomaron los principales bancos centrales respecto a los tipos de interés.

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La Fed mantuvo sin cambios los tipos de interés -en el actual rango de entre el 5,25% y el 5,5%-, pero dejó claro que podría subir los tipos de interés una vez más antes de finalizar el año y que estos se mantendrán altos durante mucho tiempo.

En su último encuentro, el Banco Central Europeo (BCE) elevó los tipos de interés 25 puntos básicos, hasta el 4%, máximos históricos en el caso de la facilidad de depósito. Aunque apuntó a que quizá no habrá más incrementos, en los últimos días muchos de sus miembros han alejado la posibilidad de que las bajadas comiencen en los próximos meses.

Deuda

En este contexto, la rentabilidad de la deuda pública se ha elevado a máximos de hace varios años. El interés ofrecido por el bono alemán a 10 años -la referencia en Europa- ha alcanzado niveles no vistos desde 2011 al llegar al 2,8%. El bono español al mismo plazo ha superado el 4%, algo que no ocurría desde principios de 2014.

La rentabilidad de la deuda estadounidense también se ha incrementado; por encima del 5% en el caso de los bonos a 2 años -más sensibles a las expectativas sobre los tipos de interés-, y hasta el 4,6% en el caso de los bonos a 10 años.

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Las perspectivas de que los tipos de interés se mantendrán en niveles elevados se han sumado a un escenario de ralentización del crecimiento, tal y como recogen los datos del segundo trimestre del año, los últimos disponibles.

El Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos subió un 0,5% respecto a los tres meses anteriores. La expansión en comparación anual fue del 2,1%. En ambos casos, el crecimiento fue una décima inferior que en el trimestre anterior.

El PIB de la eurozona se expandió un 0,1%, la misma cifra que el trimestre anterior, mientras que el crecimiento de China fue del 0,8%, cuatro décimas menos que entre enero y marzo.

En este contexto, el euro se ha debilitado frente al dólar. La divisa comunitaria se cambiaba este viernes a 1,06 billetes verdes, aunque esta semana ha llegado a caer a 1,0488. El descenso trimestral es del 0,8%.

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Frente a la depreciación del euro, destaca la subida trimestral del petróleo. El precio del Brent, la variante europea, se ha encarecido un 23,5% aunque tras las últimas correcciones ronda los 92 dólares por barril. El West Texas estadounidense se mantiene cerca de los dólares.

Ambas referencias se han visto impulsadas por los recortes de producción petrolera de Arabia Saudí y Rusia, además de por las previsiones que apuntan a un incremento de la demanda, especialmente por parte de China.

Con todos estos factores sobre la mesa, la subida anual del Ibex 35 se ha reducido al 12,8%.