Exactamente, y teniendo en cuenta los datos recogidos por Refinitiv, los credit default swaps a un año de EEUU se han reducido unos 50 puntos básicos en once días, al bajar de los más de 172 puntos básicos -máximos históricos, como ya contó este periódico- hasta los 125.

Los conocidos como CDS son derivados financieros asociados al riesgo de crédito de los bonos emitidos por una empresa o un gobierno. Es decir, permiten medir la probabilidades de impago de un determinado emisor.

Chile, Perú o México

A pesar de que los CDS para los bonos a un año han caído con fuerza, todavía se mantienen muy por encima de los 17,5 puntos básicos en los que se encontraban a principios de 2023.

De la misma forma, el nivel en los que se sitúan en la actualidad los seguros de impago de los bonos estadounidenses es muy superior a los de otros miembros del G7 como Canadá (37,7 puntos básicos), Francia (9) o Japón (4,03).

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También es mayor que el Italia (24,7), otro miembro del G7 cuya salud económica ha sido más cuestionada, o de otros países europeos como España (13). También son superiores a los de Grecia (40), cuya crisis de deuda puso en riesgo su permanencia en el club del euro.

Y lo mismo sucede con economías del centro o sur de América cuyas finanzas se han visto comprometidas en alguna ocasión, como Chile (19,02), Perú (19,3), México (31,3) o Brasil (46,8).

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Como ha ocurrido con los CDS a un año, los credit default swaps estadounidenses a cinco años también se han reducido en los últimos días. Han pasado de situarse en máximos de 2009 a caer a 57 puntos básicos.

Como sucede a un año vista, las posibilidades que el mercado da a una quiebra de EEUU en cinco años son superiores a las de Canadá (38,7), Francia (27,5) o Japón (23,2). Sin embargo, el coste para asegurarse contra un impago estadounidense es inferior al de hacerlo frente a un default de Grecia (152) o Brasil (214,3).

En cualquier caso, y de nuevo según cálculos de Refinitiv, el mercado no da prácticamente posibilidades reales a que Estados Unidos quiebre, ya que estas son, según cálculos de Refinitiv, de sólo el 2%.

Y ello a pesar de que sólo quedan 10 días -hasta el próximo 1 de junio, según ha alertado el Tesoro estadounidense- para que la mayor economía del mundo incurra por primera vez en una suspensión de pagos de su deuda soberana.

¿Primer impago?

A pesar de que en 2011 estuvo cerca de hacerlo, EEUU nunca ha impagado su deuda. Sin embargo, cada cierto tiempo se asoma a esa posibilidad porque, a diferencia de otros países, su Ejecutivo sólo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de suspender ese techo según crea conveniente.

De hecho, desde la década de los 70, el Congreso estadounidense ha aprobado al menos en 78 ocasiones aumentar o suspender el techo de deuda, consiguiendo así que el país nunca haya impagado su deuda.

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El límite actual, de 31,4 billones de dólares, fue alcanzado el pasado mes de enero. Cualquier acuerdo para elevar dicho límite debe ser aprobado por las dos cámaras del Congreso antes de que el presidente Joe Biden pueda firmarlo y convertirlo en ley.

Pero los republicanos, liderados por Kevin McCarthy y a favor de reducir el gasto público, controlan la Cámara de Representantes -con 222 de 435 miembros-, mientras que los demócratas controlan el Senado al contar con 51 senadores, frente a los 49 conservadores.