Banco de España. Foto: Óscar J. Barroso / Europa Press.

Banco de España. Foto: Óscar J. Barroso / Europa Press.

OPINIÓN MERCADOS BLUE MONDAYS

Fiebre por la deuda pública

13 febrero, 2023 02:55

El ahorrador español es una fuente inagotable de sorpresas. Las recientes colas formadas en la castiza calle Alcalá para entrar en las oficinas del Banco de España tenían como objetivo la adquisición de Letras del Tesoro.

Asistimos, insisto en mi asombro, a una fiebre inversora en productos monetarios con garantía del Estado que no es exclusiva tengo que decir de los españoles cuyo amor patrio se ha disparado por un súbito cambio de gobierno. Portugal e Italia, por citar dos ejemplos, también viven una “moda” similar por este tipo de productos de corto plazo.

¿Es realmente tan buena la oportunidad?

Indudablemente, la normalización que está teniendo lugar en los tipos de interés está jugando un papel fundamental. Las Letras a 6 y 12 meses han pasado de comprarse con prima a recuperar el tradicional descuento sobre el nominal al que se emiten después de nada menos que de siete años.

Hoy se puede comprar en el mercado secundario deuda a 12 meses con una tasa de retorno de casi el 2,5%. El problema es que es una rentabilidad nominal. Ajustada por la inflación, el inversor estaría soportando un -3,32%, todavía inaceptable y muy por debajo del estándar histórico de rentabilidad-riesgo que ha ofrecido este activo.

Cuando los tipos suben los bancos son los primeros en aplicar alzas al coste de su activo, que es donde se generan sus ingresos. Elevan el precio de la oferta de crédito y encarecen las condiciones de financiación porque en ello va asociado un mayor riesgo.

Pero también son los más lentos en aplicar las subidas a una mayor remuneración a su pasivo. De hecho, a pesar de que el BCE inició el ciclo de subidas hace casi un año, la rentabilidad de los depósitos es prácticamente imperceptible para la gran mayoría de entidades. Ya saben cómo funciona la colusión en este sector.

A pesar de que el BCE inició el ciclo de subidas hace casi un año, la rentabilidad de los depósitos es prácticamente imperceptible.

Algunos bancos han empezado tímidamente a elevar su remuneración, pero están muy por debajo de lo deseable. Tomando como referencia las mejores ofertas se está ofreciendo hasta un 2% de rentabilidad para nuevos clientes, eso sí, con limitaciones.

Una rentabilidad con peor fiscalidad compara a peor con las letras si el inversor busca instrumentos de corto plazo y líquidos -las letras no tienen retención- y casi cincuenta puntos básicos peor que la deuda pública a igual vencimiento pese a que el riesgo no es el mismo. Además, hay que tener en cuenta que la obligatoriedad de vincularse con el banco sigue siendo un enorme lastre para los que buscan libertad a la hora de remunerar su efectivo.

Un análisis cualitativo tiene que abrir los ojos sobre la realidad de lo que ocurre. El estado español no se ha vuelto generoso de repente. Remunera la deuda a tipos medios más altos porque hay una inflación desbocada. Aun cayendo, sigue siendo 3 veces más alta que el objetivo comunitario. Esto es así porque los déficits siguen siendo inabordables lo que a su vez obliga a que los países más endeudados a un esfuerzo mayor para financiarse.

No nos podemos engañar. Estamos muy lejos de dos cosas. La primera es que haya una plena normalización del mercado de deuda. Y la segunda, que esa normalización es producto de una aberración financiera como ha sido llevar los tipos de interés a negativo. Y añado, en esta moda que no le engañen. La renta fija ni es fija ni está exenta de riesgo.

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