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Mercados

El mito del mono que sabía más de bolsa que los expertos

El afán por las predicciones es probablemente el aspecto menos científico de los mercados.

24 octubre, 2021 05:30

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En 1973 el profesor Burton Gordon Malkiel publicó el libro “Un paseo aleatorio por Wall Street”. En él explicaba que para comprobar si los aciertos de los expertos eran o no aleatorios debía hacerse, según él, un concurso entre profesionales y una elección de acciones completamente al azar.

La metáfora de esta selección fortuita consistía en imaginar un mono con los ojos vendados lanzando dardos a la página con la lista de acciones del The Wall Street Journal. Luego se compararían los rendimientos de las carteras de ambos contendientes.

Los redactores del diario estadounidense cogieron el guante lanzado por este prestigioso economista. Lo sorprendente es que cuando se comparó el comportamiento anual de la cartera de valores elegida al azar por el mono con el de los fondos de inversión referenciados al mercado estadounidense, la cartera del mono había superado al 85% de los fondos, además de haber superado al comportamiento de los principales índices del país.

Este experimento se realizó durante 14 años y en el largo plazo las recomendaciones de los profesionales sí que batieron claramente a las del mono aunque sumando comisiones de gestión el resultado fue muy similar. No hablamos de acertar la tendencia sino en qué activos invertir.

Con esto no se quiere decir que un mono vaya a ser mejor que nosotros en los mercados, pero sí que el futuro no lo conoce nadie y que hacer previsiones es un juego divertido pero nada más que un juego porque el azar puede acertar tanto o más que cualquiera.

Buscando la previsión diferente

Al final lo más probable es que suele suceder, y por estadística todos los años hay sustos bursátiles pero la mayoría de ellos la bolsa sube. Por ello es fácil hacer previsiones optimistas y pesimistas y tener uno o varios momentos estilo “eso ya lo dije yo”.

Muchos personajes se hicieron famosos porque acertaron la crisis de 2008, y aún viven de ello. Lo que no está claro es si acabaron acertando de tanto insistir (algunos llevaban profetizando que ocurriría años antes, y en inversiones el timing lo es todo) o porque hay personajes que dicen tantas cosas, que al final en alguna aciertan.

Si alguien prevé que el bitcoin caerá cuando cotiza en 30.000, y acaba cayendo a 15.000 en un par de años pero antes ha estado en 60.000, presumir de haber acertado no tiene sentido.

Tampoco nadie se acuerda de los que dijeron en 2009 que había que comprar en bolsa por ejemplo, porque las predicciones positivas, y más las que se alinean con los comportamientos más habituales, no tienen el tirón suficiente como para ser noticiables.

Si alguno tiene la tentación de tomarse en serio lo que medios y analistas dirán sobre 2022, práctica habitual según se acerque el final del año, basta con que consulten en Google lo que decían hace un año de 2021… o en diciembre de 2019 sobre 2020, algo que es aún más curioso.

Vuelven las previsiones pesimistas

Tras el consenso positivo que había sobre 2021 gracias a la evidente recuperación y a que, incluso sin saber si las vacunas tendrían éxito o no, se daba por hecho que el virus iría a menos, según ha avanzado el año han vuelto a salir previsiones más negativas.

De algunas hemos hablado aquí, como las que comparan la situación actual con la de los años 70 (bajo crecimiento y alta inflación) del siglo pasado, liderada por el economista Roubini, especializado en previsiones negativas desde que la crisis de 2008 le lanzó a la fama. 

Últimamente Willem H. Buiter, professor de la Universidad de Columbia y del que hemos comentado alguna vez su oposición frontal a las criptomonedas, también se apunta a la negatividad

“En todas las economías avanzadas (y en muchos mercados emergentes), los activos de riesgo, principalmente activos de capital e inmobiliarios, parecen estar materialmente sobrevaluados, a pesar de las correcciones menores recientes.”

Y añade: “Sospecho que tanto la tasa de interés real segura de largo plazo como diversas primas de riesgo están siendo deprimidas artificialmente por creencias distorsionadas y burbujas perdurables respectivamente. Si es así, las valuaciones de los activos de riesgo hoy están absolutamente alejadas de la realidad.”

“Cuando las inevitables correcciones de precios se materialicen, los bancos centrales, los supervisores y los reguladores necesitarán trabajar estrechamente con los ministros de Finanzas para limitar el daño a la economía real. Hará falta un desapalancamiento significativo de los cuatro sectores (hogares, corporaciones no financieras, instituciones financieras y gobiernos) para reducir la vulnerabilidad financiera e impulsar la resiliencia.

Una restructura ordenada de la deuda, incluida una restructuración de la deuda soberana en varios países en desarrollo altamente vulnerables, necesitará ser parte del restablecimiento tan esperado de la sustentabilidad financiera.”

En resumen, da por hecho que habrá correcciones fuertes en el precio de casi todos los activos, e incluso que varios países emergentes incumplirán el pago de sus deudas soberanas. Esto en cuanto a la economía, en cuanto a la bolsa también hay previsiones catastróficas.

El fundador y director general de BullAndBearProfits.com, Jon Wolfenbarger, estratega de Allianz durante dos décadas, predijo que las acciones estadounidenses pueden estar "a punto de iniciar el mayor mercado bajista desde la Gran Depresión".

Wolfenbarger cree que el sentimiento excesivamente alcista, la debilidad económica, los niveles excesivos de deuda y las herramientas políticas limitadas son ingredientes clave para una caída del mercado peor que la observada entre 2008 y 2009. "En este sentido, precisa, el techo alcanzado por el S&P 500 hace unas semanas podía haber sido el comienzo."

Esto lo dijo una semana antes del nuevo máximo histórico del S&P500 y el Dow Jones de esta semana.

La normalidad no es noticia

Si China no invade Taiwan, si las empresas fabricantes de semiconductores consiguen igualar su producción con la demanda del producto, si el precio de la luz se estabiliza y vuelve a los niveles de hace unos meses, si la bolsa cierra el año en positivo… pocos titulares atractivos saldrán de esas noticias.

Y sin embargo, eso es lo más probable que ocurra. Y es que cada año es igual, siempre hay riesgos pero muy pocos se materializan, en muy escasas ocasiones ocurre algo realmente inesperado que lo trastoca todo…y no olvidemos que algo así acaba de pasar con la primera pandemia mundial del siglo.

Seguro pasarán muchas cosas, algunas que nadie ha previsto, pero pensar que en tan corto espacio de tiempo como uno o dos años, va a volver a suceder un evento tan inusual de la magnitud de lo que nos pasó en 2020, es estadísticamente muy improbable.

Y es bueno ser conscientes de los riesgos, y conocer las opiniones “contrarian” que se alejan del discurso oficial siempre optimista pero no hay que obsesionarse con las predicciones, ni siquiera con las propias.

Todos tenemos una opinión, todos los que invierten en los mercados tienen un escenario pero es nuestro deber no empecinarnos en él, aparcar el ego y ser flexibles y adaptarnos al mercado en cada momento. Conseguirlo será el mejor regalo para nuestros bolsillos.