Dia aborda hoy una junta clave para su futuro en la que los accionistas tendrán que optar entre el plan propuesto por el consejo de administración de la compañía y el planteado por LetterOne, sociedad controlada por Mikhail Fridman y propietaria del 29% de la cadena de supermecados. El consejo liderado por Borja de la Cierva anunció ayer un acuerdo con la banca acreedora para prorrogar sus líneas de financiación si sale vencedor en la asamblea de accionistas, que podrían decantarse no obstante por la OPA del inversor ruso a un precio de 0,67 euros.

Las acciones de Dia cerraron ayer en 0,62 euros, más cerca del precio de la oferta de adquisición, tras anotarse unas subidas del 6,3%. Esta mañana, sin embargo, sus títulos se dejan casi un 1% en el parqué, hasta los 0,61 euros.

Pero los inversores también están atentos a las novedades de empresas que cotizan en el Ibex 35. Es el caso de Aena, que ha recibido un jarro de agua fría por parte de Goldman Sachs. Los analistas del banco estadounidense han recortado su recomendación sobre el gestor de los aeropuertos hasta “vender” desde su anterior consejo de “neutral”, algo que se deja notar en la cotización de la compañía, que arranca las sesión con un descenso del 1,8%, hasta los 163,1 euros.

Por otro lado, Ence repunta un 1,16% en el Ibex (en un selectivo que abre con leves descensos) y pone fin, al menos por el momento, a cuatro sesiones consecutivas de números rojos como consecuentica de la amenaza de cierre de su planta de Pontevedra. Ayer Moody's advirtió de que una posible nulidad de la extensión de las concesiones de Ence para esta fábrica podría afectar al riesgo crediticio de la compañía. La agencia de rating señaló, no obstante, que prevé que la decisión final podría no tomarse hasta dentro de seis años.

En el terreno de las operaciones corporativas, Expansión publica hoy que Cellnex estaría interesado en la adquisición del grupo francés TDF, algo que de materializarse consolidaría su liderazgo en Europa como líder de infraestructuras de telecomunicaciones y supondría el desembolso de 3.000 millones de euros. Según el diario, el objetivo de la compañía española, que ya está presente en Francia por un acuerdo con Bouygues, es hacerse con una participación cercana al 60%. Cellnex, por otro lado, acaba de cerrar una ampliación de capital de 1.200 millones de euros.