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Mercados

El sueño americano duerme en una histórica cama de deuda de 13,3 billones de dólares

Los hogares estadounidenses nunca habían tenido tanta deuda. Ni en 2008. Ahora cargan con más de 13 billones en un momento en el que la Fed sigue adelante con la subida de los tipos. El miércoles, sin ir más lejos, volverá a aumentarlos.

23 septiembre, 2018 04:00

El miércoles, a las ocho de la tarde -hora española-, la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, volverá a subir los tipos de interés. Los elevará del 1,75-2% al 2-2,25%. Será el tercer incremento del año y el octavo desde finales de 2015, secuencia que tendrá continuidad en diciembre, cuando los conducirá al 2,25-2,5%...

Y así, a este pausado pero cada vez más constante ritmo, el precio del dinero de la mayor economía del mundo regresa ya a los niveles en los que se encontraba hace una década. No superaba el 2% desde marzo de 2008. Es decir, desde antes de la quiebra de Lehman Brothers, el evento que partió la crisis en dos y al que siempre se vuelve cuando hay que hacer memoria, como si todo lo anterior a su caída respondiera a tiempos pretéritos.

Pero ni siquiera entonces, ni antes, ni después, ni durante el hundimiento de Lehman, los hogares estadounidenses habían acumulado tanta deuda. Jamás.

618.000 MILLONES MÁS QUE EL ANTERIOR RÉCORD

Al cierre del segundo trimestre, y según los datos que recopila la Fed de Nueva York, la deuda total de los hogares alcanzó los 13,29 billones de dólares tras engordar en 82.000 millones entre abril y junio. ¿Fue el decimosexto incremento trimestral consecutivo, y el total actual es 618.000 millones mayor que el anterior pico de 12,68 billones marcado en el tercer trimestre de 2008¿, detalla la Fed. Es decir, cuando quebró Lehman. Y ya supera en más de dos billones de dólares el volumen al que llegó a caer en 2013, que marcó el nivel más bajo de la crisis.

Ahí, en un lecho de deuda sin precedentes, duerme el sueño americano, que siente así la presión que supone la subida de los tipos de interés que está ejecutando la entidad presidida por Jerome Powell. Porque no están aumentando rápido, pero los movimientos ya se están acumulando. Y más que lo harán, porque en 2019 están previstas entre dos y tres incrementos adicionales, unas expectativas que ya dejan su huella, con la rentabilidad de los bonos estadounidenses a 10 años de vuelta al 3% y con el rendimiento de los bonos a dos años en el 2,80%, un nivel que no se veía¿ desde 2008.

MUCHO MÁS QUE HIPOTECAS

Eso sí, la composición de esa deuda muestra cambios notables con respecto a la existente hace una década. Entonces, el 79% de esos 12,68 billones -9,99 billones- correspondían a hipotecas y líneas de crédito para comprar casas, auténtico epicentro del colapso que se puso en marcha a comienzos de 2007. Los 2,69 billones restantes -el 21%- procedían de deuda no hipotecaria.

Ahora, la deuda hipotecaria y para la adquisición de vivienda, con 9,43 billones, sigue acaparando la mayoría de la deuda, con un 71%, pero es la no hipotecaria, con 3,86 billones -un 29%-, la que está batiendo todos sus registros y la que acapara las miradas por si puede ser el origen de un futuro accidente. De esos cerca de cuatro billones, 1,41 billones corresponden a préstamos para estudiar; 1,24 billones, a préstamos para comprar coches; y 829.000 millones, a deudas de las tarjetas de crédito.

Este reparto muestra dos grandes cambios en los últimos años, los relacionados con los préstamos para estudiantes y para la compra de coches. Hace 10 años, el volumen de los primeros se limitaba a 0,59 billones, con lo que en la última década se ha multiplicado por 2,4 veces. En cuanto a los préstamos para vehículos, se han disparado un 53% en el mismo periodo. El montante de las tarjetas de crédito es similar al de hace 10 años, aunque ya ha crecido un 20% con respecto a los mínimos marcados en 2011.

Estos datos se complementan con otros. Según un análisis de la deuda de los estadounidenses realizado por Reuters, ¿el 60% de los hogares con menores rentas han supuesto la mayoría del incremento del consumo privado en los dos últimos años incluso aunque sus finanzas han empeorado¿. Es decir, están alimentando el consumo con deuda, con lo que un segmento considerable de la población está expuesto a que la subida de los tipos complique todavía más su posición financiera.

Por ahora, la tasa de morosidad sigue contenida, aunque con segmentos en los que sí muestra datos inquietantes. A finales del segundo trimestre, la mora media se situaba en el 4,5%, pero en el caso de los préstamos para estudiantes alcanzaba el 10,9% y en el de las tarjetas de crédito, el 7,9%. Su evolución será clave a la hora de evaluar el desgaste que las subidas de los tipos provocarán en la economía. Y para calibrar si los hogares podrán soportarlas, no vaya a ser que el sueño se acabe convirtiendo en pesadilla. Otra vez.