La fuerte tendencia alcista se frenó, y en los dos últimos días revierte su tendencia más de un 20%, al tiempo que la Agencia de Regulación y Supervisión bancaria turca (BDDK), anunció medidas para limitar las permutas financieras de los bancos turcos. Según la orden emitida por la BDDK, los bancos turcos ya no pueden superar el 25% de su capital propio al acordar permutas de moneda extranjera.

Hace justo una semana, la lira se desplomó un 22% en solo cinco días y llegó a cotizar en 7 liras por dólar y 8 liras por euro, pero con la recuperación iniciada el lunes, la pérdida desde el miércoles pasado se ha quedado en un 10%.

En los últimos días, el Banco Central ha tomado varias medidas para inyectar liquidez a los mercados y subir los tipos de interés en determinados depósitos, lo que parece haber invertido la tendencia bajista, pese a que persiste la tensión diplomática con Estados Unidos, que agravó la crisis.

En cuanto a la gestión de liquidez en divisas, el Banco de Turquía permitirá a las entidades del país recibir préstamos en divisas con vencimientos a un mes además de los actuales fondos con vencimiento a una semana vista.

Además, el instituto emisor turco retomará su papel como intermediario en el mercado de depósitos en moneda extranjera, añadiendo que podría elevar el actual límite de 50.000 millones de dólares para los depósitos en divisas, abriendo la posibilidad de "mejorar sus condiciones de utilización si fuera necesario".

Hoy mismo, un tribunal turco volvió a rechazar un recurso del sacerdote estadounidense Andrew Brunson, que lleva casi dos años en prisión preventiva en Turquía y cuya liberación ha exigido Washington, aplicando medidas de presión como la imposición de sanciones a ministros turcos.

Al mismo tiempo, Ankara anunció una subida en los aranceles impuestos en junio pasado a 22 categorías de productos estadounidenses, como respuesta a las tasas aduaneras que EEUU impone al acero y aluminio.

El portavoz de la Presidencia turca, Ibrahim Kalin, señaló hoy en una rueda de prensa que Turquía "no está a favor de guerras comerciales" pero que "no se puede quedar sin reaccionar cuando es blanco de un ataque".