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Cómo convertir 5.000 euros en 62.500 euros dejando trabajar al interés compuesto

No hay trampa ni cartón. Una inversión de 5.000 euros puede convertirse, escogiendo el producto adecuado, en 62.500 euros si deja que el dinero trabaje para usted a través del interés compuesto. El único requisito: apostar por el largo plazo.

16 junio, 2018 04:00

El tiempo puede convertirse en el gran aliado de la inversión si se deja trabajar el interés compuesto. Un concepto que no termina de calar entre los inversores españoles, con un perfil marcadamente cortoplacista y con un impulso interior que por lo general empuja a preferir la recompensa inmediata frente a las ganancias que se demoran en el tiempo. Según los expertos de Fidelity, este es uno de los sesgos más graves que evidencian los inversores, que además fomenta la peligrosa ¿toma de decisiones emocionales, especialmente en momentos de agitación en el mercado¿.

En este escenario, los expertos coinciden en que aquellos inversores que sean capaces de mantener la calma en momentos de estrés y dejar que el dinero trabaje para ellos a largo plazo a través del interés compuesto, podrán comprobar cómo su dinero se multiplica hasta batir con creces sus objetivos iniciales. Con el interés simple, las ganancias de una inversión se calculan sobre el patrimonio inicial. Pero con el interés compuesto, el cálculo es sobre el patrimonio total acumulado. Es decir, el interés que genera el capital inicial se reinvierte, generando a su vez mayores beneficios y así sucesivamente.

Imagine que cuenta con un capital inicial de 5.000 euros. Y que decide invertirlo en un fondo de inversión que ofrezca una rentabilidad anualizada del entorno del 5%. Teniendo siempre presente que rentabilidades pasadas no garantizan las futuras, productos de renta variable española con demostrada solvencia en la gestión como el Santander Small Caps España, el Gesconsult Renta Variable o el fondo Metavalor pueden ser ejemplo de ello. Cifras más elevadas podrían dar, por ejemplo, la inversión en un ETF (fondo cotizado) que replique el S&P 500, con un rendimiento del entorno del 10% año tras año.

Pero volviendo al ejemplo inicial, un interés simple del 5% cada año supondría que por esos 5.000 euros recibiría 250 euros al año en intereses. En 20 años, habría recibido 5.000 euros, lo que sumado al capital inicial daría un total de 10.000 euros. Y en 30 años recibiría 7.500 euros. Es decir, 12.500 euros.

¿Y SI SE APLICA EL INTERÉS COMPUESTO?

La cifra engorda notablemente si se aplica el interés compuesto en el mismo ejemplo. Los 250 euros recibidos el primer año pasan a formar parte del capital invertido, por lo que el interés del segundo año se calcularía sobre 5.250 euros. Aumenta el capital invertido y también el interés, repitiéndose el ciclo todos los años. Al cabo de una década, esos 5.000 euros iniciales se habrán convertido en 8.144 euros. En 20 años podría disponer de 13.266 euros. Y en 30 años de 21.609 euros. Todo sin realizar aportaciones por el camino. Solo dejando trabajar al interés compuesto a su favor y recordando que, cuanto antes se empiece a ahorrar, mayores serán los beneficios con el paso de los años. A 30 años vista, la inflación -haciendo cálculos con una inflación anual del 2%, que es el objetivo del BCE- converitiría esos 5.000 euros iniciales en 9.057 euros, lo que realza la ganancia real que el interés compuesto genera con respecto al simple.

Si a esa inversión inicial se aportase una cantidad de, por ejemplo, 50 euros mensuales, en 10 años tendría en su poder 15.894 euros aplicando el interés compuesto. En 20 años 33.639 euros. Y en 30 años unos 62.544 euros. Es decir, al final de esas tres décadas el interés compuesto le permitiría ganar, con esa aportación mensual de 50 euros sumada a los 5.000 euros iniciales, 50.044 euros más que aplicando solo el interés simple.

Para aquellos con mayor capacidad de inversión inicial se puede comenzar con de 10.000 invertidos en un fondo de inversión como el Bestinver Bolsa, que cuenta con un track record suficiente (nació en 1994) como para haber vivido momentos alcistas y bajistas del mercado. Su rentabilidad anualizada del 11,5% supone que por esos 10.000 euros recibirían 1.150 euros al año. Con el interés simple, en 20 años, habríamos recibido 23.000 euros, lo que sumado al capital inicial daría un total de 33.000 euros.

Aplicando el interés compuesto, al cabo de una década, los 10.000 euros iniciales se habrán convertido en 29.699 euros. En 20 años podría disponer de 88.205 euros. Y en 30, de 261.966 euros. Si se añadiera una aportación de 50 euros al mes, la suma final al cabo de 30 años se dispararía hasta los 401.480 euros.

Según explica Fernando Luque, analista senior de Morningstar, en el caso de los fondos, estos deberían cumplir determinados `requisitos¿ para optimizar las ganancias vía interés compuesto. Primero, que sea de renta variable global, para diversificar al máximo la cartera. Segundo, que tenga una calidad probada con la calificación cinco estrellas que la firma otorga a los productos con mejores ratios de rentabilidad/riesgo. ¿Los inversores también deben tener en cuenta si hay o no una inversión mínima inicial y, sobre todo, si hay aportaciones periódicas a realizar que pueden reducir algo el 'atractivo' de las ganancias por una cuestión de costes¿, indica Luque.

Lo ideal, insiste, es elegir un producto con el menor coste posible. ¿Si la aportación es mensual, el interés compuesto pierde algo de atractivo a nivel de coste¿, explica Luque. ¿No es lo mismo invertir 10.000 euros en acciones de una compañía, que invertir 100 euros cada mes durante 10 meses¿, insiste, explicando que la clave está en escoger el producto adecuado para poder permitirse el lujo de olvidarse de periódicos y mercados dejando, simplemente, que el interés compuesto trabaje para usted.