dragon_chino_china

dragon_chino_china

Mercados

Las 10 claves que hay que saber antes de comprar acciones chinas

China vuelve a abrirse paso en los mercados globales. Las bolsas de Shanghái y Shenzen están más cerca de los pequeños inversores con su entrada en el MSCI EM, pero siguen teniendo muchas particularidades que conviene conocer antes de lanzarse a operar.

27 mayo, 2018 04:00

Las bolsas continentales chinas entran en el tablero de juego de la inversión global por la puerta del MSCI Mercados Emergentes (MSCI EM), el índice más seguido para tomar el pulso a las bolsas de economías en expansión. Los cálculos de varios gigantes de la inversión hablan de cerca de 18.000 millones de dólares listos para hacer su entrada en las cotizadas de Shanghái y Shenzhen que tengan el honor de incorporarse al selectivo.

Una primera oleada la protagonizarán los inversores institucionales que llevan tiempo estudiando y analizando el mercado chino, especialmente desde que hace un año se anunció la entrada de las conocidas como `acciones A chinas¿ en el indicador MSCI. Para ayudar a los inversores de a pie a no perderse en este nuevo entorno de inversión que ofrece el `Gigante Asiático¿, Allianz Global Investors ha elaborado una guía con los 10 puntos clave de estas bolsas vetadas al inversor extranjero hasta hace muy poco.

1. Profundidad y liquidez. La capitalización bursátil de las acciones china de clase A -aquellas cotizan en las Bolsas de Shanghái y Shenzhen- ronda los ocho billones de dólares, un volumen que tan solo superan las bolsas estadounidenses y que aventaja en cerca de un 30% a las de la Eurozona. Sin embargo, las dificultades reinantes hasta hace poco para que el inversor extranjero accediera a estos mercados habían limitado el grueso de la presencia internacional a las acciones de clase H -las cotizadas en la Bolsa de Hong Kong-, que representan un universo mucho más reducido.

2. El índice MSCI. En junio de este año, un año después de haber tomado la decisión de hacerlo, un grupo de cotizadas en las bolsas continentales de China se incorporarán al MSCI EM. Este movimiento, además de enviar una señal de confianza y credibilidad a inversores de todo el mundo, coloca estas compañías en el radar de aquellos que invierten o replican este índice, incluidos fondos cotizados (ETF) y derivados sobre este indicador. Así, se espera que hasta 18.000 millones de dólares se asignen a estos valores en torno a su inclusión en el indicador.

Al comienzo, la ponderación de las acciones chinas será pequeña, con poco más de 200 firmas en el índice. No obstante, desde Allianz GI están convencidos de que el número crecerá rápido, ya que para este mismo agosto se espera la incorporación de más compañías al índice global de referencia sobre mercados emergentes.

3. Conectividad internacional. Uno de los puntos clave que ha permitido la inclusión de las acciones A chinas en el MSCI EM ha sido el lanzamiento de esquemas `stock connect¿, que permiten operar acciones locales mediante con contrapartidas transfronterizas. Dicho de otro modo, se reemplazaron los ¿altamente complejos¿ sistemas locales de contrapartida de difícil cumplimiento para inversores extranjeros por la aceptación de los usos más extendidos en las bolsas más desarrolladas.

4. Inversión a corto plazo. Los inversores locales chinos son responsables de cerca de un 80% de la negociación diaria de acciones A. Esta proporción se atribuye al enfoque de la inversión en el Gigante Asiático hacia el corto plazo y el seguimiento de tendencia, lo que a la postre se traduce en una tasa de rotación que se sitúa entre las más altas del mundo, lo que amplía la liquidez de las acciones y proporciona más ventanas de compraventa y con mayor agilidad de tramitación de órdenes.

5. Más presencia institucional. Las medidas de apertura de los mercados bursátiles continentales chinos han sido una clara invitación a la entrada de inversores institucionales, y estos han respondido a la gentileza de Pekín. El peso de los inversores profesionales extranjeros ha pasado del 1,5% al 2% en el último año en tenencia de acciones y, según los datos que baraja la casa alemana, también ha crecido su representatividad en los volúmenes de negociación.

6. Menos suspensiones. Uno de los puntos negros de las Bolsas de Shanghái y Shenzhen era el de la suspensión de acciones, que se venía decretando de un día para otro sin fecha de levantamiento ni siquiera estimativa para evitar altas volatilidades. Así, desde el 51% de cotizadas A que en algún momento del mes de julio del año 2015 sufrieron la congelación de su negociación, se ha ido descendiendo progresivamente hasta el 8% actual gracias a la introducción de normas que restan discrecionalidad a esta medida. En cualquier caso, los analistas advierten de que, aunque el entorno regulatorio sigue evolucionando en China, aún hoy ¿es impredecible¿.

7. Caciques de la bolsa. Un factor característico de los mercados continentales chinos es que una parte importante está en manos de un pequeño número de inversores, el núcleo duro con el que Pekín buscó evitar los picos de volatilidad en 2015. Aproximadamente un 7% del mercado sigue aún en manos de estas manos fuertes, según Allianz GI. Si bien este factor implica un fuerte intervencionismo en el mercado, lo cierto es que la presencia de estos `caciques¿ ayuda a reducir sensiblemente la volatilidad de las acciones.

8. Mejoras en el gobierno corporativo. Las prácticas de buena gobernanza son un tema clave y a la par incipiente en los mercados emergentes. China es alumna aventajada entre sus compañeras de clase, pues cerca de la mitad de las cotizadas de los mercados A del país tienen auditadas sus cuentas por grandes firmas internacionales, gracias también a que los criterios de contabilidad del país se han ido aproximando cada vez más a las normas internacionales. Como en la mayoría de mercados desarrollados, todas las empresas negociadas han de presentar cuentas trimestrales, con la ventaja de que -de nuevo debido al intervencionismo- todas cierran año fiscal el 31 de diciembre.

La gran tarea pendiente es, sin embargo, la aportación de material en idiomas distintos al chino y la celebración de reuniones con inversores y analistas fuera del país.

9. Menos experiencia en el mercado. La menor experiencia de la población china con los mercados abiertos de valores ¿puede crear oportunidades para profesionales de la inversión con más trayectoria¿. En este sentido, según cifras de UBS, los gigantes mercados chinos apenas cuentan con 5.000 analistas de acciones, y cerca del 98% de las que cubren reciben calificación de compra. Además, el informe del banco suizo revela que la experiencia media de los 1.600 gestores de carteras del país apenas supera los tres años. En definitiva, una comunidad inversora joven, poco familiarizada con muchos conceptos de mercado y ¿demasiado optimista¿ que sitúa al extranjero con cierta ventaja.

10. A su aire. Como consecuencia de todo lo anterior, la correlación de las acciones A chinas con el resto de mercados globales es extremadamente baja, de apenas 0,2 veces. Esto hace que los títulos negociados en Shanghái y Shenzhen aporten un marcado componente diversificador a las carteras de inversión, incluso con el parqué de Hong Kong, con el que apenas guardan una relación de 0,5 veces, según el informe. Aunque la progresiva entrada de inversión extranjera e institucional gracias a la entrada de estos títulos en índices de referencia mundial hará que la correlación vaya aumentando,¿este proceso podría llevar muchos años¿, concluye el informe de los expertos de Allianz.