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Mercados

El bitcóin busca adeptos entre los inversores institucionales

Sí al blockchain, no al bitcoin. Es el lema que en el último año han llevado por bandera las grandes gestoras globales que ven en la volatilidad de la criptomoneda un serio riesgo para sus clientes. Sin embargo, esto podría cambiar con los pasos que se están dando para favorecer la entrada de los institucionales en esta clase de activo.

20 mayo, 2018 04:00

Un fraude. Veneno para ratas. Oro sin valor. Son solo algunos de los calificativos con los que Warren Buffett y otros gigantes de la gestión de activos han calificado recientemente al bitcóin, muy vigilado de cerca también por reguladores y supervisores nacionales e internacionales.

Toda precaución parece poca ante una `divisa¿ muy criticada por su falta de transparencia y por su elevada volatilidad. En 2017 pasó de valer 1.000 dólares a 20.000 a finales de diciembre, antes de caer a menos de 6.000 en febrero de 2018 y cotizar hoy en 8.077 dólares.

Estas oscilaciones no han impedido que la fiebre por las criptomonedas se extienda entre los inversores que buscan activos alternativos para sus carteras. La consultora Tabb Group ha realizado un estudio en el que analiza el papel de los institucionales en este negocio y una de las principales conclusiones es que ¿hay mucho dinero que todavía está esperando para entrar¿.

Tres son los motivos que la consultora identifica para que este tipo de inversores (hedge funds, fondos de pensiones o aseguradoras) no hayan caído ya en las redes del bitcóin. El primero, la falta de una regulación clara. Hoy por hoy, y pese al seguimiento de organismos como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), las criptomonedas siguen sin estar reguladas.

Tampoco existen reglas sobre qué datos se deben hacer públicos en este tipo de transacciones, a diferencia de lo que sucede en mercados más maduros como las bolsas o los mercados de renta fija. En este sentido, la Unión Europea aprobó el pasado lunes una nueva normativa contra el blanqueo de capitales que tiene como objetivo combatir el anonimato en el mercado de criptodivisas.

Según los expertos de Tabb Group, el tercer pilar que haría falta para animar a los institucionales a invertir en bitcóin sería contar con una infraestructura adecuada, similar a la del mercado de valores, en los que existen gestores del mercado (en España BME), intermediarios, bancos custodios para negociar, etc.

Este obstáculo también ha comenzado a solventarse con iniciativas como los mercados de derivados creados por CBOE Global Markets y CME Group a finales de 2017, para negociar futuros sobre bitcóin. Una estrategia que Nasdaq también está estudiando en alianza con el bróker Cantor Fitzgerald.

Los reguladores han respondido a estos primeros movimientos con contundentes advertencias para los inversores. ¿Los CFDs de criptomonedas son una inversión especulativa extremadamente arriesgada¿, aseguraba en un reciente documento la FCA británica. En España, la CNMV y el Banco de España llegan a hablar incluso de ¿riesgo de fraude y especulación¿, y se ha prohibido la entrada de minoristas en fondos que invierten en este tipo de activos.

Más reciente es el movimiento llevado a cabo por Goldman Sachs, que ha pasado de criticar duramente las `monedas virtuales¿ a preparar una mesa de operaciones también con contratos de futuros, ante el creciente interés por parte de los clientes para entrar en este mercado.

Pero a pesar de los riesgos, el camino parece imparable ante un interés institucional cada vez mayor. La gestora francesa Tobam, por ejemplo, lanzó hace unos meses el primer fondo de inversión de Europa que invierte en bitcóin, el Tobam Bitcoin Fund, bajo el formato de inversión alternativa y dirigido solo a inversores cualificados.