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Más de un siglo de lucha: ¿Qué se ha logrado con esas otras huelgas feministas de la historia?

La mujer ha luchado históricamente por igualar sus derechos a los de los hombres. Lamentablemente todavía queda mucho camino por hacer. El 8 de marzo se celebrará en España la primera huelga feminista. Desde comienzos del siglo XX, hay registros de protestas por la igualdad y por las mejoras salariales. Estas son las historias de esas otras mujeres y sus logros.

6 marzo, 2018 11:48

El origen del 8M

El 8 de marzo de 1908 ocurrió un grave suceso en la historia del trabajo y de la lucha sindical. Cerca de 130 trabajadoras de la fábrica Cotton de Nueva York, se declaraban en huelga y ocupaban el lugar donde estaban empleadas. Su reivindicaciones eran: conseguir una jornada laboral de 10 horas, salario igual que el de los hombres y una mejora de las condiciones higiénicas.

El dueño de la empresa ordenó cerrar las puertas, y provocar un incendio, con la intención de que las empleadas desistieran de su actitud. Estas mujeres murieron abrasadas en el interior de la fábrica.

Dos años más tarde, en plena época del funcionamiento de la II Internacional, se convocó en Copenhague una reunión de mujeres socialistas, en la que la revolucionaria alemana, Clara Zetkin, propuso celebrar, el 8 de marzo en recuerdo de la muerte de estas trabajadoras y denominarlo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

1909: El levantamiento de las 20 mil

Un 22 de noviembre de 1909 la joven Clara Lemich, obrera rusa de 23 años, habló en un mitín de obreros textiles de Nueva York. En un encendido discurso ante mujeres y varones llamó a realizar una huelga general.

Al día siguiente comenzó el paro conocido como ¿El levantamiento de las 20 mil¿, debido a que la mayoría de las trabajadoras de la industria textil (entre 60% y 70%) eran mujeres. Para el 24 de noviembre 20.000 mujeres (y algunos varones) salieron de las fábricas. El 90% eran extranjeros.

El conflicto duró 11 semanas, hasta febrero de 1910, cuando concluyó con la firma del ¿Protocolo de paz¿. El 85% de las empresas textiles firmaron el acuerdo que contemplaba la reducción de la jornada laboral a 52 horas semanales, vacaciones pagas, negociaciones salariales, suministro gratuito de instrumentos de trabajo y equiparación salarial (las mujeres cobraban entre 3 y 4 dólares semanales contra 7 a 12 los varones).

Esta lucha fue no sólo una victoria en términos reivindicativos, sino que abrió paso a las mujeres dentro de los sindicatos estadounidenses hasta entonces reticentes a considerar su participación.

1912: Huelga de ¿Pan y Rosas¿

Tres años después de la huelga neoyorquina, la industria textil estadounidense seguía convulsionada. El 25 de marzo de 1911 la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York se incendió generando el cuarto siniestro laboral más importante de la historia del país: 123 trabajadoras de la confección y 23 hombres murieron.

Por eso a comienzos de 1912 y ante el incumplimiento de la patronal de adaptarse a la legislación que había reducido de 56 a 54 las horas de trabajo semanales, las obreras de Lawrence, Massachusetts, decidieron ir al paro. Finalmente la huelga triunfó, la jornada laboral se redujo y se incrementaron los salarios. Al grito de ¿queremos el pan pero también las rosas¿, las obreras textiles de Lawrence marcaron otro hito en la historia del movimiento obrero.

1917 en Rusia

En 1917, las mujeres rusas eligieron el último domingo de marzo para ponerse en huelga, en protesta por los dos millones de soldados de su país muertos en la guerra. Cuatro días después el zar abdicó y el gobierno provisional les reconoció su derecho al voto.

1968: Las 187 luchadoras de Dagenham

En el año 1968 la empresa estadounidense de automóviles Ford tenía en el Reino Unido 55.000 trabajadores, sólo 187 eran mujeres. Todas ellas trabajaban en la planta ubicada en la localidad de Dagenham, en las afueras de Londres, y eran las encargadas de elaborar el tapizado de los asientos de los vehículos.

De acuerdo a los criterios de la empresa la trabajadoras estaban clasificadas como Grado A o de `Habilidades Mínimas¿, por lo que su salario era sustancialmente menor al de otros trabajadores de la fábrica. A la diferencia salarial se le sumaba las precarias condiciones de trabajo: el taller era sucio y oscuro y los tapizados los debían realizar sin moldes.

Tras varias demandas que no fueron impulsadas por su delegado hombre, las obreras eligieron como representante a Rita O¿Grady. Bajo su liderazgo encabezaron una huelga de tres semanas que primero reunió a las 187 bajo el lema ¿¡Queremos respeto! ¡Igualdad salarial o nada!¿. Luego lograron sumar al resto de los trabajadores de Dagenham.

Con el respaldo de Bárbara Castle, ministra de Trabajo y Productividad del gobierno laborista, las trabajadoras de la Ford lograron un primer acuerdo en el cual llevaron su salario a un 92% del de sus compañeros varones. Sin embargo la lucha continuó y con el impulso de Castle y las trabajadoras de Dagenham en 1970 se aprobó en el Reino Unido la Ley de Igualdad Salarial.

Primera huelga femista en Islandia

Las islandesas obtuvieron el derecho al voto en 1915, tan sólo algo después que Nueva Zelanda y Finlandia. Sin embargo, 60 años más tarde sólo había 3 mujeres diputadas, lo que representaba al 5% del Parlamento. En comparación con otros países del norte de Europa, donde las parlamentarias eran entre el 16 y el 23% de la Cámara, la cifra de Islandia era muy baja y la idea de que el papel que desempeñaba la mujer en la sociedad islandesa no estaba lo suficientemente valorado fue tomando fuerza.

Las ventajas que consiguió Islandia con la celebración de ese año y con la huelga de mujeres del 24 de octubre de 1975 fueron más evidentes a corto plazo. En noviembre de 1980, una de las mujeres que había salido a manifestarse por las calles de Reikiavik, Vigdis Finnbogadóttir, venció a tres candidatos masculinos en las elecciones presidenciales. Se convirtió en la primera mujer presidenta en Europa, cargo que ocupó durante 16 años, y en la primera jefa de Estado del mundo elegida democráticamente.

Polonia, 2016

Con el espíritu de la huelga islandesa, pero en 2016, la activista polaca Marta Lempart agarró un micrófono en una manifestación celebrada en la ciudad de Breslavia, al suroeste de Polonia, para hablar de un "Lunes Negro", de una huelga de mujeres para frenar en la calle lo que se estaba gestando en el Parlamento.

El gobierno polaco, que tramitaba entonces una reforma de la ley del aborto que restringía el derecho, fue interpelado por miles de mujeres y hombres que llenaron las calles de Varsovia y otras ciudades el 8 de octubre, además de hacer, muchas de ellas, paros organizados en sus puestos de trabajo.

2016. Por la igualdad en Francia

"Si a las mujeres se les pagara lo mismo que a los hombres, podrían dejar de trabajar el 7 de noviembre a las 16.34 horas". Mediante este comunicado, el boletín feminista Les Glorieuses convocó una huelga para pedir la igualdad de retribución entre los sexos en Francia.

Esta protesta surgió tras los datos del Eurostat que revelan que las mujeres cobran de media un 15,1% menos que los hombres en Francia.