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Caruana niega presiones de Aznar y Zapatero al Banco de España

El exgobernador del Banco de España, Jaime Caruana, ha negado hoy que recibiera presión política alguna ni de los gobiernos del PP presidido por José María Aznar ni del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, bien al contrario ha dicho que las relaciones fueron "excelentes".

25 julio, 2017 11:46

Durante su intervención en la Comisión del Congreso que investiga el origen de la crisis financiera y el rescate bancario, Caruana ha afirmado que gobernó el Banco de España con dos ejecutivos diferentes y "no tuve conflicto con ninguno de los dos".

"No recibí llamada ni de (Rodrigo) Rato ni de (Pedro) Solbes (exministros de Economía con el PP y el PSOE) para decirme que las medidas de provisiones a la banca eran demasiadas exigentes ni para decirme que hiciera muchísimo más", ha puntualizado, y ha sido tajante al añadir que sí recibió "muchísimas" llamadas de la banca "que no estaba contenta" y argumentaba que estaban perdiendo competitividad.

Caruana ha afirmado que la relaciones institucionales con los dos gobiernos fueron "excelentes", y ha respondido así a los portavoces de los grupos parlamentarios que le han preguntado si tuvo presiones políticas durante su mandato de 2000 a 2006.

Desde el grupo socialista, Pedro Saura ha afeado que el Banco de España no frenara la burbuja inmobiliaria desde el principio y no se preocupara más por la sobrevaloración del precio de los inmuebles.

Ramón Aguirre, diputado del PP, ha puesto el foco en la parte final de su mandato y en el papel que pudo jugar Pedro Solbes cuando los inspectores del Banco de España alertaban del riesgo del sector financiero.

Yolanda Díaz, de Unidos Podemos, ha criticado que Caruana no haya profundizado en su gestión "insuficiente" y ha anunciado que le hará llegar una docena de preguntas para aclarar "por qué no se hizo nada".

Por su parte, Francisco de la Torre, de Ciudadanos, se ha interesado especialmente por el efecto que tuvo la segunda recesión económica para el sector financiero, después de que Caruana dijera que hasta entonces las entidades habían resistido bien, ante las sospechas del diputado de que quizás no habían aflorado sus problemas.

Tanto Idoia Sagastizabal, del Grupo Vasco, como Joan Capdevila, de Esquerra Republicana, han planteado cuestiones sobre la falta de actuación del Banco de España por no haber reformado la legislación de las tasadoras, que eran propiedad de las propias entidades financieras, o por qué no se limitó las cantidades financiadas para la compra de vivienda.

El exgobernador ha insistido en que las recomendaciones del Banco de España fueron "muy activas", y ha dicho que seguía la normativa en vigor y estaba supeditada a la regulación que provenía de Bruselas.

No obstante, ha reconocido que la entidad "evitó la palabra burbuja inmobiliaria" e, incluso, ha considerado que si se hubiesen tomado medidas para restringir el suelo "hubiera sido peor", ya que "evitar la oferta cuando existía un incremento rápido de la demanda no es la mejor solución".

Caruana ha lamentado que algunas de las recomendaciones dirigidas a las Cajas de Ahorros no se siguieran cuando tenían un crédito inmobiliario que era casi el doble del de la banca.

"¿Qué pasaba en la gobernanza de algunas cajas con un componente político mayor? ¿Por qué no se hizo caso?. Es una pregunta ante la que no tengo respuesta, pero es una pregunta pertinente", ha dicho, tras afirmar que dejó el cargo "con cierta frustración" al ver que no siguieron sus recomendaciones.

Se ha referido a la carta que enviaron los inspectores del Banco de España aludiendo a la "complacencia" que mostró el exgobernador ante el riesgo de una burbuja inmobiliaria, y ha asegurado que la preocupación que mostraron en ese documento era la misma que tenía la entidad.

"La comisión Ejecutiva cuando yo estaba de gobernador respaldaba a la inspección", ha señalado, a la vez que ha negado que ese informe conllevara interferencias políticas.

"En mi periodo digo taxativamente que no existió", ha puntualizado, además de recordar que la carta de los inspectores fue escrita mes y medio antes de que expirara su mandato y tampoco ellos vieron la crisis de solvencia de las entidades de crédito ni propusieron medidas.

Caruana ha reiterado que la magnitud de la crisis global ha sido "histórica" y que cambiará "los libros de texto, la supervisión y la política fiscal" y ha reconocido que, en este último punto, se podía haber hecho más.

También ha incidido en que el consumidor debe saber el producto que compra, y que el Banco de España trató este tema a través de un portal "transparente" por la vía de la educación financiera y no por la vía de la prohibición.