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La nueva crisis política amenaza el fin de la recesión en Brasil

La grave crisis política provocada por las denuncias de corrupción que pusieron contra las cuerdas al presidente brasileño, Michel Temer, también amenaza la posibilidad de que Brasil supere en 2017 la recesión que sufrió en los dos últimos años, coincidieron economistas consultados por Efe.

19 mayo, 2017 18:57

Carlos A. Moreno

Además de las turbulencias en los mercados y del aumento de la desconfianza en Brasil provocadas en un primer momento por el nuevo escándalo, la inestabilidad política pone en duda la aprobación de las medidas de ajuste fiscal impulsadas por Temer y que, para los especialistas, son esenciales para que la economía reaccione.

"Si hasta ahora se proyectaba para 2017 un crecimiento económico de menos del 1,0 %, con la crisis es necesario revisar las previsiones y comenzar a pensar en otro año de recesión. Dependiendo de su intensidad y duración de la crisis, podremos hablar de recesión en 2017", dijo a Efe el economista Mauro Rochlin, profesor de MBAs de la Fundación Getulio Vargas (FGV).

"Estábamos proyectando un crecimiento del 1 % en 2017, principalmente por la fuerte recuperación de la agricultura, pero, ahora podremos tener otro año de recesión. Tenemos que revisarlo todo", agregó el economista jefe de MB Associados, Sergio Vale.

A su juicio, si la crisis persiste, inevitablemente Brasil encadenará su tercer año en recesión, pero si se resuelve rápido, tal vez con un nuevo gobierno en un mes, el crecimiento puede aproximarse a cero.

La economía brasileña retrocedió un 3,8 % en 2015, su peor resultado en 25 años, y un 3,6 % en 2016, con lo que encadenó dos ejercicios seguidos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930.

Los economistas consultados semanalmente por el Banco Central consideran que Brasil comenzará a recuperarse en 2017, para cuando esperan un crecimiento del 0,50 %, y que esa expansión podrá llegar al 2,50 % en 2018.

Los indicadores divulgados hasta ahora sustentaban esas proyecciones optimistas. De acuerdo con el organismo emisor, la actividad económica creció un 1,12 % en el primer trimestre de 2017 frente al mismo período de 2016.

Pero consultoras y analistas admiten que con la nueva crisis política es necesario revisar las proyecciones.

Las nuevas denuncias de corrupción salpican directamente al jefe de Estado, a quien la Corte Suprema abrió ayer una investigación, destapando las especulaciones sobre su permanencia en el cargo.

Acusado de avalar el pago de sobornos a un exdiputado encarcelado por corrupción, Temer afirmó el jueves que no pretende renunciar.

El mandato de Temer está amenazado por las presiones de la oposición y de algunos aliados, por proceso por corrupción en la Corte Suprema y otro por irregularidades electorales y, ahora también, por las peticiones de juicio político destituyente en el Congreso.

La crisis impactó directamente en la economía el jueves, cuando la bolsa de Sao Paulo, con una depreciación del 8,80 %, sufrió su mayor caída desde 2008, y el real cayó el 8,96 % frente al dólar, su mayor pérdida en un día desde 1999.

La agencia de calificación Fitch mantuvo hoy la nota de la deuda soberana de Brasil en BB con perspectiva negativa, dos escalones abajo de la de países considerados seguros para la inversión, tanto por la incertidumbre de la recuperación económica como por la "inestabilidad política".

Los expertos advierten que la crisis podría obstaculizar la tramitación de las medidas para incentivar la economía, principalmente la reforma laboral y la del sistema de jubilaciones.

"La crisis pone en duda principalmente la aprobación de las reformas, fundamentales para garantizar el control de los gastos públicos. En medio de una crisis es difícil la aprobación de medidas impopulares. Y sin una solución definitiva para la crisis fiscal, es difícil una recuperación económica", según Rochlin. EFECOM

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