El ladrillo, principal freno a la productividad en España

El ladrillo, principal freno a la productividad en España

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El ladrillo, principal freno a la productividad en España

El mayor freno a la productividad española proviene de un esfuerzo inversor escasamente aprovechado, especialmente por el exceso de inversión en activos inmobiliarios durante el 'boom del ladrillo', según se desprende del informe 'Acumulación y productividad del capital en España y sus comunidades autónomas en el siglo XXI' realizado por la Fundación BBVA y el Ivie (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas).

10 abril, 2017 12:36

En concreto, la productividad del capital en España, es decir, el valor añadido generado por unidad de capital disponible, se ha reducido en un 45% desde 1980 hasta la actualidad. Un comportamiento contrario al que ha tenido la productividad del trabajo que, en las últimas tres décadas, se ha incrementado en un 33%. No obstante, según el estudio, se trata de un resultado "pobre".

La explicación al comportamiento del capital humano que el profesor de la Universidad de Valencia y uno de los expertos que han dirigido dicho estudio, Francisco Pérez, es que, de alguna manera, el empleo "se alquila", mientras que el capital principalmente "se compra". En el caso de España, el 'boom' inmobiliario ha provocado que gran parte de las empresas tengan aún presente en sus balances parte de "esos viejos males" que "lastran la productividad" y de los que es "complicado" desprenderse, por esto el fuerte ajuste se ha realizado vía empleo.

De esta manera, mientras que en el siglo pasado la pérdida de eficiencia relativa de la economía española frente a la de un país como Estados Unidos se explicaba en un 91,2% por la poca productividad del trabajo, en el siglo actual esta variable representa el 38,8%. Así, a partir del año 2000, es el bajo aprovechamiento del capital acumulado lo que indica en un 61,2% la poca productividad.

LA ECONOMÍA CRECE, PERO NO LA PRODUCTIVIDAD

Desde 1980 hasta hoy, el Producto Interior Bruto (PIB) de España ha crecido en un 74,4% (un 2,2% de media al año). Sin embargo, en el estudio se pone de manifiesto que se tata de un avance debido a la mayor utilización de trabajo y capital, ya que la productividad de los factores permanece estancada, reduciéndose incluso en un 0,2% al año.

De esta forma, la productividad total de los factores (PTF) en España, que mide la eficiencia en el uso del conjunto de los recursos, se sitúa un 44% por debajo de la de Estados Unidos, mientras que la diferencia de la Unión Europea (UE-15) con respecto a este país es de un -12%.

Los datos muestran, además, que el desaprovechamiento del trabajo y del capital en España ha ido aumentado con el paso del tiempo. Concretamente, la escasa productividad del capital revela el bajo aprovechamiento del potencial productivo de las inversiones y la puesta en marcha de muchos proyectos que finalmente no resultan rentables.

Las tres razones que explicarían la baja productividad española según el estudio son, por un lado, la sobreinversión en activos inmobiliarios improductivos a largo plazo basada en expectativas de revalorización, la larga permanencia de esos activos en los balances de las empresas que reducen la rentabilidad y, finalmente, el perfil del tejido empresarial español, caracterizado por el bajo contenido tecnológico, de insuficiente tamaño y el poco potencial de los equipos de dirección.

HACIA UN NUEVO PATRÓN DE INVERSIÓN

A partir del año 2008, la inversión se ha reducido, pero comienza ya a reorientarse hacia capitales más productivos, como la maquinaria, las TIC y los activos inmateriales como el I+D o el sowtware. De hecho, desde 2013, la inversión en maquinaria supera la inversión en vivienda, cuyo peso a caído casi un 50%.

En este sentido, en el último año puede volver a observarse un ligero repunte de la inversión en vivienda, pero según Francisco Pérez, esto se debe en principio a "una recuperación del sector tras tocar suelo". No en vano, señaló que este ligero repunte debe atenderse con el fin de no volver a entrar en "un ciclo peligroso" y que la pregunta que debe hacerse es si detrás de esas inversiones existen expectativas de aprovechamiento de las mismas a partir de la revalorización de sus precios.

Asimismo, se observa que la inversión industrial es la que más crece, superando en un 20% a la de antes de la crisis, indicando así claramente señales de recuperación sustancial. Sin embargo, los expertos señalan que pese a ser unos datos "alentadores", todavía son "insufiecientes".

De igual forma, aunque el esfuerzo inversor en España en activos inmateriales (I+D o software) ha pasado del 2% en 2008 al 2,8% en 2016, todavía se trata de un dato "débil", debido a que si se compara con economías líderes como Francia, Suecia o Estados Unidos, se observa cómo la inversión en estos activos se mantiene por encima del 5%.

Además, España es todavía uno de los países con mayores activos materiales, ya que el exceso de acumulación de los mismos es duradero en el tiempo debido a que estos se deprecian muy paulatinamente. Y es que, aunque el capital vinculado a la vivienda ha perdido más de 10 puntos porcentuales desde 2007, los activos relacionados con 'el ladrillo' todavía represental el 85% del capital.

Por otro lado, en lo que se refiere al esfuerzo inversor, los datos muestran que se sitúa en mínimos históricos para España, más de 4 puntos porcentuales por debajo de la media del último siglo.

MADRID Y CATALUÑA, A LA CABEZA EN PRODUCTIVIDAD

Todas las comunidades autónomas han aumentado sus dotaciones de capital privado y público, pero a ritmos e intensidad muy diferentes. Así, el bajo aprovechamiento del esfuerzo inversor se observa en la mayoría de las regiones, en las que la productividad del capital ha caído.

Madrid y Cataluña generan el 18,8% y 18,9% respectivamente del capital total sobre PIB, mientras que concentran un stock de capital del 16% y el 17,4%, por lo que son las comunidades autónomas más productivas. Al otro lado de la balanza se encuentra Andalucía, con un stock de capital del 14,1% frente a un 13,4% de peso en el PIB español.

La característica principal de las regiones más productivas es que sus dotaciones de capital se concetran en activos como maquinaria, las TIC o los inmateriales, aprovechando así mejor sus inversiones, dirigiéndolas hacia activos con potencial de generar productividad.