Abre en Viena la primera tienda física de bitcóin, el nuevo oro digital

Abre en Viena la primera tienda física de bitcóin, el nuevo oro digital

Mercados

Abre en Viena la primera tienda física de bitcóin, el nuevo oro digital

El mundo intangible en el que se movía hasta ahora la moneda virtual "bitcóin" tiene ahora su primer espacio físico en la "House of Nakamoto" de Viena, la primera tienda real en la que se puede comprar este "oro digital".

26 marzo, 2017 08:14

"Hemos querido traer el 'bitcóin', una moneda que está en internet, al mundo real", explica a Efe Magdalena Isbrandt, la responsable de la tienda, abierta recientemente en una de la principales calles comerciales de la capital austríaca.

Isbrandt asegura que la suya es la primera tienda física del mundo dedicada a esta moneda digital que comenzó a circular en 2009.

El nombre de la tienda hace referencia a Satoshi Nakamoto, el seudónimo que empleó el creador de los "bitcoines".

El empresario australiano Craig Wright anunció el año pasado que él era Nakamoto, aunque está afirmación no ha podido ser confirmada.

El precio actual de una unidad de "bitcóin" ronda los 930 euros y la medida más pequeña, el "satoshi", equivalente a 0,00000001 "bitcoines", es decir, un euro equivale actualmente a unos 107.000 "satochis".

Esta moneda es "oro digital" pero también muy "especulativa", debido a su "juventud", cuenta Isbrandt.

"Nació en 2009 y su precio puede subir o bajar. Cuanto más participantes (compradores y vendedores) haya, más valor tendrá", asegura la joven economista alemana.

Los cuatro empleados de "House of Nakamoto" atienden diariamente a entre 50 y 80 personas, asegura Isbrandt.

Los potenciales clientes llegan a la tienda interesados en descubrir este método de pago virtual, aún muy desconocido.

Isbrandt asegura que hay mucha gente que se siente perdida ante la idea de una moneda virtual y que la gran ventaja de la tienda es que los clientes tienen una persona real que les informa.

Uno de los grandes problemas del "bitcóin" es las dudas sobre su legalidad.

El Banco Popular de China, uno de los países donde "bitcóin" tiene más clientes, quiere regular esta moneda exigiendo una mayor identificación de los usuarios y que cumpla las regulaciones bancarias.

Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) argumentó a finales de 2016 que "las monedas digitales no pueden ser calificadas como monedas desde una perspectiva de la Unión (Europea)", ya que pueden facilitar la financiación de actividades ilegales.

Ante esto, Isbrandt argumenta que también se pueden cometer fraudes con dinero en efectivo y que incluso entidades bancarias tradicionales han sido acusadas de ayudar a sus clientes a evadir controles e impuestos.

"No hace falta comprar 'bitcoines' para cometer actos criminales. Cuando alguien quiere cometer un fraude, lo puede hacer con cualquier moneda", asegura.

De hecho, "bitcóin" es un sistema de pago "transparente", donde se pueden ver las transacciones que ha realizado la gente desde sus inicios hace ocho años.

Con esta moneda, según Isbrandt, se puede comprar en toda partes del mundo sin costes extras, sin transacciones y sin intermediarios, además de ser una divisa que no se ve afectada por la inflación.

Además, es imposible "hackearla", ya que para retirar los "bitcoines" hace falta una clave de 24 dígitos y para cambiarla los piratas tienen que "ir a través de un millón de ordenadores", asegura Isbrandt.

Gran parte de la financiación de esta tienda proviene del 4 % de comisión que cargan a los clientes por "sacar" 'bitcoines' del cajero y del 8 % que retienen de los vales con los que ingresar luego el dinero en tu "monedero digital".

En el caso de transacciones más elevadas, el porcentaje que se lleva la tienda se calcula de forma individualizada.

Hasta el momento, la respuesta que ha recibido la tienda es "muy positiva", por lo que el plan es abrir más tiendas, primero en Austria y luego en el resto de Europa.

En Austria, el "bitcóin" está considerado un bien digital con el que se puede trabajar sin una licencia financiera, mientras que en Alemania sí se necesita, al considerarse una moneda real.

Por eso, Isbrandt trabaja para conseguir ese permiso financiero que le permita abrir en el futuro otras tiendas, por ejemplo en Berlín, Múnich o Hamburgo.