Según ha podido conocer EL ESPAÑOL-Invertia, Vivendi presentó ante el Ministerio de Comercio la solicitud de autorización y, a continuación, consultó a CNMV si debía comunicárselo al mercado. La respuesta fue clara: el grupo francés no debía hacer nada. Sin embargo, el regulador llamó a Prisa para pedirle que notificara a los inversores cuáles eran las intenciones de la compañía que preside Vincent Bolloré. 

Un movimiento que no termina de ser entendido en el seno de Prisa porque da la sensación de que Vivendi trata de hacer un movimiento hostil contra la compañía cuando, en estos momentos, no se ha dirigido a ninguno de los principales accionistas para comunicarles que quiere comprar títulos. 

Joseph Oughourlian, presidente del grupo Prisa.

Tal y como ha contado este diario, a nadie le ha pillado por sorpresa que Vivendi quiera crecer en Prisa. Es algo que ha dicho varias veces y que, incluso, ha trasladado al propio Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Sin embargo, sí que ha sorprendido que lo haga en este momento y, sobre todo, que tenga como objetivo llegar a una posición de control. 

En el seno de Prisa se da por descontado que el objetivo de Vivendi es ir creciendo poco a poco, y que ha presentado la solicitud de autorización para evitar problemas en el futuro. De este modo, una vez obtenido el visto bueno, podría moverse con libertad a la hora de decidir la manera en la que crecerá. 

Habría distintas fórmulas para hacerlo. Empezando por lanzarse hacia el free float de la compañía. Sin embargo, cada vez gana más enteros la posibilidad de que se dirija hacia los llamados accionistas críticos. Es decir, aquellos que se opusieron a que Amber Capital con Joseph Oughourlian a la cabeza se hiciera con el control de la compañía y se aupara a la presidencia. 

De este modo, todo apuntaría a que el objetivo es ir haciéndose con las acciones de los Polanco, a través de Rucandio, que tienen el 7,6%; el mexicano Carlos Slim (4,3%) o el propio Banco Santander, que ostenta un 4,14%. 

México y Telefónica

Está por ver qué haría el mexicano Alcántara, que ostenta el 5% de la compañía, aunque podría reforzar su posición. También habría que ver qué sucede con Telefónica, que cuenta con el 9,4% y es el segundo accionista por detrás de Amber Capital (29,8%). En la operadora declinan hacer comentarios sobre este proceso hasta que no se concrete una hipotética oferta si es que finalmente se produce. 

Lo que parece cada vez más claro en el mercado es que el fondo liderado por Joseph Oughourlian no está por la labor de vender sus títulos. Hablamos, por tanto, de que Vivendi y Amber Capital tendrán que compartir el poder en Prisa si, finalmente, el grupo francés alcanza su objetivo. Algo que no les resultará extraño, pues se conocen bien tras el trabajo que vienen realizando en el grupo de medios francés Lagardère. 

Está por ver cuál es la opinión del Gobierno. Tiene seis meses para tomar una decisión, pero es cierto que en los últimos meses ha habido contactos entre Vivendi y distintos miembros del Ejecutivo. De hecho, en el grupo francés de medios confían en que no se pongan demasiadas objeciones a su solicitud de hacerse con hasta el 29,9% de los títulos de Prisa. 

La pelota acaba de echar a rodar, pero a los accionistas minoritarios de la compañía les ha sentado bien el apoyo de Vivendi al proyecto del Grupo Prisa. Los títulos en bolsa tardaron más de dos horas en casar órdenes de compraventa en la apertura de este martes, y las acciones cerraron con una subida del 19,50%.