Foto de familia de la jornada 'Europa en la encrucijada: Un pulso a la soberanía tecnológica', organizada por UGT

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Tecnología

El Gobierno prevé que Bruselas sea "conservadora" en la nueva regulación de las telecos, que piden cambios "urgentes"

Hernando vuelva a oponerse a la cesión del espectro a Europa, pero apoya a las operadoras en su aspiración de impulsar la consolidación de la industria.

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La nueva regulación que está elaborando la Comisión Europea (CE) para el sector de las telecomunicaciones podría no satisfacer todas las demandas que las operadoras llevan años planteando a los políticos del Viejo Continente. Peticiones que la industria considera fundamentales para ganar el tamaño y el músculo inversor que necesitan en el contexto actual.

Así se desprende del mensaje que Antonio Hernando, secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, ha trasladado en persona a los principales directivos del sector en España en el evento Europa en la encrucijada: Un pulso a la soberanía tecnológica, organizado por UGT.

Un acto en el que Borja Ochoa (Telefónica España), Meinrad Spenger (Masorange), José Miguel García (Vodafone España) y Marius Varzaru (Digi España) han expuesto las fortalezas y el buen trabajo de la industria española, pero en el que también han reclamado cambios en la regulación para poder seguir invirtiendo en el desarrollo digital del país y del conjunto del continente.

Durante su intervención, Hernando ha señalado que hace unos meses el Gobierno español esperaba que la Ley de Redes Digitales (DNA por sus siglas en inglés) que presentará la Comisión Europea antes de que acabe 2025 permitiera un "avance más sustancial" que las últimas regulaciones.

Sin embargo, ha indicado que las impresiones obtenidas en las últimas reuniones mantenidas en Bruselas es que finalmente no se cumplirán estas expectativas y será "un paquete regulatorio más bien conservador".

Antonio Hernando, secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, en un evento de UGT.

Antonio Hernando, secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, en un evento de UGT. UGT

Sobre aspectos concretos, Hernando ha mostrado su apoyo "con prudencia" a una histórica reclamación de las operadoras: una postura más favorable de las autoridades a la consolidación entre operadoras de telecomunicaciones en España y en Europa. "El tamaño sí importa", ha apuntado.

No obstante, se ha opuesto a la petición de que los estados cedan sus competencias en materia de espectro radioeléctrico a Bruselas para impulsar su homogeneización. "A nosotros esto no nos gusta. Ya lo dije en su momento y lo vuelvo a decir ahora. Creemos que es fundamental que el espectro siga siendo una soberanía del Estado", ha aseverado.

Operadoras

Frente al mensaje del Gobierno, las operadoras han vuelto a exponer la debilidad de la industria de las telecomunicaciones europea, pese al liderazgo de España en aspectos como el despliegue de fibra o 5G, y han pedido a los reguladores cambios relevantes.

Borja Ochoa, presidente de Telefónica España, ha remarcado que, durante los últimos 10 años, el sector en Europa ha experimentado una caída del 33%, en contraste con el crecimiento visto en Estados Unidos (17%) y Asia (12%).

Ante este escenario, Ochoa ha indicado que es necesario esfuerzo, coordinación y, probablemente, algunos cambios estructurales en la forma de hacer las cosas en el sector. Además, ha abogado por revisar la regulación para permitir una mayor consolidación y conseguir que el mercado sea más sostenible.

Sobre este último punto, Ochoa ha incidido en que la regulación debe poner una "mayor atención" a las políticas comerciales y de precios. "No todo vale", ha recalcado el directivo de Telefónica, quien defiende la necesidad de contar con precios que sean sostenibles para el sector y que al mismo tiempo satisfagan al cliente.

Precios

Por su parte, Meinrad Spenger, consejero delegado de Masorange, ha destacado la contradicción que supone que el servicio de telecomunicaciones en España es "muy por encima" de la media y que el país cuente con una infraestructura de fibra de alta calidad, pero sus precios (y sus ingresos) estén por debajo.

De hecho, ha apuntado que el ingreso medio por usuario (ARPU, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos es aproximadamente tres veces mayor que el de las operadoras españolas. Algo que puede acabar afectando a la inversión. "Si no ganas dinero, pues inviertes menos", ha apostillado.

En este sentido, ha recalcado que parte de esta situación se debe directamente a que el sector depende "mucho seguramente de Bruselas y de los políticos", pero ha añadido que la propia industria puede hacer también cosas al respecto y que esto es "urgente".

José Miguel García, consejero delegado de Vodafone España, ha recordado que cuando él estudiaba en Australia en 1985 todo el mundo quería venir a Europa a trabajar porque el continente era "la catedral de las telecomunicaciones". 40 años después ha perdido ese liderazgo y no hay ningún campeón europeo en el sector tecnológico.

Además, ha subrayado que España es probablemente uno de los mercados "más competitivos" del mundo y además está "muy fraccionado". En su opinión, esta alta competitividad ha sido en gran parte incentivada por la regulación.

Por ello, ha pedido que se analice y se examine el alto nivel de competencia que existe en la región, que haya un mayor apoyo político e institucional y que se concedan ayudas que les permitan seguir invirtiendo e innovando. "España puede jugar un papel muy importante en Europa en cuanto telecomunicaciones e innovación", ha recalcado.

Por su parte, Marius Varzaru, consejero delegado de Digi España, ha asegurado que el fuerte crecimiento que ha registrado la operadora en los últimos años en nuestro país ha sido posible gracias a un modelo de regulación "sostenible y predecible" que ha creado incentivos de inversión a largo plazo que hacen posible recuperar las inversiones realizadas.

Sin embargo, también ha indicado que es "un buen momento" para revisitar la normativa del sector e incluso para abordar su desregulación. En cualquier caso, ha defendido que la regulación que se adopte debería apoyar la inversión y la creación de empleo a largo plazo, de manera similar a cómo lo ha hecho la anterior.