
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en un acto del PSOE en Extremadura este domingo. EFE
"El Gobierno, gobierna": Moncloa satisfecha por el mensaje enviado a las empresas tras intervenir en Telefónica
María Jesús Montero asegura que para "mantener el dinamismo" de la operadora "tocaba renovar".
Más información: Conmoción empresarial por el fulminante relevo de Pallete por Marc Murtra en Telefónica: decidió Moncloa
"El Gobierno, gobierna". Es la frase más repetida este domingo en Moncloa tras comprobar con satisfacción que la operación echar a Pallete fue sobre ruedas.
Un movimiento que es la demostración de que Pedro Sánchez tiene muy claro que el Estado debe intervenir en aquellas empresas que son clave para la economía y la seguridad de España.
No sólo eso. Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia durante el fin de semana explican que, con el puñetazo dado sobre la mesa al imponer a Marc Murtra como presidente en Telefónica, se manda un mensaje muy claro al mundo de la empresa sobre cuál es la política de este Gobierno.
Un ordeno y mando que se ha visto también en Indra, en donde ha logrado colocar como presidente a Ángel Escribano, hasta ahora máximo responsable de EM&E.
Es decir, era el presidente de una compañía del sector de la Defensa, socia de la propia Indra en distintos proyectos y segunda accionista de la misma. Un paso que allana el camino para la creación de un eventual campeón en el sector Defensa en España.
Cómo lo tendrá de claro todo el Ejecutivo, que la propia vicepresidenta primera, María Jesús Montero, decía este domingo que en el caso de "Telefónica, tocaba renovar para mantener el dinamismo" de la compañía.
Un mensaje que trasladaban a Pallete en Moncloa el pasado viernes el responsable de la Oficina Económica de Moncloa, Manuel de la Rocha, el consejero delegado de CriteriaCaixa, Ángel Simón y la presidenta de la SEPI, Belén Gualda.

José María Álvarez-Pallete, expresidente de Telefónica.
Un encuentro tenso, explican las fuentes consultadas, en donde a Pallete le quedó muy claro que había perdido el respaldo de sus accionistas. No sólo eso, también que el Gobierno estaba dispuesto a dar la batalla si se resistía a marcharse.
El ya expresidente de Telefónica tenía que renovar en la próxima junta y quería presentarse a otro mandato. De hecho, el mismo viernes tras conocer las intenciones del Ejecutivo algunos de sus fieles le recomendaron seguir adelante y no ceder.
Sin embargo, Pallete entendió que no era el momento. Enfrentarse a Moncloa suponía abrir una crisis institucional para Telefónica, pero también política con graves consecuencias para la operadora. Por tanto, lo mejor era ceder y facilitar el relevo en la medida de lo posible.
Tanto es así que fue él quien trabajó el sábado por la mañana para convencer a sus consejeros más cercanos para que votaran a favor de las intenciones del Gobierno y conseguir así la ansiada unanimidad en el cambio de rumbo en Telefónica.

Marc Murtra, presidente de Indra, conversando de diversos temas en la primera jornada del Wake Up, Spain 2024! 'Las grandes oportunidades de España en una Europa en cambio'
Una colaboración que todavía continúa. El mismo sábado por la tarde Pallete recogió su despacho y lleva desde entonces conversando con Marc Murtra para que el traspaso sea lo más fácil y cómodo posible.
El Gobierno parece tener claro su plan en Telefónica. Lo explicaba este domingo Montero: "Las tecnológicas son cada vez más responsables de la seguridad del país en Defensa y Ciberseguridad, y también Telefónica tiene que jugar ese papel".
Es decir, Telefónica e Indra colaborarán juntas. De ahí el movimiento de trasladar a Murtra a la operadora y colocar a Escribano como presidente de la empresa de Defensa. Ambos se conocen y tienen buena relación.
Incluso, no se descarta que ambas trabajen conjuntamente para hacerse con el operador de satélites Hispasat y crear ese gran campeón nacional que tanto ansía el Gobierno de Pedro Sánchez. ¿Tal vez Telefónica integrando ambas empresas? Todo puede suceder.
Al ataque
Estamos ante un Ejecutivo dispuesto a ejercer su poder al máximo y con todas las consecuencias. Sin duda, un aviso a navegantes que debiera ser escuchado.
¿Primer receptor? Talgo. El Gobierno ya ha demostrado que no está dispuesto a que cualquiera pueda hacerse con el fabricante de trenes.
Vetó a la húngara Magiar Wagon, y no es descartable que haga lo mismo con el Fondo de Desarrollo de Polonia (PDF) que prepara una oferta por la empresa.
La intención de Moncloa es que este asunto quede resuelto antes de que acabe el mes de enero.
Su opción favorita es que el grupo vasco Sidenor se haga con la empresa, con el apoyo de otros socios industriales y económicos. Incluso, se podría dar cabida a la SEPI.
Sin embargo, el fondo Trilantic rechaza -por ahora- la propuesta vasca al considerarla insuficiente. Ofrece 4 euros por título Talgo, muy lejos de los 5 que ofertaba en su momento el fabricante húngaro.
El mensaje podría haber llegado también a las Torres Negras de La Caixa. Allí está el cuartel general de CriteriaCaixa, en donde llevan meses tratando de dar salida a los fondos GIP y CVC en Naturgy.
Una situación que mantiene a la gasista en una situación de impass y que preocupa al Gobierno. Sin embargo, el hecho de que CriteriaCaixa sea uno de los aliados del Ejecutivo podría darle algo de aire.
El papel de BBVA
Ahora bien, hay nombres en el seno del Ejecutivo a los que no les importaría que la SEPI tuviera una participación en la compañía. Ya ostenta posiciones en Enagás y Redeia, por lo que no sería descartable una operación en este sentido.
La demostración de fuerza supone también un duro revés para el BBVA en su opa sobre el Sabadell.
La entidad vasca confía en que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) autorice con condiciones la posterior fusión de ambos negocios.
Hasta ahora existía un cierto convencimiento en que se podría revertir la opinión del Gobierno, contrario a la desaparición de la entidad catalana. Sin embargo, lo ocurrido en Telefónica podría frustrar sus planes.
De hecho, en los últimos días en el sector financiero se da por sentado que para BBVA lo importante ahora es lograr sacar adelante la opa y que la fusión la puede hacer ahora, en unos meses o en unos años.
Una operación, por cierto, que le encanta al PNV y que rechazan Junts y ERC. Así que el Ejecutivo está atado de pies y manos.
No sólo eso. Algunas voces alertan de que al igual que a Álvarez-Pallete le habían tomado la matrícula en Moncloa, a Carlos Torres le podría ocurrir algo parecido si la operación se descontrola.
Son sólo algunos nombres, pero el mensaje lanzado por el Gobierno en Telefónica ha provocado un terremoto en el mundo de la empresa.
Más cuidado
Altos directivos del Ibex 35 expresaban este fin de semana su convencimiento de que deberían ser cuidadosos con sus acciones para evitar represalias.
No porque el Gobierno pudiera intervenir sus empresas, si no para evitar que trate de ejercer presión para moverles la silla o, incluso, que puedan encontrarse con un impuesto a la carta como le ocurrió al sector energético y le sigue sucediendo a la banca.
Aunque la operación en Telefónica haya dejado a muchos noqueados y a otros sorprendidos, la realidad es que Sánchez y su equipo simplemente están acelerando lo que ya venían haciendo y que habían anunciado que iban a hacer.
Ahora que Davos está a la vuelta de la esquina, conviene recordar que en el foro del año pasado Pedro Sánchez aseguró que su objetivo era una economía que tuviera un "triángulo virtuoso".
¿De qué se compone? De más cooperación entre Estado, empresas y sociedad civil; un mayor componente humanista y redistributivo y una nueva forma de medir el PIB.
De hecho, esa influencia del Estado con puño de hierro se ha ejercido recientemente en Radio Televisión Española con el aterrizaje de José Pablo López como presidente; el CIS que dirige con mano de hierro José Félix Tezanos; Correos, en donde se ha situado a Pedro Saura o en Renfe, donde la pasada semana Óscar Puente colocaba a Álvaro Fernández Heredia, un hombre de su entera confianza.
Es la nueva era de la economía. Veremos si Sánchez da nuevas pistas en la edición de Davos de este año, pero directivos consultados por EL ESPAÑOL ya hablan de que estos son sólo los cimientos del Instituto Nacional de Industria (INI) de Pedro Sánchez.
Todo ello con un Gobierno en minoría, que tiene los apoyos parlamentarios justos, que no tiene Presupuestos pero que tiene claro que lo importante del poder es ejercerlo. Y está dispuesto a ello.