Aerogenerador de MingYang.

Aerogenerador de MingYang. MingYang Omicrono

Observatorio de la Energía

Las turbinas chinas vuelven a llamar a Europa: la tecnología de Mingyang apunta al Reino Unido tras el portazo alemán

El fabricante se abre paso en las tierras británicas gracias a un acuerdo con Octopus Energy en pleno debate por la incursión asiática en el Viejo Continente.

Más información: Los fabricantes eólicos de la UE pierden la carrera contra China al competir por la máquina más grande, no la más efectiva

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Tras el portazo en las costas de Alemania, las turbinas eólicas chinas vuelven a apuntar en dirección a Europa.

El fabricante asiático Mingyang Smart Energy ha logrado dar un paso clave en Reino Unido al sellar una alianza con Octopus Energy, el mayor proveedor de electricidad del país.

El acuerdo podría traducirse en la instalación de las primeras turbinas chinas en suelo británico, un hito que, de concretarse, supondría abrir una brecha en un mercado dominado hasta ahora por gigantes europeos como Siemens Gamesa, Nordex o Vestas.

La alianza se articula a través de Winder, una iniciativa de Octopus destinada a financiar hasta 6 gigavatios (GW) de nuevos proyectos eólicos terrestres en emplazamientos con respaldo de la comunidad local.

Sin embargo, el memorando firmado no garantiza pedidos en firme, y el precedente alemán podría complicar las cosas.

En 2024, Mingyang disponía de un preacuerdo para suministrar aerogeneradores al parque marino Waterkant, de 300 megavatios (MW).

El proyecto se convirtió en un campo de batalla político: el Ministerio de Economía alemán advirtió que examinaría “muy de cerca” el contrato con Luxcara, alegando preocupaciones de seguridad en infraestructuras críticas y reclamando igualdad de condiciones competitivas.

Y la presión surtió efecto. El pasado agosto, Luxcara puso fin al entendimiento con Mingyang y firmó un acuerdo de reserva de capacidad con Siemens Gamesa para entregar 97 aerogeneradores de 15,5 MW en el proyecto rebautizado como Waterekke.

Ahora, el vínculo entre el proveedor energético de más rápido crecimiento en Reino Unido y el fabricante chino añade tensión a un debate que divide a Europa.

Mingyang, que ya planteó la posibilidad de abrir una planta de turbinas en Escocia para entrar en el mercado offshore británico, se ha topado con la resistencia de políticos que apelan a la seguridad energética.

El trasfondo es conocido. En abril de 2024, la Comisión Europea abrió una investigación -iniciada en España, Grecia, Francia, Rumanía y Bulgaria- sobre los fabricantes chinos de turbinas, ante la sospecha de que reciben subsidios que les permiten presentar ofertas a precios muy bajos, distorsionando la competencia en los concursos públicos.

La medida se enmarca dentro del Plan de Acción Europeo sobre Energía Eólica, con el que Bruselas se comprometió a intensificar la supervisión de las subvenciones extranjeras que puedan alterar la competencia en el sector.

Según el reglamento de la UE sobre ayudas extranjeras, la Comisión puede investigar cualquier asistencia pública otorgada por países no miembros y, de comprobar distorsión competitiva, imponer medidas correctivas.

"Hemos visto el manual de cómo China llegó a dominar la industria de los paneles solares. En primer lugar, atrayendo inversión extranjera, luego adquiriendo la tecnología, y no siempre de forma honesta. En tercer lugar, otorgando subsidios masivos a los proveedores nacionales y, finalmente, exportando el exceso de capacidad al resto del mundo a precios bajos", alertó entonces Margrethe Vestager.

Bruselas trata de blindar el made in Europe, pero sabe que la transición energética no entiende de fronteras.

Mientras tanto, Mingyang defiende que su alianza con Octopus Energy no sólo contempla turbinas de última generación, sino también el despliegue de software de protección de datos y ciberseguridad.

Europa se debate entre el miedo a la dependencia y la tentación del bajo coste. Por ahora, la presencia china es modesta: menos del 1% de las turbinas instaladas en el continente y apenas un 0,1% en eólica marina, según WindEurope. Pero la tendencia podría cambiar en los próximos años.