La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, durante una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, en el Palacio de la Moncloa, a 17 de junio de 2025, en Madrid (España).

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, durante una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, en el Palacio de la Moncloa, a 17 de junio de 2025, en Madrid (España). Carlos Luján / Europa Press

Observatorio de la Energía

El Gobierno ve similitudes en los problemas de tensión del 22 de abril y el día del apagón y no descarta que fueran un aviso

Transición Ecológica pidió antes del apagón explicaciones al operador por los problemas de sobretensión registrados el 22 de abril.

Más información: El Gobierno cree que REE falló al programar un mix que no frenó el apagón y culpa también a las eléctricas

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El informe del Gobierno sobre el gran apagón del 28 de abril no apunta a un único responsable. Según el documento, la responsabilidad se reparte entre Red Eléctrica de España (REE) y las compañías eléctricas, principalmente por su operativa en un contexto de alta tensión en la red.

Sin embargo, entre los documentos anexos a la investigación aparece una coincidencia llamativa: seis días antes del apagón, el 22 de abril, ya se registraron problemas de tensión muy similares.

Aquel día se desconectaron la refinería de Cartagena y la subestación de Chamartín tras un episodio que, según el informe, “provocó la desconexión de algunas subestaciones de evacuación de generación y grandes consumos industriales”.

De hecho, la gravedad del suceso llevó al Ministerio para la Transición Ecológica a exigir explicaciones urgentes a REE. Curiosamente, la respuesta técnica del operador del sistema se entregó el mismo día 28 a las 11:00 de la mañana, una hora y media antes del apagón nacional.

Entonces REE atribuyó lo sucedido “una combinación de causas que, si bien de forma aislada son relativamente frecuentes, coincidieron simultáneamente”, generando un desequilibrio en el sistema.

Entre esos factores destacó entonces la baja generación convencional (gas, nuclear e hidráulica), una alta dependencia de renovables (59,21%), dificultades en la interconexión con Francia y un brusco cambio de flujo eléctrico con Portugal, de hasta 1.650 MW.

A esto se sumaron una caída acelerada de la producción solar, estimada en 500 MW por minuto, y una reducción adicional de 750 MW en servicios de balance. El estrés en la red culminó con un comportamiento anómalo de varias líneas clave, que actuaron como condensadores y agravaron el desequilibrio eléctrico.

Ante las reclamaciones de varios agentes del sector energético, el grupo de investigación del apagón encargó a REE un análisis comparativo entre los días 22 y 28 de abril para elaborar el análisis hoy presentado.

El operador detectó patrones comunes ambas jornadas: el 22 y el 28 hubo un perfil de tensiones al alza, especialmente en las zonas Centro y Suroeste de la península, así como desconexiones de generación y reducciones en los programas renovables (RCR), aunque en momentos distintos: minuto 1 en el día 22 y minuto 3 en el día 28.

La diferencia clave fue el contexto de los cambios horarios: el 22 de abril el incidente se produjo justo al inicio de un nuevo cuarto horario (minuto 00), coincidiendo con las programaciones del mercado. En cambio, el apagón del día 28 ocurrió en el minuto 33, sin relación con cambios de programación.

También hubo cambios relevantes en los flujos internacionales. El 22 de abril, el intercambio con Portugal se modificó de forma abrupta (1.650 MW), provocando impactos significativos en toda la red peninsular. El 28, en cambio, las variaciones en las interconexiones fueron menores, inferiores a 700 MW.

Estas conclusiones se alinean con las denuncias públicas de las compañías eléctricas, que han repetido en varias ocasiones que en los días previos -en concreto, el 16, 22, 24 y el propio 28 de abril— ya se habían detectado fuertes oscilaciones en la red que, a su juicio, debieron haber hecho saltar las alarmas de REE.

Cabe señalar que el informe también advierte de una diferencia llamativa en la reacción de la generación convencional en las jornadas del 22 y del 28 de abril.

Según los datos aportados por los titulares de las centrales, el 22 de abril los grupos respondieron incrementando su absorción de energía reactiva conforme subían las tensiones, alcanzando en un caso “más de tres veces la energía reactiva máxima registrada durante el minuto 12:32 del día 28 de abril”.

Esta comparación sugiere que algunas instalaciones disponían de capacidad técnica para mitigar el evento del 28, pero no lo hicieron con la misma intensidad.

Aunque el informe del Gobierno reconoce que también se reportaron tensiones anómalas los días 31 de enero y 19 de marzo, el análisis presentado este martes por la noche sólo se centra en los días 24 y, sobre todo, 22 de abril, por sus similitudes con el apagón.