Petróleo, cobre y aluminio hacen su agosto al calor de la transición energética mundial

Petróleo, cobre y aluminio hacen su agosto al calor de la transición energética mundial

Observatorio de la Energía

Petróleo, cobre y aluminio hacen su agosto al calor de la transición energética mundial

En lo que va de año, el barril de Brent se ha revalorizado un 40%, mientras que el crudo Texas acumula una subida de casi el 42% y el cobre un 33%.

2 junio, 2021 01:30

La transición energética mundial está tirando de materias primas como el cobre y el aluminio pero también del petróleo. Su comportamiento en los primeros meses del año ha conseguido batir a los principales índices bursátiles. El barril de petróleo Brent, por ejemplo, solo en lo que va de año, se ha revalorizado un 40%, y el precio de su homónimo en Texas acumula una subida de casi el 42%.

El petróleo no es el único que está subiendo como la espuma después de un 'annus horribilis' por la pandemia. El cobre está viviendo su edad dorada gracias a la revolución energética que vive el planeta, tras apuntarse China y EEUU a la transición verde de Europa. 

Y es que el 45% de este metal se utiliza en la construcción y el 20% en la electrónica, pero a largo plazo se beneficia de este cambio tecnológico, ya que es clave para los componentes de las baterías, la energía solar, la energía eólica y los vehículos eléctricos, según el análisis del estratega de Mercados Globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, Ben Laidler.

Cobre

La demanda mundial se estima en 25 millones de toneladas este año, con un pequeño superávit de 100.000. Los precios en alza han provocado que China amenace con tomar medidas, impulsando la volatilidad, pero según el analista "vemos pocas opciones de política realistas, desde liberar el stock hasta recortar los impuestos o permitir un tipo de cambio más fuerte".

Por eso, los precios han despuntado más de un 33% desde principios de año, hasta máximos de la última década, a medida que la demanda tradicional y el dólar se debilitan.

Para Laidler, la oferta está restringida y las presiones políticas y laborales en productores clave de América Latina añaden incertidumbre. El importador dominante China ha advertido sobre precios más altos, pero el consenso cree que va a haber una caída de más del 10% a 8.666 dólares/t este año. Sin embargo, para eToro "los materiales de cobre y las baterías son nuestras temáticas favoritas a largo plazo".

"El Dr. cobre es un barómetro de la economía mundial, dados sus múltiples usos industriales, y se considera que tiene un doctorado en economía", explica el experto. 

La energía solar fotovoltaica depende principalmente del cobre para el cableado y el intercambio de calor debido a su eficiencia. Las tecnologías de energía eólica utilizan el metal rojo en sus turbinas, cables y transformadores. Los parques eólicos marinos suelen utilizar mayores cantidades porque están conectados a tierra a través de largos cables submarinos que están hechos de cobre. Además, este mineral es también una parte fundamental de las redes que transmiten la electricidad desde las centrales eléctricas hasta nuestros hogares, señala por su parte Diego Morales, del Departamento de Inversiones de CEFA.

Por tanto, en el lado de la oferta, se prevé que crezca un 3-4% este año y el próximo, mientras que las minas experimentan tensiones sobre las leyes del mineral. La incertidumbre política en los productores más grandes del mundo es otro problema, con el liderazgo de la izquierda tras las elecciones de este fin de semana en Perú (11% de producción) prometiendo intervenir el sector y Chile (29%) listo para aumentar significativamente los impuestos de esta industria.

Petróleo

Una de las materias más sujetas a análisis es el petróleo, cuya revalorización en 2021, tomando el barril de Brent como referencia, supera el 40%.

Y eso es solo un aperitivo. Falta conocer la decisión de la OPEP+, que reúne a los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores aliados como Rusia, que discuten en una videoconferencia la hoja de ruta para la normalización de los mercados petroleros.

En su reunión del pasado mes de abril, el grupo acordó un plan para elevar en 2,1 millones de barriles diarios el bombeo de crudo entre los meses de mayo y julio.

Hace un año, en respuesta al colapso del precio del petróleo, los miembros de la OPEP+ acordaron reducir en 9,7 millones de barriles diarios su producción, aliviando el ajuste posteriormente hasta los 7,2 millones de barriles este año, mientras que se prevé que en julio sea de unos 5,8 millones de barriles.

Por el momento, el petróleo Brent ya cotiza a 71,33 dólares, registrando así su precio más elevado desde el pasado mes de marzo, y el Texas WTI ha llegado a cambiarse por 68,83 dólares, su mayor precio desde octubre de 2018.

Tierras raras y aluminio

Con los gobiernos invirtiendo fondos de recuperación en infraestructura y proyectos de energía verde, está claro que el mundo vive un auge de materias primas. Es una vuelta la Edad de Piedra, pero con aluminio y tierras raras. Este fenómeno podría avivar las finanzas globales, pero también alimentar la inflación. 

Según el experto de CEFA, ese es el caso de China. El control de la pandemia por parte del gigante asiático le ha permitido crecer a un ritmo del 2,3% durante 2020, con un crecimiento interanual del 6,5% durante el último trimestre del año. Gran parte de este avance fue impulsado por su músculo industrial, muy demandante de materias primas, principalmente metales industriales.

Teniendo en cuenta todo esto, señala, será crucial monitorizar y evaluar las medidas y reformas que se puedan aplicar en estos países en los próximos meses, ya que tendrán importantes implicaciones desde el punto de vista de la oferta. 

"También hay que destacar la escasez de ácido sulfúrico en el mercado", dice Diego Morales. Este compuesto ha visto su disponibilidad reducida en el mercado debido a la desaceleración en la refinación de petróleo durante la pandemia, proceso en el que se genera azufre, elemento clave para el ácido.

La explotación de materias primas está sujeta a incertidumbres políticas, mientras que la demanda no solo dependerá de la evolución de la transición ecológica, sino de los planes de infraestructuras en materia energética.