El objetivo es una Unión Europea climáticamente neutra para 2050. Efe

El objetivo es una Unión Europea climáticamente neutra para 2050. Efe

Energía

En 2021 se producirá el segundo mayor aumento de la historia de emisiones de CO2

La mitad de las tecnologías necesarias para alcanzar la neutralidad de carbono aún no están listas para el mercado, según la AIE.

26 abril, 2021 15:50

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La dramática interrupción de la actividad económica el año pasado debido a la pandemia solo tuvo como consecuencia una breve caída en las emisiones globales de CO2. Pero este año, se prevé que la demanda mundial de energía crezca con fuerza, y el uso de carbón y gas aumentará por encima de los niveles de 2019, según los últimos datos y estimaciones en tiempo real para 2021 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Como resultado, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía están en camino de aumentar en 1.500 millones de toneladas en 2021, el segundo aumento más grande en la historia, revirtiendo la mayor parte del declive del año pasado.

El crecimiento es un claro recordatorio de los desafíos que enfrentan los gobiernos de todo el mundo para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones.

Más carbón en Asia

Según el Global Energy Review 2021, el aumento esperado en el uso de carbón de este año eclipsa el de las energías renovables en casi un 60%, incluso cuando la generación de electricidad a partir de energías renovables aumentará en más del 8%.

Se prevé que más del 80% del crecimiento proyectado en el uso del carbón provenga de Asia, liderado por China. El uso de carbón en los Estados Unidos y la Unión Europea se mantendrá muy por debajo de los niveles previos a la crisis.

El uso de petróleo también se está recuperando, pero se mantendrá por debajo de los niveles de 2019, en gran parte porque se espera que el sector de la aviación siga deprimido este año.

Más renovables

Se espera que las energías renovables proporcionen un 30% de energía, lo que supone un récord de la generación de electricidad en 2021, frente a menos del 27% en 2019.

El crecimiento de las emisiones de CO2 este año proporcionó un trasfondo desolador para la Cumbre de Líderes sobre el Clima, que fue organizada por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, durante dos días la semana pasada. El director ejecutivo de AIE, Fatih Birol, habló el viernes y destacó la necesidad de respaldar las promesas de reducir las emisiones con acciones políticas creíbles.

Sus severos comentarios fueron recogidos por el enviado especial presidencial para el clima de Estados Unidos, John Kerry, quien habló después de él. "Como nos advirtió el Dr. Birol, no estamos haciendo el trabajo. La prueba no es la retórica, como dijo el Dr. Birol, es si podemos ponernos el cinturón de seguridad y hacer esto".

Durante su discurso, Birol dijo en la Cumbre que se requería una transformación completa del sector energético para alcanzar emisiones netas cero, y que aproximadamente la mitad de las tecnologías necesarias para alcanzar la neutralidad de carbono a mediados de siglo aún no están listas para el mercado, destacando el necesidad de grandes avances en la innovación en energías limpias.

También anunció que el próximo mes la Agencia Internacional de la Energía publicará la hoja de ruta hacia cero emisiones netas. Si los países de todo el mundo persiguen emisiones netas cero para 2050, las oportunidades de inversión con bajas emisiones de carbono se triplicarán solo en la próxima década. El informe, Net Zero en 2050 para el sistema energético mundial, se publicará el 18 de mayo.

Almacenamiento de CO2

El mundo tiene una gran capacidad para almacenar CO2 y necesitaremos usarlo
La captura, utilización y almacenamiento de carbono, o CCUS para abreviar, es un pilar clave para lograr una transición exitosa a un sistema de energía limpia. Este grupo de tecnologías no solo reduce directamente las emisiones en sectores económicos críticos, sino que también elimina las emisiones de dióxido de carbono que no se pueden evitar.

La necesidad de almacenamiento de CO2 aumentará de alrededor de 40 Mt/año en la actualidad a más de 5.000 Mt/año a mediados de siglo.

La buena noticia, según un comentario reciente de los analistas de la IEA Samantha McCulloch y Raimund Malischek, es que la capacidad de almacenamiento potencial del planeta se estima en entre 8.000 gigatoneladas y 55.000 gigatoneladas, con la mayor disponibilidad en Rusia, América del Norte y África.

El CO2 se puede comprimir e inyectar en las profundidades de la superficie de la tierra en un proceso que imita cómo el petróleo y el gas han quedado atrapados bajo tierra durante millones de años. Varios proyectos en Noruega, Australia, Canadá, Australia y Estados Unidos han demostrado el potencial de utilizar formaciones salinas profundas y depósitos de petróleo y gas agotados, con solo pequeños riesgos de fugas fácilmente manejables. 

Para este organismo internacional, "hay que garantizar la seguridad de la electricidad a través de la resiliencia climática, la seguridad cibernética y la seguridad eléctrica".

La electricidad se está volviendo cada vez más importante para el funcionamiento de las economías modernas porque es esencial para una variedad de servicios críticos, desde la atención médica hasta la banca y el transporte. Por lo tanto, el suministro seguro de electricidad es de suma importancia.

Leve repunte del gas

Después de una caída récord en la demanda mundial el año pasado, los mercados de gas natural se vieron afectados por repuntes y picos de precios en los primeros meses de 2021 a causa de las olas de frío en el noreste de Asia y luego de América del Norte.

Estos episodios invernales tuvieron un efecto significativo en los mercados mundiales de gas, alejando los suministros de GNL de Europa y provocando retiros de almacenamiento y picos de precios.

Se espera que la demanda mundial de gas crezca un 3,2% en 2021, más que recuperando la caída del año pasado, según el Informe del mercado de gas del segundo trimestre de la AIE. No obstante, las perspectivas para el gas siguen estando sujetas a diversas incertidumbres, incluido un repunte potencialmente lento de la actividad económica en algunas partes del mundo y el cambio a otros combustibles.