La presidenta del Banco Santander, Ana Botín

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín

Banca

Ana Botín: "El mayor riesgo para la estabilidad financiera de Europa es el bajo crecimiento económico"

La presidenta de Banco Santander valora de forma positiva la propuesta que el Banco Central Europeo publicó la semana pasada de simplificar el diseño de los requerimientos de capital.

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L. Broche
Agencias
Publicada

Las claves

Ana Botín advierte que el mayor riesgo para la estabilidad financiera de Europa es el bajo crecimiento económico, no los bancos.

La presidenta del Santander reclama a Bruselas una simplificación del marco regulatorio financiero para liberar capital y aumentar el crédito.

Botín propone detener la acumulación de regulaciones, modernizar la elaboración de normas y reformar la supervisión para impulsar el crecimiento y la competitividad.

Valora positivamente la propuesta del BCE de simplificar los requerimientos de capital, como parte de un proceso de simplificación normativa en el sector bancario europeo.

La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ha demandado a Bruselas que avance en la simplificación regulatoria afirmando que el actual marco regulatorio "no protege a Europa, sino que la frena", y ha propuesto una serie de reformas que ayuden al sector bancario a liberar capital y a aumentar el crédito disponible para abordar las reformas que necesita la región.

En una columna de opinión publicada en el Financial Times, la también presidenta del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) ha subrayado la necesidad de simplificar el marco regulatorio financiero para apoyar el crecimiento del bloque europeo, ya que considera que el mayor riesgo actual para la estabilidad financiera de la región "ya no son los bancos, sino el bajo crecimiento económico".

"Un crecimiento más sólido es esencial para mantener la seguridad, la prosperidad y la autonomía estratégica", ha defendido Botín, quien ha resaltado que "por primera vez" la semana pasada los 27 ministros económicos de la Unión Europea instaron a la Comisión a que simplifique y racionalice el marco regulatorio financiero.

"Por primera vez, los 27 Estados miembros han reconocido una verdad incómoda que se ha ignorado durante demasiado tiempo: el sistema regulatorio europeo es demasiado denso, complejo y lento para el mundo al que nos enfrentamos", afirma en concreto la presidenta de Banco Santander.

Como ejemplos de simplificación, Botín menciona a Estados Unidos, que ha flexibilizado la implementación final del paquete de regulación bancario conocido como 'Basilea III', o Reino Unido, donde el Banco de Inglaterra ha revisado a la baja los requisitos de capital con el objetivo de liberar capacidad crediticia.

"El mensaje de Washington y Londres es inequívoco: si se busca crecimiento, no se puede seguir apretando las tuercas a las instituciones que financian la economía real. Un crecimiento sólido y una estabilidad sólida no son objetivos opuestos, sino que se refuerzan mutuamente", sostiene Botín.

La primera ejecutiva de Banco Santander se queja de que Europa ha reconocido el problema, pero que aún "no ha actuado con urgencia". En este punto, resalta que hace más de un año que se publicó el informe sobre competitividad europea de Mario Draghi, pero que sus recomendaciones más importantes y, en concreto, las relativas a la simplificación regulatoria y la capacidad de inversión, siguen "en gran medida sin implementarse".

Crédito bancario

A pesar de que la Unión Europea se ha marcado como objetivo el incrementar la financiación a través de los mercados de capitales, Botín recuerda que la economía europea todavía depende fundamentalmente del crédito bancario. Así, asevera que, cuando ese crédito se ve limitado, el impacto "es sistémico".

También calcula que los "colchones discrecionales de supervisión", que se imponen sobre los requisitos de capital ya exigidos, reducen la capacidad de financiación entre 2,7 y 4,1 billones de euros, "lo que equivale a 100 millones de préstamos a pymes, 20 millones de hipotecas o la totalidad de la inversión necesaria para las transiciones verde, digital y de defensa de Europa en conjunto".

"Este marco no protege a Europa, sino que la frena. El bajo crecimiento, si no se aborda, se convierte en una fuente de inestabilidad financiera por sí mismo", agrega.

A renglón seguido, propone tres reformas que ayuden a atajar este problema: "Detener la acumulación" de regulaciones, especialmente cuando crea "cargas de capital innecesarias"; modernizar el proceso de elaboración de normas, que incluya un análisis "independiente" de los costes y beneficios de las regulaciones, revisiones periódicas y plazos de implementación gradual de las nuevas normas; y una reforma del modelo de supervisión, ya que cree que Europa necesita supervisores que tengan también un "claro mandato secundario" para el crecimiento y la competitividad.

Para Botín, estas reformas no implican comprometer la estabilidad financiera. En cambio, cree que una regulación "más inteligente no consiste en debilitar las defensas", sino en "garantizar que el código normativo europeo respalde sus objetivos más amplios: mayor crecimiento, mayor inversión, mayor competitividad y una auténtica autonomía estratégica".

Además, afirma que las reformas no solo beneficiarían a Europa, sino también al resto del mundo, incluyendo EEUU. En este sentido, pone de relieve las recientes palabradas del presidente y consejero delegado de JP Morgan, Jamie Dimon, en las que el ejecutivo afirmaba que la debilidad de Europa es una "preocupación mundial".

"Estados Unidos tiene un profundo interés en una Europa fuerte; seguimos siendo los principales socios comerciales y los aliados más cercanos. Una economía europea más dinámica, innovadora y competitiva contribuye directamente a la estabilidad global", defiende Botín.

"Europa puede aprovechar este momento para reducir la complejidad innecesaria, abordar las cargas de capital excesivas y desbloquear la financiación necesaria para la prosperidad a largo plazo. O puede seguir gestionando los riesgos de hoy con las herramientas de ayer a costa de la competitividad del mañana", concluye.

Propuesta del BCE

En su artículo, Ana Botín valora de forma positiva la propuesta que el Banco Central Europeo publicó la semana pasada de simplificar el diseño de los requerimientos de capital. Esta iniciativa se enmarca en un proceso de simplificación de las normativas bancarias que está realizando la institución.

En concreto, el BCE ha propuesto simplificar el diseño de los requisitos de capital fusionando los niveles de los colchones existentes en solo dos, un colchón no liberable y un colchón liberable que las autoridades puedan reducir en periodos de dificultad.

También se ha propuesto reducir los elementos del mercado de la ratio de apalancamiento de cuatro a dos: un requerimiento mínimo del 3% y un colchón único, que podría fijarse en cero para entidades de menor tamaño. El PG2, la recomendación que actualmente el BCE hace a los bancos sobre el capital extra para afrontar un escenario de crisis, se mantendría separado, además del colchón liberable.