Si la propuesta de fusión llega a buen término, el BBVA-Sabadell conformaría el tercer banco de Europa, sólo por detrás del francés BNP Paribas y el Banco Santander. Sin duda, todo un campeón europeo. Algo que gusta a en los cuarteles generales de Fráncfort. De hecho, este jueves el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, aseguraba que el máximo órgano regulador "favorece la consolidación" del sector financiero. 

La pretensión del Banco Central Europeo choca, sin embargo, con las críticas que la opa hostil lanzada por BBVA sobre Sabadell ha recibido en España. Existe por parte del Gobierno una gran preocupación por los efectos que pueda tener en términos de concentración bancaria y, por tanto, de competencia en el sector. 

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Algo que no preocupa a Guindos, quien comentaba este jueves que eso es una cuestión que corresponde a las autoridades nacionales. "Las autoridades de competencia son quienes deben analizar esta cuestión. Aquí lo que hay que analizar es cuál es el mercado relevante. Si es Europa (que no parece que lo sea), España o algo más local y hay que ir al detalle analizando las circunstancias específicas", explicaba. 

Esto último es lo que más preocupación genera al Gobierno, pues tras esta operación las principales entidades en España (CaixaBank, Sabadell y BBVA-Sabadell) tendrían en sus manos algo más del 60% del mercado financiero. Además, como ha contado en EL ESPAÑOL-Invertia el profesor Joaquín Maudos, quedaría un mercado con alta concentración con riesgo de que la competencia disminuya. 

Este viernes el Gobierno ha continuado lanzando mensajes contrarios a la operación. Ha sido el ministro de Industria, Jordi Hereu, el que ha asegurado que España cuenta con un mercado bancario "idóneo". Ha incidido en que el Ejecutivo "no apoya el contenido ni la forma" de la opa hostil del BBVA sobre el Sabadell. 

Cuestiones políticas al margen, la operación ahora sigue su curso. El BBVA tiene que presentar en los próximos días el folleto de la operación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Allí se expondrán todos los detalles de la operación propuesta por la entidad sobre el Sabadell, y comenzarán los períodos de autorización. 

Autorizaciones

Autorizaciones de la propia CNMV, del Banco Central Europeo y, probablemente, de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Un proceso que puede llevar cerca de seis meses. 

Entretanto, Sabadell debe mantener una posición de neutralidad, aunque es muy posible que trate de buscar alternativas para defenderse y continuar en solitario. Como cuenta este viernes EL ESPAÑOL-Invertia es muy probable que la entidad intente analizar una operación para reforzar su núcleo duro. 

Otra opción es que intente vender el TSB, su filial británica, para hacerse con Unicaja o que intente convencer a sus accionistas de que su actual proyecto es viable y atractivo para que rechacen la opa del BBVA. 

Movimientos limitados que no son óbice para que legalmente trate de poner todas las trabas posibles para frenar la operación. Este jueves denunciaba ante la CNMV que BBVA había podido incurrir en una ilegalidad al ocultar información al mercado. Algo que sería constitutivo de una vulneración de la Ley de Opas, a juicio de la entidad alicantina.