Los responsables de Talgo están negociando a pasos acelerados la refinanciación de los 403 millones de euros de deuda que acumulan con la banca, para poner en marcha cuanto antes el plan de rescate acordado hace ya mes y medio.
Tanto la entrada del industrial vasco José Antonio Jainaga, como la del resto de inversores vascos (incluido el fondo Finkatuz del Gobierno Vasco) y la propia SEPI, están vinculados a que previamente se llegue a un acuerdo con los bancos.
Fuentes cercanas a la compañía descartan que el nuevo conflicto surgido con Transportes por la rotura de los 'bogies' de los trenes Avril de la línea Madrid-Barcelona, pueda suponer nuevas penalizaciones y complicar más la situación de la empresa.
Cabe recordar que Talgo cerró el ejercicio pasado con una facturación récord de 669 millones de euros, pero con 108 millones de pérdidas, por haber tenido que aprovisionar la multa de 116 millones que le impuso Renfe por el retraso en la entrega de esos trenes.
Además de la multa, la operadora llegó a aplicar una serie de penalizaciones (muchas de ellas con descuento en facturas) por el coste de los retrasos y cancelaciones que se habían producido con los primeros trenes entregados. Todo ello eleva esa factura a unos 160 millones de euros.
Desde Talgo se ha discutido siempre la validez tanto de la multa como de las penalizaciones, y no se descarta llegar a los tribunales con la compañía para evitar el pago de todo ese montante, aunque sea dentro de varios años.
En el seno de la compañía cayeron como una losa las declaraciones del ministro de Transportes, Óscar Puente, de que iría a buscar trenes para Renfe a Alemania, a la vista de los problemas con los Avril de Talgo.
La compañía aseguraba esta semana en un comunicado a sus directivos que los 'bogies' agrietados son sólo ocho, pertenecientes a cuatro trenes, mientras que en Renfe operan 27 trenes S106 Avril con 108 'bogies' en total, que no se han visto afectados en nada.
El constructor ferroviario culpa de este hecho, que considera "insólito", al mal estado de las vías del trayecto entre la capital y Barcelona, que es donde únicamente se ha producido este incidente.
Incluso los maquinistas han advertido por carta a la Dirección de Seguridad Ferroviaria del deterioro "profundo" de esa vía, por la que pasan ahora muchos más trenes, y de mayor peso por eje.
Desde el sindicato de maquinistas Semaf se advierte, no obstante, que la clave está en que Adif no ha acompasado el mayor uso de esa vía con un aumento de la inversión en mantenimiento, para evitar baches y vibraciones.
Nueva etapa
Mientras todos esos extremos se dilucidan, desde el entorno de la compañía se corrobora que se están agilizando al máximo los trámites para llegar a un acuerdo con la banca, toda vez que parece claro que no habrá más bajas de tipos de interés en el mercado.
Talgo debe convocar todavía una nueva junta general de accionistas para dar el visto bueno a todos los puntos del acuerdo alcanzado y la salida de Trilantic, que previsiblemente se va a demorar hasta finales de octubre, como pronto.
Las entidades acreedoras deben facilitar una línea de financiación de 650 millones con vencimiento a seis años y capital circulante de 120 millones a tres años prorrogables. Además, se contempla una nueva línea de avales de 500 millones de euros.
Esa condición es la que permitirá que la SEPI aporte 75 millones de euros mediante un aumento de capital y la suscripción de obligaciones convertibles, y el grupo de inversores vascos otros 75 millones.
Junto con esas dos aportaciones, Jainaga lidera la compra del 29,7% del capital de la empresa en manos del fondo Trilantic, por unos 155 millones de euros.
La entidad confía en el crecimiento del mercado en los próximos cinco años, con una cartera de pedidos de 4.173 millones de euros a cierre de 2024 que puede verse aumentada con más contratos internacionales.
