Talgo confía en un nuevo periodo de dos a cinco años de fuertes ingresos, gracias a su cartera de pedidos, para lograr la "recuperación plena" de la compañía tras la entrada del consorcio vasco en el accionariado y la refinanciación de su deuda.
El presidente del constructor ferroviario, Carlos Palacio, ha admitido en la junta general celebrada este viernes "todos los obstáculos a los que se ha enfrentado en los últimos meses" para cerrar el acuerdo final con la SEPI, pero ha mostrado su confianza para salir adelante gracias a los proyectos internacionales.
El fabricante ferroviario ha celebrado este viernes en Madrid su junta general de accionistas para aprobar las cuentas de 2024, año que se saldó con unos ingresos récord de 669 millones y unas pérdidas de 108 millones de euros, por tener que aprovisionar los 116 millones de la multa de Renfe a causa de los retrasos en la entrega de trenes Avril.
El ejercicio de 2024 vino marcado por unas necesidades operativas de 511 millones de euros para cumplir con la fabricación pendiente de entrega, que fue lo que colocó su deuda financiera en 403,9 millones.
De esa situación es de la que ahora se va a salir con el cambio accionarial. La venta de la parte de Trilantic al grupo liderado por Jainaga y el Gobierno vasco, junto a la aportación de la SEPI y los créditos participativos comprometidos por ambas partes, permitirán cofinanciar hasta 600 millones a seis años, un circulante de 120 millones y otros 500 millones en avales bancarios.
Mientras ese pacto se sustancia, la base de negocio de Talgo para estos años va a ser lo 4.173 millones de su cartera de pedidos, de los que el 80% se corresponden a proyectos fuera de España, con una parte importante de mantenimiento que supone la mitad de ese montante y permite "un flujo de caja fiable".
El presidente de la compañía ha recordado el último contrato firmado con la británica Flix, para el suministro de 65 trenes de alta velocidad, por 2.400 millones de euros, que es el mayor contrato de la historia de transporte ferroviario liberalizado en Europa. Se ha cerrado ya la entrega de 30 trenes y el mantenimiento durante 15 años.
Carlos Palacio confía en ese proyecto, junto con los dos que se van a poner en marcha para Deutsche Bahn en Alemania y DSB en Dinamarca, para que "en un futuro próximo sean trenes Talgo los que conectarán las principales ciudades de Alemania, Dinamarca, Austria, Países Bajos o Suecia”.
Resultados retrasados
La compañía ha retrasado la presentación de los resultados semestrales al coincidir con esta junta, después de haber perdido siete millones de euros en el primer trimestre, cuando todavía estaba penalizado por los retrasos con Renfe y no se había llegado a un acuerdo para su nueva etapa.
Los responsables de la empresa han encargado además una auditoría externa para corroborar las cuentas y los estados financieros de este semestre, de cara a tener todo listo para la entrada de los nuevos accionistas cuando pase el verano.
Si todo va bien, las cifras se conocerán en septiembre, probablemente con la nueva junta ya celebrada y más cerca de la salida del fondo Trilantic de su capital, cuyo 29,7% va a pasar a manos de consorcio vasco que lidera el presidente de Sidenor, BBK, Vital y el fondo público Finkatuz, por 155 millones de euros.
La nueva junta extraordinaria será la que dé el pistoletazo de salida a la nueva etapa de la compañía, para la que ya tiene previsto un plan industrial acelerado con el objetivo de evitar retrasos en la cartera de pedidos que puedan penalizar de nuevo sus cuentas.
Los nuevos responsables vascos de la empresa no descartan incluso contar con la colaboración y las instalaciones de alguno de los grupos que han querido entrar en el capital, como los húngaros de Magyar Vagon o los polacos de Pesa, para ampliar su capacidad de producción.
