Juicio oral, con las cuestiones previas, del caso de la adjudicación de los derechos mineros de Aznalcóllar.

Juicio oral, con las cuestiones previas, del caso de la adjudicación de los derechos mineros de Aznalcóllar. Joaquin Corchero Europa Press

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Emerita centra en el dueño de Magtel su estrategia para ganar Aznalcóllar: "Pidió el 15%, dijo que tenía la llave del concurso"

El presidente de la compañía en España declara en la macrocausa que trata de dirimir si hubo irregularidades en la adjudicación del yacimiento.

Más información: Magtel quiere aumentar su peso frente a Grupo México en el capital de la empresa que explotará Aznalcóllar

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En las jornadas decisivas sobre la macrocausa por Aznalcóllar, que aborda si hace diez años se comitieron irregularidades al adjudicarse la explotación de la mina sevillana al consorcio Minorbis-Grupo México, el contendiente perdedor y que inició la batalla judicial, Emerita, va virando su tono: cada vez más suave contra los funcionarios de la Junta que gestionaron el concurso, cada vez más fuerte contra Mario López Magdaleno.

El dueño de Magtel -junto a su hermano Isidro López Magdaleno- es en sala judicial la definitiva bestia negra de Joaquín Merino, presidente de Emerita España, que ha sido taxativo en su turno ante la Audiencia de Sevilla: Mario López Magdaleno abrió la caja de las irregularidades en la lucha entre empresas por una mina que, una década después, sigue sin estar en funcionamiento.

Según su relato, fue Magdaleno el que, en una reunión en abril de 2014, le transmitió que quería quedarse con hasta el 15% del valor del proyecto de la mina a través de una suerte de acuerdo empresarial entre Emerita y Magtel, o así asegura Merino que lo entendió originalmente: "Le dije que el porcentaje dependía de lo que contribuyera a la sociedad", ha apuntado ante el juez.

Pero, sostiene, Magdaleno le corrigió pronto. "No te estás enterando. Vengo a pedirte que negociemos un 15% a cambio del proyecto", asegura que dijo el dueño de Magtel, que habría afirmado entonces que tenía "la llave del concurso" por sus buenas relaciones con la Junta de Andalucía. Es decir, si quería ganar, tenía que dar el 15% a Magtel.

Lo que siguió fue, según su relato, un momento de sorpresa que fue en realidad brevísimo -"en la época de Chávez en Venezuela tuve una anécdota parecida", ha dicho Merino- y luego el rechazo: "Le dije que eso no era negociable. Al estar listados en la Bolsa de Toronto tenemos altísimas regulaciones y este tipo de situación no se puede dar".

Contra el expresidente de la SEPI

El resto del episodio involucra a Vicente Fernández, expresidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y entonces secretario general de la Consejería de Innovación Ciencia y Empleo de la Junta. Magdaleno abandonó la reunión anunciado a Merino que recibiría una llamada que le haría "cambiar de actitud", y cinco minutos después, afirma, le telefoneó Vicente Fernández.

"Me pregunta cómo va el proyecto y cómo va marchando todo. Le dije que acababa de estar Magdaleno y me dice que él vería bien un acuerdo", sostiene Merino, que se sintió entonces "extorsionado".

Es una versión diferente a la dada en fase de instrucción, como le han recordado las defensas de los acusados, entre los que figuran los hermanos Magdaleno y una docena de funcionarios de la Junta, además del propio Fernández.

Entonces, Merino dijo que le pareció que Magdaleno iba "de farol"; también sostuvo ante la fiscal que fue él en realidad quien dijo a Fernández: "acaba de estar este señor (Magdaleno) con la intención de llegar a un acuerdo, ¿a ti qué te parece?", para sostener después que su interlocutor le respondió que aquello era una "cosa entre empresas, en el ámbito privado" y que no tenía "mucho más que decir".

Menos críticas a la Junta

El endurecimiento del tono contra Magdaleno, al que pone en el centro absoluto de las supuestas irregularidades, convive con la difuminación de sus críticas a los funcionarios de la Junta que gestionaron el concurso, y que tradicionalmente habían sido la obsesión de Emerita.

¿No dijo que eran ambiguas las bases? "Nosotros las aceptamos tal y como se presentaron", ha dicho ahora. ¿Pero se lo parecen? "Hay puntuaciones que están sujetas al criterio del funcionario, eso es indudable", ha comentado antes de apuntar que hubo a su juicio "sesgo" que le perjudicó.

Pese a ello, ha admitido que no puede acreditar su supuesta falta de independencia y ha dicho desconocer que, en contra de lo inicialmente esgrimido por Emerita, no sólo no obtuvieron ascensos al ganar el consorcio conformado por Magtel -lo que ve como motivación para favorecerles-, sino que en realidad fueron degradados en sus puestos.

"Podíamos financiarlo"

El último punto, en fin, ha sido la solvencia de la propuesta de Emerita. La empresa había acudido al concurso con una oferta de más de 600 millones de euros, frente a los 300 millones de euros de la propuesta ganadora, pero -ha expuesto precisamente la defensa de los Magdaleno- lo hizo mientras presentaba resultados negativos e incluso mientras incurría en causa de disolución según la ley vigente.

¿Cómo iban a financiar el proyecto? Merino ha defendido que la presencia en bolsa de Emerita garantizaba acceso a los mercados y que estaba convencido de que, de resultar adjudicatarios y certificarse la cantidad de mineral extraíble, éstos les respaldarían sin problemas.

También contaban con cartas de compromiso de "instituciones" de Canadá interesadas en financiar el proyecto, y el propio apoyo de Forbes Manhattan, que controlaba el 13% de Emerita Resources en ese momento: prometieron 100 millones.

"Y aporta no sólo el dinero, sino los medios de acudir a mercado, porque lo ha hecho antes. Era relativamente fácil conseguir fondos. No hubiésemos tenido ninguna preocupación", ha asegurado.