Fernando Gil Bayona, director general de BSH España.

Fernando Gil Bayona, director general de BSH España.

Empresas

El grupo BSH apuesta por la innovación para acelerar el cambio de electrodomésticos y mantener su nivel de negocio

Fernando Gil, director general: "Si vendemos una lavadora cada 10 años, llegaría un momento en el cual sería difícil el continuar con la actividad".

2 marzo, 2024 02:59

El mercado de los grandes electrodomésticos en Europa vive un momento decisivo. Durante la pandemia, el auge de las reformas se tradujo en un cambio anticipado de estos aparatos que, de media, se renuevan cada 10 años. Esto ha llevado al grupo BSH a emprender una carrera por la innovación que empuje a los clientes a un cambio anticipado en aras de que la empresa pueda mantener su actividad.

"Los electrodomésticos de línea blanca -grandes aparatos como lavadoras, lavavajillas o frigoríficos- son de larga duración por su coste y durabilidad", explica en una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia Fernando Gil Bayona, director general en España del grupo BSH, que incluye marcas tan reconocibles como Bosch, Siemens o Balay. 

Esa larga duración lleva a que sólo existan dos "grandes palancas" para incentivar el cambio: o la sensibilidad medioambiental del consumidor -en tanto que los nuevos modelos gastan menos- o que se presenten prestaciones "muy cómodas, basadas en la innovación" que animen a hacer el cambio.

Fernando Gil, director general de BSH en España

Fernando Gil, director general de BSH en España

"Si vendemos una lavadora cada 10 años, llegaría un momento que sería disuasorio y difícil el continuar con la actividad", asegura el líder de BSH en España. Una realidad que los ha llevado a "gastar en mayor innovación", siempre con el objetivo de que esta "sea útil para el consumidor final".

De hecho, Gil Bayona señala al ocio como su principal competidor en este momento, de manera que el objetivo es que el consumidor se sienta atraído por cambiar un electrodoméstico, aunque eso le quite ciertas salidas a restaurantes o escapadas turísticas.

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En cualquier caso, las previsiones indican que el consumo de electrodomésticos caerá en el tiempo, aunque lo haga de manera suave. Precisamente por eso, BSH está evaluando a nivel global la posibilidad de recortar 3.500 empleos hasta finales de 2027 de su división de electrodomésticos. Del total, alrededor de 1.000 se recortarán ya este año.

Gil Bayona indica que todavía no tienen información de cómo puede afectar esto al grupo en España, pero que, "en cualquier caso, afectará a personal indirecto, nunca a personal de mano de obra directa en las fábricas".

En cualquier caso, continúa, "es una decisión que viene a raíz de la caída del mercado y una situación tensa".

"Es un efecto de adelgazamiento. Como un cuerpo humano, en las empresas hay épocas que tienen que adelgazar y otras veces adquieren más recursos. Pero en España hemos hecho los deberes y no tenemos excedentes en absoluto", asevera el director general de BSH en España.

Innovación y sostenibilidad

"No", sentencia Gil Bayona al ser preguntado sobre si esa estrategia de incentivar el cambio de aparatos para mantener su nivel de negocio se traduce en que se cuide menos la durabilidad de los electrodomésticos.

"Los productos de BSH están diseñados para durar y cumplir con las normas más exigentes", asegura. Y añade que, además, el grupo "ofrece un servicio profesional y propio de reparación para alargar la vida lo máximo posible". Así, BSH ofrece repuestos durante 15 años desde la última serie de fabricación de un electrodoméstico, "cinco años más de lo que se exige por ley".

Trabajadores de BSH en sus instalaciones

Trabajadores de BSH en sus instalaciones

Asimismo, señala que la renovación, aunque genera un residuo, pone en funcionamiento un aparato más sostenible y eficiente, lo que beneficia tanto al bolsillo del comprador como al medioambiente. Además, BSH tiene el objetivo de que, en 2030, el 95% de los materiales de sus productos sean reciclables.

Todo esto "lleva detrás una carga de inversión importante", apunta Fernando Gil. Y supone una inyección inicial de "energía" para saber "cómo hacer de forma económicamente viable algo que tradicionalmente no hacías".

Acercar la producción

"Cada mañana cuando pongo el telediario y veo que ingleses y americanos están bombardeando, digo, 'vamos a tener problemas', porque las propias navieras lo que hacen es desviar por seguridad a través de África los barcos que pasarían por el canal de Suez y entonces eso puede provocar retrasos en la recepción de producto", responde el responsable de BSH en España al ser preguntado por las tensiones en el Mar Rojo.

Con todo, señala que la situación no es como la que se vivió con la escasez de microchips años atrás. Esta escasez supuso que, directamente, no pudieran fabricar, algo que no ocurre ahora. Aunque Gil Bayona explica, sobre la crisis del Mar Rojo, que "si se eterniza o se hace largo llevará un incremento de costes que no es despreciable para nuestra industria".

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Una solución sería acercar los proveedores a Europa, un debate que ya viene de largo en muchas industrias europeas. Pero "no es lo mismo una arandela que un chip", indica el director general de BSH. Y la clave está en lo segundo, en los chips, y montar una fábrica que los produzca "lleva entre dos y tres años y entre 12.000 y 14.000 millones de euros". Además, con el inconveniente de la falta de personal cualificado.

Pero "en Europa nos hemos vuelto a dormir en los laureles", continúa Gil Bayano, en tanto que empresas de microchips del sudeste asiático que han anunciado nuevas plantas localizadas en Estados Unidos. Con todo, confía en que Europa reaccione a tiempo y sea capaz de favorecer la llegada de fabricantes de chips al Viejo Continente.