Los precios de la materia prima, escasa tras un segundo año de sequía, llevaron a la empresa a encarecer el producto para defender el margen unitario, apuntan en sus resultados, enviados a la CNMV.

Todo fue hacia arriba, como han comprobado los clientes del oro líquido: los precios en lineales han subido de forma generalizada un 52% en un año; es fácil que el litro de aceite virgen cueste 10 euros y el virgen extra, 12.

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En el caso de Deoleo, la escalada condujo a la debacle. El volumen de ventas cayó un 21,9% entre enero y junio. Demasiado para salvar en el semestre en positivo; el Ebitda sufrió una caída del 43,4% y la subida de los tipos de interés y el impacto contable asociado a la novación de las condiciones de la deuda dieron la estocada final: supusieron un impacto de 8 millones de mayor gasto financiero. 

Este es el análisis, tras el que la compañía esboza una previsión poco halagüeña para lo que resta de año. "Debemos seguir realizando subidas de precio a nuestros clientes, gestionando las promociones para mantener las cuotas y salvaguardando el margen unitario", indican.

Es una caldera a presión que no puede aflojarse porque la expectativa es que los meses que restan hasta diciembre se caractericen "por la falta de cantidad en los aceites de oliva de calidad". Será más caro producir; más caro comprar.

La situación es tal que Deoleo no descarta modificar su hoja de ruta para próximos años. "De mantenerse esta situación adversa en los mercados de abasto de aceite de oliva en el segundo semestre del año, al cierre del ejercicio revisaremos nuestro plan estratégico", aseguran. 

Plan estratégico

Ello supondría ajustar un plan con un horizonte 2022-2026 que se marca como objetivo un crecimiento anual medio del Ebitda en el entorno del 15%, por encima del ritmo del crecimiento medio se esperaba para el mercado.

Clienta comprando aceite.

De cumplirse, Deoleo estimaba que, al cierre del ejercicio 2026, el Ebitda superaría la cifra de 90 millones de euros. También se proponía evolucionar "hacia un perfil de riesgo menor" a través del desarrollo de vinagres y aceitunas y, como gran novedad, ponía el foco en Estados Unidos.

Revisar alguno de estos elementos no es una posibilidad remota, a tenor de las previsiones que maneja el sector. Habrá que esperar a que se publique el aforo, generalmente a mediados de octubre, para saber cuánto aceite se estima para esta campaña, pero ya se sabe que este tampoco será un buen año.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha sugerido que la campaña podrá ser algo mejor que el desastre de la última, que apenas rebasó las 660.000 toneladas, aunque de ninguna manera este año se producirá algo similar a lo que es habitual en nuestro país en una cosecha normal: unas 1,4 millones de toneladas.

Esa caída, que supuso recoger una cosecha 56% inferior a lo normal, se ha traducido en incrementos de un 93% del precio en origen del extra virgen en un año, y del 89% en el caso de la variedad virgen, de acuerdo con los datos de Pool Red. 

Y el siguiente escalón fueron los supermercados. El traslado de estas subidas ha tenido fuerte impacto en los dos países que más consumen, y que resultan de importancia para el negocio de Deoleo. Son España e Italia. En ellos ha caído el consumo en el primer semestre un 11,7% y un 11,5%, respectivamente, según los últimos datos disponibles de Nielsen.

Mucho más moderada ha sido la reducción en Estados Unidos, disminuyendo poco más de un 2% en el mismo periodo. La diferencia en hábitos de consumo hace que haya más elasticidad a una subida de precios entre el consumidor estadounidense. 

Una mujer elige una botella de aceite en el supermercado.

La situación no solo arroja dudas sobre su plan estratégico, también sobre la eventual venta de la participación que tiene en Deoleo la sociedad de capital riesgo CVC. La firma de inversión había contratado al banco de inversión Lazard para sondear la operación, que se vuelve ahora menos atractiva.

Caída del 5,06% en bolsa

Tras presentar sus resultados, las acciones de Deoleo cerraban la jornada dejándose un 5,06%. Es su peor sesión desde el 16 de junio, cuando se dejó un 6,89%.

Según César Sánchez-Grande, responsable de Institutional Research de Renta 4, es solo un primer shock. Los resultados y perspectivas presentados están en línea con sus estimaciones y por tanto "no deberían tener impacto relevante en la cotización del valor".

Sí insta a seguir de cerca la próxima cosecha que arranca en octubre, y en la que se espera una mejoría con respecto a la anterior. Ello, junto a unos "aceptables niveles de stocks de enlace", llevan a Renta 4 a estimar "una corrección en los precios del aceite de oliva, con el consiguiente impacto positivo en consumo y en márgenes".