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Cero, el número clave en el futuro de Coca-Cola

El año 2040 y el número cero son las cifras más importantes en la fórmula de la empresa para frenar el cambio climático. 

26 diciembre, 2021 23:32

130 años después, el ingrediente secreto de la Coca-Cola sigue siendo un misterio. La enigmática fórmula le ha valido el éxito a una bebida que disfrutan más de 66 millones de personas en España pero, con los nuevos tiempos, las fórmulas deben cambiar. Ahora, la estrategia de Coca-Cola se centra en un plan para alcanzar un número mágico: las cero emisiones netas en 2040.

A estas alturas, ya deberíamos saber que cada paso que demos en este planeta tiene una huella ambiental, incluso leer este artículo desde tu móvil: se estima que el 2% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) se deben a las conexiones a Internet. Pero si hasta las pequeñas acciones individuales cuentan para cuidar del medioambiente, para lograr cambios reales y a gran escala es imprescindible la contribución de grandes empresas como Coca-Cola, cuyo compromiso social y medioambiental no es algo nuevo.

“Nuestro objetivo es alcanzar la neutralidad en carbono en 2040, diez años antes del objetivo marcado por Europa”, señala Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad Iberia Coca-Cola Europacific Partners. En los últimos diez años, la empresa ha logrado reducir en casi un 45% sus emisiones de gases de efecto invernadero en España. Pero el plan de acción climática de Coca-Cola, que cumple ahora un año, tiene una meta aún mayor: alcanzar las cero emisiones netas en 2040.

Alcanzar esta cifra mágica requiere de metas más inmediatas. La primera es reducir un 30% las emisiones contaminantes en 2030. Proteger el futuro del planeta no es solo imprescindible: es, sobre todo, urgente. Y urge también convertir estas metas en acciones reales, que Coca-Cola llevará a cabo en Europa disminuyendo sus emisiones en cinco áreas prioritarias: envases, ingredientes, operaciones, equipos de frío y transporte.

En el trayecto hasta alcanzar la neutralidad en carbono, Coca-Cola ha elegido reducir sus propias emisiones en lugar de compensarlas (que es la aportación económica equivalente a las generadas por la actividad de la empresa). Es la opción más exigente, “pero hemos elegido centrarnos primero en reducir nuestras emisiones todo lo posible. Cuando no podamos reducir más, solo entonces optaremos por proyectos validados para eliminar las proyecciones de GEI de la atmósfera. Y estas compensaciones serán sólo temporales, hasta que se puedan implementar nuevas iniciativas para seguir reduciendo”, puntualiza Gómez-Acebo.

Gestión responsable del agua y uso de ingredientes sostenibles

El agua es el componente principal de sus bebidas. Por ello Coca-Cola lleva años comprometida con la protección de las fuentes de agua que utiliza. No solo está reduciendo su uso en la fabricación de sus bebidas, sino que devuelve parte de este agua a través de proyectos en zonas de gran valor ecológico. En 2020 devolvió 3.642 millones de litros de agua, el 149% de la contenida en las bebidas comercializadas en España.

Entre estos proyectos se encuentran Misión Posible: Desafío Guadalquivir, que ayuda a recuperar el estuario de este río, la recuperación de las fuentes emblemáticas de La Bureba Burgalesa, la creación de un humedal artificial para mejorar el agua de La Albufera de Valencia, un nuevo sistema de reforestación para proteger el agua de los montes de Teruel o tecnología que permita salvar Las Tablas de Daimiel.

El 100% de los proveedores de azúcar, pulpa y papel cumplen con los Principios Rectores de Agricultura Sostenible de Coca-Cola

Otras iniciativas desarrolladas por Coca-Cola en este ámbito son las que lleva a cabo junto a agricultores de cítricos en España, como Cítricos Sostenibles, “un programa que ofrece asesoramiento y apoyo técnico a los agricultores de la Comunidad Valenciana y Tarragona para poner en marcha prácticas sostenibles de fertilización y riego en sus cultivos, ilustra nuestro compromiso con la agricultura sostenible: no solo tiene un impacto ambiental positivo, sino también socioeconómico”, detalla la directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Iberia.

Envases sostenibles

Hoy en día, cuando alguien disfruta de una bebida de Coca-Cola, tiene en sus manos un envase diseñado para minimizar su impacto medioambiental. Para ello se utiliza plástico reciclado, y el 99,7% de estos envases pueden reciclarse en otra botella. Todos los envases tienen al menos un 25% de plástico PET reciclado, una cifra que se prevé aumentar hasta el 50% en 2022. Si se cumplen estos objetivos, la huella de carbono de la empresa se habrá reducido un 17% el próximo año.

El uso de materiales reciclados no es la única forma de reducir la huella de carbono de los envases, también juegan un papel importante la cantidad de materiales utilizados, ya que cuanto más ligeras sean las latas y las botellas, más se reducen los recursos necesarios para su fabricación y el transporte de los productos resulta más eficiente. En este sentido, el diseño o más bien, ecodiseño, de los envases es clave. “En los últimos años hemos invertido más de 180 millones de euros en ecoinnovación para liderar la transición hacia una economía circular, reducir nuestra huella de carbono y crear un mundo más sostenible a través de nuestro negocio”, explica Gómez-Acebo.

La reducción del peso de los envases de Coca-Cola ahorra más de 22.000 toneladas al año de material virgen

España ha sido el país piloto en una de las pruebas de ecodiseño más recientes de Coca-Cola: en el anillo que rodea el cuello de las botellas se ha incorporado una lengüeta que mantiene el tapón unido al envase. Para eliminar todo el plástico innecesario y difícil de reciclar Coca-Cola ha puesto en marcha otras innovaciones como el sistema CanCollar® para el mercado balear, fabricando agrupadores de envases con cartón reciclable con certificación forestal. Esto ha supuesto hasta ahora el ahorro de 18 toneladas de plástico y la eliminación de adhesivos y pegamentos. Asimismo, Coca-Cola está trabajando en modelos de envases rellenables, dispensadores o, incluso, botellas de papel o modelos sin envase.

El peso de la botella Contour de vidrio rellenable, la más icónica de la marca Coca-Cola, se ha reducido un 21% con respecto al año 2000

Los envases de plástico en el océano son una de las imágenes más tristes de la contaminación que sufren los mares en estos momentos, de manera que Coca-Cola se ha comprometido a recoger y reciclar un envase por cada botella o lata vendida. Un compromiso que tiene nombre propio: Mares Circulares.

Mares Circulares es un proyecto integral que nos trasciende gracias a los voluntarios -más de 17.000- y a los más de 600 organismos públicos y privados que participan. Una red de alianzas que nos permite recorrer España con nuestros objetivos de concienciación y formación en materia de reciclaje, limpieza de residuos de playas, mares y entornos acuáticos de España y Portugal, e investiga nuevas soluciones sostenibles en un camino claro hacia la economía circular”, explica la directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Iberia. El proyecto se ha convertido en todo un referente internacional, ya que lucha contra las basuras marinas a través de la investigación científica y la recogida de basuras marinas. En sus tres años de vida ha recogido más de 1.100 toneladas de plásticos.

Transporte verde

Alcanzar las cero emisiones no es tarea fácil y mucho menos rápida. Por ello Coca-Cola ya lleva años trabajando para reducirlas en todos los niveles de su cadena de valor, desde la producción hasta el transporte y la distribución. En España, el 100% de la energía utilizada en las plantas de Coca-Cola procede de fuentes renovables y, a finales de 2023, seis fábricas se convertirán en las primeras en ser neutras en carbono.

La flota de Coca-Cola Iberia ha incorporado 190 vehículos híbridos en el último año

Otras de las palancas fundamentales para lograr que Coca-Cola cumpla sus objetivos medioambientales será la progresiva incorporación de vehículos eléctricos y la renovación de los equipos de frío. Desde 2010 las emisiones generadas por estos se han reducido en un 65%, pero se seguirá asegurando de que los nuevos sigan siendo libres de hidrofluorcarburos y energéticamente más eficientes.