Cápsulas de Nespresso en un punto de reciclaje.

Cápsulas de Nespresso en un punto de reciclaje.

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Así entregó el directivo 'indepe' de Marcilla y Saimaza el negocio de las cápsulas a Nespresso y la marca blanca

El fantasma del boicot planea sobre estas marcas después de que uno de sus directivos llamara "fascista" a España.

3 abril, 2018 14:27

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Es uno de los directivos de Jacobs Douwe Egberts (JDE), la marca holandesa que comercializa Saimaza, Marcilla o Carte Noire en España. Las declaraciones de Xavier Mitjavila, manager general en Francia de la compañía, han hecho que el fantasma del boicot planee con fuerza sobre las marcas. Unas declaraciones por las que podría pagar el precio de perder su posición en la batalla de las cápsulas compatibles con las máquinas Nespresso.

"España es un Estado fascista", publicó Mitjavila en su Facebook hace poco más de una semana, junto con un lazo amarillo en solidaridad con los "presos políticos" catalanes. A pesar de que su perfil ya ha sido eliminado, las redes no perdonan y la llamada al boicot a los productos de su empresa es una constante. 

Así, Jacobs Douwe Egberts, nacida de la unión en 2014 de los negocios cafeteros de Mondelez y DE Masters Blenders, se está enfrentando estos días a una polémica que puede ser determinante para que sus marcas pierdan parte de su trozo del pastel. En concreto, JDE opera en España con Marcilla, Saimaza, L'Or o Carte Noire para las máquinas Nespresso, además de con Tassimo y Senseo.

Un negocio, el de las cápsulas compatibles, en el que compiten más de 60 marcas en el mercado español y 210 a nivel mundial; y en el que en España están consiguiendo cada vez más cuota de mercado las marcas blancas de Mercadona (Prosol), Carrefour (Toscaf), Lidl (Bellarom), Dia o Eroski.

La empresa se lava las manos

Lejos de tomarse en serio las llamadas al boicot, JDE, que tiene su única fábrica en España en Mollet de Vallès (Barcelona), emitió un escueto comunicado en el que se desligaba de las declaraciones del directivo pero sin otorgar demasiada importancia a la polémica: "Las opiniones personales son opiniones personales. Creemos que sentarse a tomarse un café (o un té) puede ayudar al entendimiento mutuo", expresó la compañía.

De momento, y mientras los usuarios continúan haciendo ruido, sigue reinando el silencio por parte del directivo. La polémica, no obstante, podría trasladarse a las cestas de los supermercados.