Imagen de la central térmica de Velilla de Iberdrola en Palencia.

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El Caso de la Economía Planificada

Un político de izquierdas visita a nuestra detective de empresas para denunciar que el PP les roba las ideas.

26 noviembre, 2017 02:09

De todas las visitas que podía esperar en mi humilde despacho, la última era la del responsable de un partido político de izquierdas recientemente caído en desgracia por su pésima gestión en Cataluña. “Para colmo, el Partido Popular nos está robando”.

Por un momento pensé que se refería a los casos de corrupción en el PP, las presiones sobre la instrucción de la Gürtel o algo de esa cuerda. Pero no dejé de sorprenderme cuando me dijo: “No, bueno, sí. Pero no me refería a eso. Me refiero a que nos están robando las ideas sobre cómo debe ser la gestión económica”.

Con la boca abierta, le pido más explicaciones. “¿No está claro? Están haciendo todo tipo de cosas que, si atendemos a lo que publican los medios de ultraderecha, somos nosotros los que deberíamos estar haciendo. Mira, por ejemplo, el control de los medios. La intromisión del PP en una compañía cotizada con el fin de que Prisa y El País sigan de su lado, manteniendo a Cebrián como mascota útil y repartiendo carnés de progresista, es algo que bien podría haber hecho alguno de nuestros ídolos en América Latina”.

De Prisa a la luz

No le falta razón, hay que decirlo. “Pero es que, además, para poder mantener el ‘equilibrio de poder’ en Prisa han llevado a Ana Botín, del Santander, a meterse en una batalla en la que inicialmente no parecía muy interesada. En el caso de José María Álvarez-Pallete la cosa es, incluso, peor. Durante meses, los medios han dicho que el delfín de Alierta saldría de la sombra de su predecesor y haría otro tipo de gestión muy diferente. La presión del Gobierno le ha obligado a hacer lo que tantos pensaban que no haría: meter a la compañía hasta la rodilla en la política nacional”, insiste.

“Y eso si no pensamos en nuestro problema de centrales”. Por un momento, me imagino que va a empezar a hablar de fútbol, pero no. “Las eléctricas, que ya de por sí están sometidas a una regulación brutal, están pidiendo a gritos que les dejen cerrar centrales de todo tipo por el exceso de capacidad instalada y la poca rentabilidad que le sacan. ¡Y el Gobierno no les deja! Bueno, sí les deja, pero a través de un proceso de subasta que, básicamente, implicaría regalar megavatios instalados”.

Economía planificada

Me vienen a la cabeza las palabras del ministro Nadal tras reunirse con el presidente de Iberdrola, Sánchez Galán, esta semana cuando aseguraba que “hay interés general” en mantener abiertas las centrales de Velilla y Lada. Una forma de mantener la tesis de que la política energética la marca el Gobierno y no los intereses particulares de las empresas.

Así que, no me queda más remedio que responder a mi interlocutor que lo que me cuenta “suena a economía planificada”.

“¡Exacto! El problema es que ni siquiera es una economía planificada con planes quinquenales de la vieja escuela. Es una economía planificada con un fin cortoplacista: bajar como sea los precios a corto plazo para que el PP no sufra electoralmente por ‘nuestra culpa’. Y discúlpame, pero eso de proponer soluciones sencillas a problemas complejos aunque sean perjudiciales a largo plazo es nuestro rollo. NUESTRO”.

Una vez más, nada que alegar. El sector eléctrico español es como lo que sucede cuando mi gato coge una madeja de hilo y mis sobrinos intentan deshacerlo. En un entorno de descarbonización en el que las recientes subidas del petróleo hacen prever un futuro de precios de la energía más altos, la idea de mantener artificialmente los precios por debajo de los costes manteniendo un extra de capacidad de generación a costa de la rentabilidad para las eléctricas no es muy liberal, que digamos.

Le podría decir a mi interlocutor que dejase de mesarse la coleta y que el Gobierno aún no ha intervenido en cómo las comercializadoras están pasando, contra sus intereses, a miles de personas al mercado libre cuando les convendría, claramente, mantenerse en el regulado. Pero quizá no sea el momento.

Un error común

No sé si decirle que, si bien con Bankia se puede decir que el Gobierno también creó un banco público, algo que también es muy de su cuerda, lo cierto es que terminarán por venderlo y ahí tendrán algo que rascar. Pero una duda ha empezado a rondarme la cabeza.

-Oye, discúlpame. ¿Pero para qué necesitas una detective de empresas exactamente?

-¿Detective de empresas? ¿Eso existe? ¿No es aquí la consulta del psicólogo?

-No, eso es el tercero. Es un error demasiado común.

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