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Banco del Vaticano cerró 2016 con un beneficio de 36 millones de euros, casi 20 millones más

El Instituto para las Obras de Religión (IOR) conocido como el banco del Vaticano (IOR) cerró el ejercicio de 2016 con un beneficio neto de 36 millones de euros, un total de 19,9 millones más que en 2015 (+123,6%), cuando la cifra alcanzó los 16,1 millones de euros, según el balance económico publicado este lunes 12 de junio por el propio organismo.

12 junio, 2017 17:32

"El aumento en el beneficio neto comparado con 2015 se debe a la mejora en los resultados de las actividades de negociación, a la reexpresión de una pasividad estimada en 2015 en relación con la exposición fiscal en otros países y a la reducción de los gastos administrativos", ha explicado el IOR en el informe de resultados.

Además, ha detallado que el incremento de beneficios se da en un contexto de "una elevada volatilidad del mercado" así como en un clima de "inestabilidad política debido a los resultados inesperados en las elecciones" y los "bajos tipos de interés".

Después de los escándalos del pasado, el Banco Vaticano asegura que sigue "actuando con prudencia" ante la selección de los propios clientes. En este sentido, ha aumentado los gastos de las operaciones financieras que de 19,1 millones han pasado a 23,4 gracias a "la racionalización de los contratos de servicios con terceros".

En 2016 el IOR tenía unos 15.000 clientes, principalmente religiosos, congregaciones y trabajadores del Vaticano. A 31 de diciembre de ese año gestionaba 5.700 millones de euros en fondos.

Además, los activos bancarios tienen "alta solvencia" y están caracterizados por un "perfil de bajo riesgo", según informa el banco. A este respecto, ha comunicado que en 2016 el IOR situó su margen de interés en 36,7 millones de euros, un 16 por ciento menos que en 2015, con 43,6 millones. Además las comisiones netas se redujeron un 15,9 por ciento hasta los 12,8 millones de euros en 2016 frente a los 15,2 millones del año anterior.

Por otro lado, el organismo ha informado de que en 2016 se han consolidado las prácticas de control interno que se pusieron en marcha hace un año impulsadas tanto por Benedicto XVI como por Francisco que concluyeron con el cierre de cerca de 5.000 cuentas bancarias consideradas sospechosas.