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El Gobierno tira las campanas al vuelo. El Consejo de Ministros de este martes ha subido su previsión de crecimiento para la economía española hasta el 2,7% este año, lo que supone una décima más que en abril.

La actualización coincide con el mensaje del Banco de España de que la economía empezará a ralentizarse en los próximos meses y veremos, por tanto, una menor creación de puestos de trabajo.

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha justificado esta actualización del PIB en la buena evolución de la economía española y el tirón de la demanda interna. En concreto, ha destacado los "buenos datos" de producción industrial y afiliación.

En este sentido, Cuerpo ha remarcado que, pese al “complejo contexto internacional” actual, la economía española sigue presentando “signos claros de fortaleza tanto en el corto como en el medio plazo”.

Asimismo, ha apuntado que, según la previsión en tiempo real de la que dispone el Gobierno, el PIB de España crecerá en torno a un 0,7% en el tercer trimestre de 2025 en comparación con el anterior. En términos interanuales, la subida será del 2,8%.

El ministro de Economía ha remarcado que estos datos han permitido la revisión al alza del dato para 2025, que ha calificado de “prudente”.

De cara a los próximos años, el Gobierno calcula que la economía española seguirá creciendo por encima del 2%. En concreto, prevé un incremento del PIB del 2,2% para 2026 y del 2,1% tanto para 2027 como para 2028.

Cuerpo ha subrayado que estas cifras están "muy por encima" de las que se prevé registren sus principales socios y confirma que la economía de España se ha recuperado de la covid "sin cicatrices".

Asimismo, ha agregado que el crecimiento de la economía española es "equilibrado", lo que, en su opinión, "garantiza su sostenibilidad" y forma parte del proceso de "modernización" de la economía española.

Presupuestos

La actualización del cuadro macroeconómico es el paso previo a la elaboración del techo de gasto no financiero y de la senda de déficit a medio plazo. Condiciones ambas necesarias para lanzar los Presupuestos Generales del Estado de 2026.

Aunque no es oficial, todo apunta a que la intención del Gobierno es llevar ese trámite antes de que acabe el mes de septiembre.

Máxime si se tiene en cuenta que tanto Pedro Sánchez como la vicepresidenta María Jesús Montero insisten en que su intención es presentar los Presupuestos del próximo año y llevarlos al Congreso de los Diputados.

La actualización del Gobierno contrasta con los mensajes del Banco de España.

Lo que dice Escrivá

La institución que preside José Luis Escrivá también mejora su previsión de crecimiento para España en 2025, pero lo ha hecho de forma casi automática y no por las buenas perspectivas. Prevé ahora que el Producto Interior Bruto (PIB) se expanda un 2,6%, dos décimas más que lo proyectado en junio.

A su vez, la institución presidida por José Luis Escrivá alerta de un periodo de menor crecimiento al dejar sin cambios sus previsiones para 2026 y 2027: espera que la economía española crezca un 1,8% y un 1,7%, respectivamente.

Uno de los puntos más negativos de las proyecciones macroeconómicas del Banco de España es el referido al mercado laboral. Advierte de que el ritmo de la creación de empleo caerá a la mitad, lo que, inevitablemente, lastrará la reducción de la tasa de paro.

La autoridad monetaria nacional explica que la revisión al alza del PIB en 2025 —del 2,4% al 2,6%— se debe a la fortaleza mostrada hasta ahora, que contrarresta otros factores como el fortalecimiento del euro o el incremento de los precios de la electricidad.

A favor de la mejora de las previsiones, que se sitúan en el mismo nivel que las de la Comisión Europea y Funcas para 2025, juegan "los datos de avance del crecimiento del PIB en el segundo trimestre de este año, junto a la revisión de las tasas de crecimiento pasadas llevada a cabo por el INE".

Implican "de manera mecánica, un incremento de la tasa de crecimiento anual del PIB en 2025 de 0,2 puntos porcentuales", indica la institución presidida por José Luis Escrivá.

Por otro lado, el Banco de España explica que "la información disponible correspondiente al tercer trimestre —incluida la evolución del mercado laboral, los PMI y diversos indicadores de alta frecuencia— apunta a un dinamismo de la actividad superior al inicialmente previsto".

Este conjunto de factores contribuiría con 0,1 puntos porcentuales adicionales a la tasa de crecimiento estimada para 2025.

Por el contrario, "un nivel del tipo de cambio más apreciado respecto al considerado en el ejercicio de junio, así como unos precios de la electricidad superiores" tienen un impacto negativo en el crecimiento de una décima.

Es decir, existe compensación entre los distintos componentes empleados para el cálculo.

Por un lado, "el mayor dinamismo de la actividad en 2025 supondría un incremento de una décima en la tasa de crecimiento de 2026".

Por otro, "las trayectorias proyectadas para los precios de la energía, el tipo de cambio y los mercados mundiales restarían una décima".

Medio plazo

Para los años 2026 y 2027, el Banco de España ha mantenido las tasas de crecimiento del PIB sin variación y se sitúan en el 1,8% y el 1,7%, respectivamente.

La previsión de crecimiento del 1,8% para el próximo ejercicio está en línea con las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de Banco Santander.

De todas las instituciones y departamentos de análisis recogidos en el panel de Funcas, sólo el propio think tank y Mapfre dan una previsión peor, del 1,7%. Idéntico pronóstico que el de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).

En comparación con el ejercicio de proyecciones de junio, el Banco de España ha elevado una décima su previsión de inflación para 2025, desde el 2,4% hasta el 2,5%. A su vez, mantiene las de 2026 en el 1,7% y las de 2027 en el 2,5%.

El Banco de España ha mejorado el crecimiento del consumo privado para todo el horizonte de proyección: cuatro décimas, al 3,1%, en 2025; dos décimas, al 1,8% en 2026, y una décima al 1,6% en 2027.

A pesar de ello, alertan de que "se anticipa una desaceleración de su dinamismo tras los elevados registros observados en los últimos trimestres".

Por el contrario, se reduce en seis décimas el crecimiento del consumo público para 2025, al 1,9%, y una décima el de los dos próximos años.

El Banco de España también ha mejorado el crecimiento de la formación bruta de capital, especialmente para este ejercicio, para el que espera una aceleración de 1,4 puntos, hasta el 5%.

Con todo, ha elevado cuatro décimas la aportación de la demanda interna al PIB en 2025, al 3,1% y una, el siguiente, al 2%.

A su vez, la contracción de la demanda exterior será mayor de lo anteriormente previsto por el Banco de España y restará un 0,5% al PIB este año y un 0,2% el siguiente.

La creación de empleo, a la mitad

Según la institución presidida por José Luis Escrivá, "la creación de empleo se prolongará a lo largo del período 2025-2027, aunque su ritmo de avance disminuirá en los próximos trimestres".

Así, mientras que en el conjunto de 2025 se espera un incremento del empleo -medido en términos de personas ocupadas- del 2,6% -superior al 2,2% observado en 2024-, este se ralentizaría en 2026 y 2027, hasta tasas del 1,3% y el 1%, respectivamente.

En esa misma línea, "la tasa de paro ralentizaría su ritmo de caída". En conjunto, entre 2024 y 2027, la tasa de paro se reduciría desde el 11,3% al 9,7%.

El Banco de España ha revisado a la baja su previsión del déficit público para 2025. Lo sitúa ahora en el 2,5% del PIB, tres décimas menos que en junio, "como consecuencia de la evolución favorable de los ingresos públicos y pese a un crecimiento de los gastos también algo mayor de lo esperado".

De este modo, el déficit público se situaría en 2025 por debajo del objetivo del Gobierno del 2,8% del PIB.

Esta mejora se traslada igualmente a los años 2026 y 2027, en los que en ambos casos la institución presidida por José Luis Escrivá espera un saldo deficitario de las cuentas públicas del 2,3% del PIB.

Esta previsión incluye una estimación de los gastos relacionados con la dana de dos décimas del PIB en 2025 y de una décima más en 2026.

Por tanto, el gasto asociado a esta catástrofe ascendería a seis décimas del PIB en el acumulado del período 2024-2026. Es decir, unos 8.400 millones de euros.

En este contexto, la ratio de deuda pública se reducirá "marginalmente", desde el 101,8% del PIB en 2024 al 100,7% a finales de este año y al 100% en 2027.