Varios pensionistas juegan al dominó en un parque de Madrid.

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Macroeconomía

El jubilado, motor del consumo: gasta un 22% más que un trabajador, el doble que cuando Sánchez llegó a Moncloa

Los datos del INE indican que las personas hacen un gasto medio de más de 16.000 euros al año.

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Las pensiones son el mayor gasto que tiene que afrontar el Estado año tras año. Unas prestaciones que, al mismo tiempo, sirven como gasolina para mantener a uno de los principales motores con lo que cuenta el consumo privado en España: los jubilados.

Así lo indican los datos más recientes (2024) del Instituto Nacional de Estadística (INE). El gasto medio por trabajador está en los 13.182 euros anuales. Sin embargo, el de una persona jubilada (o prejubilada) se eleva a los 16.090 euros al año. Es decir, que es un 22% superior.

Se trata de una diferencia que casi se ha multiplicado por dos respecto a 2018, cuando Pedro Sánchez tomó posesión de la Presidencia del Gobierno tras la moción de censura a Mariano Rajoy.

Aquel año, el gasto medio de un jubilado estaba en los 13.481 euros anuales, un 13,3% más que el de un trabajador, cuyo gasto se quedaba en los 11.889 euros.

El aumento de estas diferencias en el gasto tiene varias causas de fondo. Por un lado, las pensiones de la población jubilada se han elevado en la misma proporción que la inflación anual desde 2019. Una baza con la que no han contado los trabajadores, cuyo poder adquisitivo sí se ha visto mermado por los precios.

Así lo indica la evolución de salarios y pensiones. Mientras que estas prestaciones públicas han subido una media del 36% desde 2018 (según datos de la Seguridad Social), los salarios han experimentado un incremento de sólo 17% (con datos hasta 2023, los últimos que disponibles en el INE).

Estas diferencias están muy marcadas, también, por la situación de la vivienda. Un informe de la Fundación AFI Emilio Ontiveros apunta que las casas se han convertido en la principal causa de desigualdad en España.

Tanto que han disparado la brecha económica entre la generación boomer (los nacidos entre 1958 y 1975 y que se están jubilando en los últimos años) y la milenial (entre 1981 y 1996).

"La intensa revalorización de la vivienda ha contribuido a reducir la capacidad de los jóvenes para poseer una en propiedad". Esto explica la baja acumulación de riqueza de los milenial, que no pueden "beneficiarse de la revalorización de estos activos". Como sí pueden hacer los boomers.

Hay un factor que empeora la situación. El encarecimiento está siendo más intenso en alquiler que en compra. Esto está dando lugar, según los autores del informe, a una "trampa de pobreza de alquiler". "Las generaciones más jóvenes no pueden ahorrar por el gasto en alquilar una vivienda" y eso les impide tener capacidad para comprar una casa propia, que se revalorizaría en el futuro.