El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, en el retiro informal de líderes de la UE este lunes.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, en el retiro informal de líderes de la UE este lunes. EFE

Macroeconomía

El gasto en defensa, la baza de los 27 para evitar los aranceles de Trump pese a que dos tercios de sus compras son ya a EEUU

La UE es uno de los mejores clientes de industria militar de EEUU, que busca que los socios de la OTAN aumenten al 5% del PIB su gasto en defensa.

Más información: La UE ofrece a Trump comprar más gas y armamento y pide evitar una guerra comercial "innecesaria y estúpida"

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Uno de los varios elementos que Mario Draghi señaló como debilidades de una UE condenada a una "lenta agonía" económica si no reaccionaba puede ser, en un inesperado giro, un gran parapeto para que los 27 eviten una guerra arancelaria de Donald Trump: la dependencia de Estados Unidos para aprovisionarse en defensa.

Es un desfase que hace que entre mediados de 2022 y mediados de 2023 el 63% de las compras de la UE en defensa fuesen a empresas estadounidenses, y todo mientras el gasto de la UE prosigue su boom: el año pasado los 27 destinaron más de 90.000 millones de euros a la adquisición de material de defensa, un 50% más que el año precedente.

La cuenta es muy atractiva para Estados Unidos, que busca, bajo el nuevo mandato de Trump, que los socios de la OTAN eleven del 2% al 5% del PIB el objetivo del gasto en defensa para 2030. Desde Bruselas algunos líderes empiezan a verlo como oportunidad.

Por ejemplo, el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, que tiene muy presente su cercanía a la frontera con Rusia. A su juicio, es "contradictorio" que EEUU y la UE cooperen en la OTAN y al mismo tiempo entablen un conflicto arancelario. ¿Su propuesta? Ofrecer a Trump una "agenda económica positiva y no destructiva", que pase por aumentar las compras de gas natural licuado (GNL) y armamento a Estados Unidos.

La sugerencia de Nauseda coge peso por su origen: llega desde la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de los 27 celebrada este lunes en Bruselas, en principio consagrada exclusivamente al rearme militar frente a la amenaza de Rusia, pero capturada por la guerra comercial abierta por Trump con México, Canadá y China, que ha desplomado las bolsas y desatado la preocupación del comercio mundial.

Miedo a los aranceles

Porque la gran pregunta que sobrevuela es quién sigue, y el temor es que la respuesta sea la UE. Los 27 ya avisaron este domingo, tras conocer que Estados Unidos impondrá aranceles del 25% a Canadá y México -estos últimos suspendidos un mes- y del 10% a China, que responderían "con firmeza" ante aranceles "injustos o arbitrarios".

¿Pero cómo pueden hacerlo sin evitar la 'destrucción mutua'? La actual balanza comercial anuncia que solo habrá perdedores: la UE y EEUU tienen, subraya la Comisión, "la más amplia relación bilateral de comercio e inversión y la relación económica más integrada del mundo". En total, su comercio movió en 2023 más de 1,5 billones de euros.

No es la única cifra que confirma que ésta es una relación entre colosos: en conjunto, la UE y EEUU representan casi el 30% del comercio mundial de bienes y servicios y el 43% del PIB mundial. Les compramos fundamentalmente petróleo, gas natural y medicinas y fármacos; les vendemos sobre todo medicamentos, productos farmacéuticos y coches.

Y aunque a priori los datos más recientes del Departamento de Comercio de Estados Unidos confirmen que la balanza es deficitaria para ellos (con un saldo negativo de unos 213.600 millones de dólares de enero a noviembre del año pasado), hay que tener en cuenta también los servicios que no se pesan en la aduana.

"Las balanzas comerciales no incluyen los productos digitales. Por ejemplo, cuando usas Netflix estás importando de Estados Unidos. O cuando alguien compra por avisos de Facebook. Hay una balanza comercial digital que es muy positiva para Estados Unidos con respecto a la Unión Europea", señala a EL ESPAÑOL-Invertia César Hidalgo, fundador de Datawheel y miembro de la red de expertos 'Los 100' de Cotec, que acaba de actualizar una herramienta para monitorizar los riesgos y oportunidades comerciales.

Quién paga

"Hay que tener en cuenta que no somos México ni Canadá, somos un súper-mercado muy potente y EEUU nos necesita", advierte por su parte Frédéric Mertens, director del departamento jurídico y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Valencia.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su reunión el pasado enero en Madrid

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su reunión el pasado enero en Madrid OTAN

Sobre todo después de las consecuencias que tendrá para los propios ciudadanos estadounidenses los aranceles a México, Canadá y China. Según un análisis de emergencia de la Tax Foundation, al entrar con precio superior multitud de productos esenciales para su día a día, cada hogar estadounidense tendrá un gasto extra anual de 830 dólares este 2025.

Otro golpe a los bolsillos de los votantes sería demasiado. "EEUU no puede permitirse la guerra comercial con la UE, y por eso juega con la defensa, donde sí puede poner el dedo en la llaga", advierte Mertens, que cree que Trump "ha conseguido presionar para que los Estados miembros se pongan las pilas para aumentar el presupuesto en la OTAN y de paso ha dejado en el aire una amenaza contra las importaciones europeas".

Es un camino que tiene dos vías, como prueba la propuesta del presidente lituano, y está plagado de riesgos. "Ese gasto en defensa lleva a una carrera armamentística. Si esto no se hace en un contexto justificado, sino para evitar una guerra comercial, no es la razón correcta", comenta Hidalgo.

España, a la cola en gasto en defensa

En este escenario, los llamados a responder con firmeza parecen más un mensaje interno de la UE, cree Mertens, teniendo en cuenta que hay países como Italia y Hungría dispuestos a "hacer pandilla" con Estados Unidos. Todo ello pendientes de lo que pueda pasar tras las elecciones en Alemania, que es por su industria automovilística uno de los más preocupados por las amenazas arancelarias de Trump.

Dentro del gasto en defensa, también el temor difiere mucho según el país. La potencia nuclear de la UE, Francia, vive una inestabilidad política que hace imposible prever su rumbo en este sentido a corto plazo; España, mientras, va a la cola de gasto militar dentro de la OTAN.

Es un retraso que ya le ha afeado el propio Trump, que ha situado además a nuestro país en el grupo de los BRICS. "Ya lo haya dicho con intención o sin intención, no vamos a tener buenos días con esta administración americana", avisa Mertens.