Esta última es la gran preocupación del sector empresarial; máxime ahora que el Ministerio acoge las competencias en materia corporativa. Si la interlocución entre empresas y Calviño era constante, ahora con Cuerpo debería serlo todavía más. Por eso confían en que el nuevo ministro sea capaz de mantener un perfil propio en defensa de las relaciones entre el Gobierno y los patronos. 

Aunque la mayor parte de las fuentes consultadas no tiene nada más que referencias externas del ministro, todas confían en que las relaciones sean buenas. Igual que lo eran con Calviño, que siempre fue el contrapeso a las ideas económicas más radicales del Gobierno de coalición entre PSOE y Sumar. 

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Sin embargo, existen dudas sobre el margen de actuación que tendrá Cuerpo. Si bien va a ser quien lidere la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, el ministro carece de rango de vicepresidente del Gobierno, una posición que sí ostentará María Jesús Montero que sale de esta crisis como número 2 con plenos poderes. A partir de ahí, la pregunta que muchos se hacen es si será capaz de imponer su criterio en la política económica del Gobierno.

No sólo eso. La llegada de María Jesús Montero a la vicepresidencia primera supone imprimir un toque mucho más político a la rama económica que la que tenía durante la era Calviño. Y eso puede ser un problema, insisten las fuentes con las que ha hablado este diario. ¿Por qué? Por el riesgo que hay de que en el momento en el que puedan venir mal dadas, el Gobierno opte por priorizar la política a la ortodoxia económica y Carlos Cuerpo no pueda hacer nada. 

El nuevo ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, abraza a su hija durante el acto de traspaso de la cartera de Economía, Comercio y Empresa. Alberto Ortega Europa Press

De momento esperan que el nuevo ministro tenga tiempo para hacerse al cargo, ajustar el traje a sus hechuras y empiece a desarrollar su propia personalidad "alejada del mundo de la política". Eso sí, para que pueda hacerlo -explican- tendrá que "creerse" cuál es su puesto, cuál es su posición en el Ejecutivo y cuál es su capacidad de actuación frente a injerencias que puedan venir desde otros departamentos. 

Preocupa especialmente quién va a ser el 'azote' de Yolanda Díaz cuando cargue contra los empresarios. Hasta el momento Calviño, gracias a la fuerza que da la vicepresidencia, contaba con galones suficientes para hacerle frente. Una guerra en la que entraba en ocasiones la ministra de Hacienda, y a la que entró de lleno en el último Consejo de Ministros a cuenta de la reforma del impuesto a las energéticas. 

Cuerpo carece de esa 'capa' de vicepresidencia, y eso maximiza el riesgo de que no sea capaz de poner pie en pared cuando desde Sumar carguen contra las empresas o propongan ideas que puedan perjudicar al sector empresarial. 

Todo ello por no hablar de algo que también ocupa al mundo corporativo: la evolución de la economía. Con un crecimiento en clara ralentización, el nuevo ministro tendrá en su haber aplicar nuevas medidas que sirvan para echar gasolina al motor productivo. Algunas de ellas, dicen, deberían ser "novedosas" para hacer frente a los desafíos que tenemos por delante. 

Los empresarios cuentan con tener ocasión de sentarse con el nuevo ministro de Asuntos Económicos a la vuelta de las Navidades. Los contactos con él hasta el momento han sido muy limitados, dado que su labor se circunscribía al Tesoro. Sin embargo, a partir de Reyes tendrá que lidiar en una plaza en la que cada uno mira por sus intereses y él debe mirar por los de todos. 

Un hecho que Cuerpo parece tener claro. Ya durante su toma de posesión ha lanzado algunas ideas de por dónde puede ir su acción de gobierno. Según sus palabras, busca aplicar "continuidad" respecto a lo que había hasta ahora con una política económica "eficiente" y una "actitud dialogante".